EL MUNDO › BUSH, BLAIR, AZNAR Y DURAO BARROSO ANUNCIARON EL ULTIMO DIA

Somos poderosos, y Estamos Unidos

En una cumbre en la base portuguesa de Lajes en las Islas Azores, los jefes de la coalición probélica hicieron claro que la diplomacia terminó y que la guerra es inminente. Y Francia, Alemania y Bélgica, los países que tomaron partido por la paz, lo admitieron.

“Mañana (por hoy) será el momento de la verdad para el mundo.” Las palabras definitivas del presidente norteamericano George Bush alcanzan para determinar que en el transcurso de esta semana comenzará la guerra en Irak. Y los jefes del Estado Mayor político de esta guerra (Bush, el premier británico Tony Blair, el jefe del gobierno español José María Aznar) se reunieron ayer en la base militar portuguesa de Lajes, en el archipiélago de las Azores (Océano Atlántico) para mostrar que también, como Francia, Rusia y Alemania en el lado contrario, son una coalición. Para eso, emitieron una extensa declaración conjunta que combina el discurso norteamericano sobre la “liberación” de Irak con un llamado a la ONU para que ayude a la reconstrucción del país después de la guerra y hasta unas palabras para Medio Oriente. “Ahora los países del Consejo de Seguridad deben enseñar sus cartas”, amenazó Bush, lo que deja en la duda cómo será el último acto de la diplomacia fallida para evitar la guerra: si habrá o no votación sobre el proyecto de segunda resolución. Pero las cosas tampoco están del todo claras para los aliados de Bush: la oposición socialdemócrata española denunció que la postura de Aznar es “ilegal”, y dos ministros del gabinete de Blair amenazaban anoche con su renuncia.
Los plazos militares ya se cumplieron, como dijera el asesor del Pentágono Edward Luttwak a este diario. Estados Unidos ya no cuenta con obtener el paso por territorio turco para abrir el frente norte contra Irak y las pocas fuerzas que todavía están en camino hacia el Golfo Pérsico no son necesarias para iniciar la ofensiva. Ayer, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, pidió a los inspectores de armas y a periodistas que abandonen Bagdad y señaló que los pocos diplomáticos que quedan en el Golfo y Medio Oriente saldrán pronto de allí. Y el único enigma parece ser cómo terminará la batalla diplomática. Hoy vence el ultimátum de 10 días dado por el Estado Mayor de la guerra para que Irak se desarme completamente, pero este ultimátum no fue hacia Irak sino que fue propuesto a la ONU para negociar. Ahora bien, los países reunidos ayer en las Azores no tienen los nueve votos necesarios para hacer aprobar la segunda resolución y ya saben de antemano que Francia y Rusia lo vetarán si estos votos aparecieran mágicamente. Entonces, la pregunta es si el proyecto será o no sometido a votación. Según las amenazas de Bush, que pide que todos muestren sus cartas, sí. “Esperamos que mañana la ONU haga su trabajo, si no todos nosotros tendremos que dar un paso atrás y tratar de pensar en cómo hacer que la ONU pueda funcionar mejor”, declaró Bush. Según el premier portugués que ofició de anfitrión, no. “Por la información de que disponemos, no tenemos los votos necesarios”, declaró, dando a entender que someter la resolución a votación no tendría sentido.
En este contexto, Tony Blair creyó necesario argumentar a favor de lo que sabe que no será aprobado. “Sin un ultimátum creíble, que autorice la fuerza si no cumple, más debate significa más retraso”, afirmó. Y Aznar remarcó varias veces que el Estado Mayor de la guerra seguirá colaborando con la ONU. La situación es tan bizarra que hasta el propio jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, opinó ayer sobre la cumbre, como si el Estado Mayor de la guerra no fuera parte de la ONU. “El mensaje de la cumbre fue dividido. Bush habló principalmente de cómo liberar Irak y asegurarse de que no tienen armas, mientras que Blair y Aznar, por otra parte, están dando más importancia a tener una última ocasión para unir al mundo y dar a Saddam Hussein un ultimátum”, dijo.
Sin embargo, Estados Unidos, Gran Bretaña y España sí tienen en cuenta a la ONU para lo que sin dudas más les conviene, que es compartir gastos en la reconstrucción de Irak. La declaración, titulada “Un proyecto para Irak y para el pueblo iraquí”, dice: “En caso de conflicto, tenemos la intención de buscar la adopción de forma urgente de nuevas resoluciones del Consejo de Seguridad que reafirmen la integridad territorial de Irak, garanticen la distribución rápida de la ayuda humanitaria y respalden una administración apropiada post-conflicto para Irak. Asimismo, propondremos que el secretario general sea autorizado, de manera provisional, a asegurar que las necesidades humanitarias del pueblo iraquí se sigan satisfaciendo a través del programa Petróleo por Alimentos”.
Intentando aplacar al mundo árabe, los tres también hicieron una extensa mención al conflicto israelo-palestino. “Apoyamos el proyecto de un proceso de paz en Oriente Medio en el que dos estados, Israel y Palestina, coexistan en paz, seguridad y libertad. Acogemos con satisfacción el hecho de que el itinerario diseñado para cumplir este proyecto pronto sea entregado a palestinos e israelíes, una vez que se haya producido la confirmación de un primer ministro palestino dotado de autoridad”.
Cuando todo había terminado en la base militar de Lajes, desde Bagdad Saddam Hussein prometía cien tempestades: “Si el enemigo inicia la batalla en gran escala, debe saber que el combate se abrirá en todo lugar en que haya tierra, cielo o agua a través del mundo entero”.

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Durao Barroso, Blair, Bush y Aznar en una sonriente demostración de unidad ayer.
 
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