Miles de personas ocuparon ayer la plaza La Perla de Manama, epicentro de las protestas contra el régimen de Bahrein, mientras la oposición se ponía de acuerdo antes de iniciar un diálogo con las autoridades. Al igual que la inspiradora Plaza Tahrir, La Perla se colmó, a medida que pasaron las horas, de carpas y tiendas, levantadas por centenares de jóvenes. La toma de ese espacio simbólico había comenzado el sábado a última hora, cuando algunas centenas de manifestantes se instalaron para pasar la noche allí.

La Unión General de los sindicatos de Bahrein anunció ayer que retiró su convocatoria a una huelga general, estimando que sus exigencias de retiro del Ejército de la capital y de derecho a manifestar habían sido satisfechas. La Unión había llamado el sábado a una huelga general a partir de ayer (domingo).

En un nivel general e integrador, la oposición bahreiní anunció que ve con prudencia el diálogo con el príncipe heredero Salman bin Hamed el Jalifa sobre las reformas políticas. Sin embargo, sigue poniendo como condición la dimisión del gobierno, al que acusa de la violenta represión de las manifestaciones contra el régimen. “El gobierno que no pudo proteger a su pueblo, debe dimitir y los responsables de las masacres deben ser juzgados”, declaró Abdel Jalil Jalil Ibrahim, jefe del bloque parlamentario del Wefaq, principal movimiento de la oposición chiíta. En ese sentido, agregó: “La oposición no rechaza el diálogo, pero reclama una plataforma que lo favorezca”.

El príncipe heredero ofreció a la oposición la apertura de una mesa de diálogo, luego de que seis personas fueron asesinadas por la policía en los días anteriores. Además, ordenó la retirada del ejército de Manama y a las fuerzas antimotines les pidió que no toquen a los manifestantes, accediendo a dos de las reivindicaciones de la oposición, además de la dimisión del gobierno.

La designación del jeque Salman para dirigir el diálogo fue evaluada positivamente por las agrupaciones con más fuerza política. El jefe del movimiento de izquierda, Ibrahim Sharif, no obstante, enfatizó: “No se puede decir si se trata de una iniciativa seria por parte del régimen o una simple maniobra política. Debemos dar muestras de prudencia”.

“El príncipe heredero ha tomado la iniciativa de parar el derramamiento de sangre y de poner fin a las masacres, pero otras medidas audaces son necesarias”, consideró por su parte Ali al Asuad, diputado de Wefaq.

Fiel a su diplomacia, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, consideró que Bahrein debe realizar reformas políticas inmediatamente, y que la violencia de las fuerzas de seguridad es “inaceptable”.