Martes, 31 de enero de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL PRECANDIDATO REPUBLICANO BASó SU CAMPAñA EN LOS ATAQUES CONTRA NEWT GINGRICH
La pelea por la nominación del partido opositor se centró entre el mormón y el ultraconservador Gingrich. Este último dijo que va a seguir en carrera hasta la convención. El peor escenario, que ninguno obtenga suficientes delegados.
Por David Usborne *
A la espera de que Mitt Romney llegue al escenario en un salón de la comunidad de aquí, Clint Bark, propietario de un centro de jardines, no cree que sea demasiado pedir que el candidato se saltee por una vez los ataques y se enfoque en explicar lo que haría si fuese elegido presidente de Estados Unidos. Hoy es día de primarias en Florida y nada sobre la campaña ha sido agradable. En realidad ha sido tan feroz la mutua demolición entre Romney y su principal rival, Newt Gingrich, que muchos republicanos, incluyendo partidarios de las bases, como Bard, temen que quien sea que surja como nominado del partido saldrá demasiado dañado como para enfrentar a Barack Obama en noviembre.
También ha provocado temores de que un prolongado combate entre el establishment que apoya a Mitt y los miembros del Tea Party que respaldan a Newt podría conducir a una convención dividida (en inglés, brokered convention) en agosto y posiblemente que se saque a relucir a último momento una nueva figura. ¿Alguien dijo Jeb Bush?
“No entiendo lo que están haciendo los republicanos, pero creo que es absolutamente estúpido”, apunta Bard, de 61 años. “Ya aguanté suficiente y me preocupa que estén preparando las cosas para los demócratas. Estamos hablando aquí de dos hombres que se supone que son los más inteligentes en el país. ¿Cuando se van a despertar?”
No durante un tiempo, parece. Romney y el comité de acción política que lo apoya le tiraron a Gingrich con todo en Iowa, y cuando salió quinto en New Hampshire pensaron que estaba muerto. Fue un error que no pueden cometer nuevamente. (Recuerden la victoria de dos dígitos de Gingrich en Carolina del Sur.) Es por eso que le tomó mas o menos dos minutos a Romney mencionar por primera vez a Newt en su presentación aquí en Pompano Beach. Dijo que sus “antecedentes son los de un liderazgo fracasado” y conectó vagamente el haber trabajado para Freddie Mac, la empresa de préstamos hipotecarios apoyada por el gobierno y el colapso de las viviendas, al afirmar “Newt lo provocó”. Y se burló del ex presidente de la Cámara de Representantes diciendo que era un quejoso.
Las encuestas sugieren que Romney ganará fácilmente hoy. Es más, el calendario para febrero, que incluye los caucuses de Nevada el sábado, está todo a su favor. Mientras, tiene que hacer muchísimo dinero para hacer muchísimos más ataques publicitarios. Pero Gingrich ha prometido ahora que va a seguir peleando todo el tiempo hasta el verano y la convención, en la creencia de que puede ganar si el senador Rick Santorum abandona y el voto conservador evangelista finalmente se consolida detrás de él. Quiere que Romney sepa que no se siente intimidado por él. “Creo que va a descubrir que esta será una larga campaña”, les dijo a los periodistas en una reunión ayer, prediciendo nada bueno.
Que esta guerra puede continuar durante meses mortifica a los líderes de los partidos en Washington. Lo único peor sería una convención dividida en la que ninguno tiene los suficientes delegados para asegurarse la nominación. Es ese escenario los delegados de uno podrían comenzar a romper filas y ponerse del lado del otro o, menos probable, considerarlos a los dos como bienes dañados y buscar a alguien totalmente nuevo. Bush, el hermano e hijo de dos ex presidentes y el ex gobernador de Florida, se ha mantenido totalmente aparte de la lucha primaria y, lo que es más interesante, ha desviado las insinuaciones de su apoyo a Romney. ¿Es esto porque piensa que pueden llegar los mayores del partido a golpear a su puerta?
Sin embargo, la mayoría de los estudiosos políticos creen que hablar de una convención dividida y un candidato nuevo son fantasías. “Pueden ocurrir hechos más dramáticos, incluyendo la entrada de un candidato nuevo”, acuerda Gregory Magarian, un experto en elecciones en Estados Unidos en la Universidad de Washington en St. Louis, antes de añadir: “Según mi opinión, esto es muy improbable”. Lo que significa que cualquiera sea el que gane usará vendas ensangrentadas en la elección.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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