EL MUNDO › EL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS DEMORA LA APROBACIóN DE LA REFORMA SANITARIA

La salud de Obama camina despacio

El presidente se enfrenta a una particular lucha para que los congresistas apoyen su proyecto. Actualmente, 46 millones de ciudadanos no tienen cobertura médica. La popularidad del demócrata descendió, según un sondeo del Washington Post.

Al cumplirse seis meses de su mandato, la popularidad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decayó a la hora de hacer frente a varios de sus principales desafíos, como lograr la reforma del sistema de salud. Obama se comprometió a que esta ley entre en vigor antes de fin de año, por lo que la alta tensión se da actualmente en el Capitolio. Sin embargo, el presidente tiene difícil contar con los votos para sacarla adelante, frente a las críticas de que elevaría el déficit nacional en 239.000 millones para 2019.

Un sondeo publicado ayer por el diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC News indica que la popularidad general de Obama, si bien se mantiene alta, se redujo al 59 por ciento, seis puntos porcentuales menos que hace un mes. Es la primera vez que esta encuesta sitúa la popularidad de Obama por debajo del 60 por ciento. Más notable es la caída en la aprobación de su gestión de la reforma del sistema sanitario. En abril, al cumplirse los primeros cien días de su mandato, contaba con el respaldo del 57 por ciento de los votantes, pero esa cifra ahora bajó al 49 por ciento.

En cambio, el rechazo ha subido del 29 al 44 por ciento, según la encuesta, que señala que la erosión en el respaldo sobre este tema es especialmente llamativa entre los independientes. Asimismo, el número de voces críticas contra la reforma sanitaria subió del 29 al 44 por ciento en el mismo período.

Más de tres cuartas partes de los estadounidenses se preocupan por la evolución de la economía en los próximos años, según la encuesta. Apenas más de la mitad aprueba la forma en que está manejando el desempleo, que está ahora en el 10 por ciento en 15 estados y en el distrito federal. Sin embargo, siete de cada 10 estadounidenses siguen considerando a Obama un gran líder político y un 60 por ciento opina que el mandatario está cumpliendo con sus promesas electorales.

La reforma del sistema de salud es considerada uno de los principales proyectos en política interna del gobierno de Obama y precisamente el escepticismo se centra fundamentalmente en ella, incluso dentro del Partido Demócrata. La encuesta por la reforma fue conducida por teléfono desde el miércoles hasta el sábado y el resultado dio que una mayoría de estadounidenses aprueba la legislación. Tres cuartas partes de los demócratas apoyan el plan de la misma manera que los hacen seis de diez independientes. Más de tres cuartas partes de los republicanos se oponen. Unos dos tercios de aquellos con ganancias menores a 50 mil dólares favorecen el plan y una pequeña mayoría, 52 por ciento de aquellos con entradas más altas, están en contra.

La reforma parece haber entrado en un momento de dificultades en el Congreso, donde los senadores y diputados republicanos y algunos demócratas moderados se mostraron preocupados por los inmensos costos previstos por la reforma: un billón de dólares en los próximos diez años.

El objetivo central de la reforma es que todos los ciudadanos estadounidenses cuenten con un seguro médico. Actualmente, 46 millones de los 300 millones de habitantes de Estados Unidos no tienen seguro. El proyecto también prevé reducir los exorbitantes costos del sistema de salud, considerado uno de los más caros del mundo y de una eficiencia defectuosa: la mortalidad infantil, por ejemplo, es más alta que el promedio de los países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Obama pidió al Congreso que apruebe el proyecto rápidamente. El mandatario espera que las comisiones parlamentarias hayan debatido todas las propuestas de ley para cuando comience la pausa de verano en el Legislativo, a comienzos de agosto. Obama se hizo acreedor de la recuperación económica, pero el público todavía culpa más a las políticas regulatorias del ex presidente George W. Bush que a los esfuerzos de Obama por el estado de la economía.

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La reforma del sistema de salud es considerada uno de los principales proyectos de Obama.
Imagen: AFP
 
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