EL MUNDO › WASHINGTON ENVíA UNA DELEGACIóN DE ALTO NIVEL A HONDURAS

Un pulmotor para el diálogo

La delegación estadounidense estará integrada por el aún subsecretario de Estado para América latina, Thomas Shannon; el secretario adjunto de Estado, Craig Kelly, y el asesor de la Casa Blanca para América latina, Dan Restrepo.

 Por María Laura Carpineta

El gobierno norteamericano se niega a dar por muerto el diálogo en Honduras y por eso hoy manda a su gente a terminar lo que la OEA no pudo. La delegación estadounidense estará integrada por el aún subsecretario de Estado para América latina, Thomas Shannon; el secretario adjunto de Estado, Craig Kelly, y el asesor de la Casa Blanca para América latina, Dan Restrepo. Su misión es volver a sentar a la mesa a los negociadores del presidente derrocado Manuel Zelaya y sus contrapartes de la dictadura, y asegurarse de que lleguen a un acuerdo. El viernes pasado Zelaya había prometido que no volvería a discutir una propuesta hasta que los golpistas no aceptaran su restitución inmediata como presidente de los hondureños. La incógnita ayer entre zelayistas era si los funcionarios norteamericanos traerán con ellos una sorpresa, que logre finalmente torcer el brazo del dictador Roberto Micheletti.

Desde el gobierno de facto hondureño ayer no demostraban ninguna señal de cambio. La vicecanciller de facto, Marta Lorena Alvarado, habló vía telefónica con Página/12 y adelantó que el arreglo con Washington es que los funcionarios sean meros veedores del moribundo diálogo. En otras palabras, que sirvan como reemplazos de los técnicos de la OEA que venían llevando las actas de las negociaciones. “La idea es que las personas de la comunidad internacional van a propiciar que la delegación de Zelaya se vuelva a sentar a la mesa de diálogo. Nosotros seguimos dispuestos a hacerlo”, aseguró la funcionaria de la dictadura.

Micheletti y su gente siguen proponiendo que sea la Corte Suprema, el tribunal que apoyó y legitimó el golpe del 28 de junio pasado, la que decida si Zelaya debe ser restituido. “Incluso estamos dispuestos a que la consulta pase por el Congreso, como había propuesto Zelaya”, agregó Alvarado. Pero a un mes de las elecciones generales, los zelayistas advirtieron que no aceptarán nada que no sea una restitución inmediata. Por eso el viernes, después de dos semanas de negociaciones infructuosas, dieron un portazo en el hotel de cinco estrellas donde se había instalado la mesa de diálogo y se recluyeron a esperar la presión internacional.

Zelaya no consiguió las sanciones comerciales que había pedido, pero sí recibió un llamado de Hillary Clinton. Según confió una fuente cercana a las negociaciones, la secretaria de Estado se comunicó con un asesor zelayista ese viernes a última hora y pidió hablar con el presidente derrocado. No fue fácil. Los golpistas siguen bloqueando durante la mayoría del día las señales de los celulares dentro de la embajada brasileña, donde se refugia el mandatario y su gente de confianza.

Tuvo que probar con varios celulares hasta que, el sábado, tuvo suerte y logró comunicarse. No se sabe de qué hablaron, pero el optimismo volvió a sentirse dentro de la asediada embajada brasileña en Tegucigalpa. Ayer el Departamento de Estado puso en palabras esa sensación. “La secretaria decidió enviar esta delegación de peso para involucrarse más directamente en el proceso”, explicó el vocero de la cartera, Ian Kelly.

Según adelantó, la misión diplomática se quedará más de un día en Tegucigalpa y se reunirá con los zelayistas y los golpistas. El objetivo es salvar las elecciones del próximo 29 de noviembre por las buenas. “El reloj sigue corriendo. Para que sea visto como legítimo y las autoridades conduzcan un proceso electoral transparente se necesita tiempo. Por eso precisamente es que vemos esto con urgencia”, señaló Kelly.

Mientras los zelayistas leyeron esa declaración como un renovado esfuerzo de la Casa Blanca para restituir a Zelaya a través del diálogo, la dictadura le dio una interpretación completamente diferente. “La comunidad internacional empieza a entender que es en el mejor interés del país mantener una persona en la silla presidencial”, opinó la vicecanciller de facto, sobre la decisión de Clinton de enviar a Honduras a los principales funcionarios dedicados a América latina.

Más allá de las interpretaciones, en los próximos días el presidente Zelaya difundirá un listado de los candidatos que no se presentarán a las elecciones a menos que antes se restaure al gobierno constitucional. Según adelantó un asesor zelayista a este diario, ya habrían adherido dos candidatos presidenciales –sin chances electoral reales–, cerca de la mitad de los candidatos a diputados nacionales y alrededor de un 40 por ciento de los que aspiran a las alcaldías de todo el país.

El plan es boicotear las elecciones para obligar a la comunidad internacional a desconocerlas. Ni Clinton ni el presidente Barack Obama quieren llegar a esa instancia.

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Zelaya con sus asesores en la Embajada de Brasil, a la espera de la restitución.
Imagen: AFP
 
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