Una huelga de 24 horas contra la liberalización del transporte público ferroviario aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy dejó ayer una imagen de colapso en Madrid y Barcelona, con caos en las rutas y aglomeraciones en los trenes en las horas pico y en menor medida en los subtes. Los sindicatos elevaron hasta un 90 por ciento el nivel de acatamiento del paro ferroviario, mientras el Ministerio de Fomento español rebajó la cifra al 22,68 por ciento. En Barcelona, unos 2000 trabajadores se movilizaron hasta la plaza Sant Jaume, sede del gobierno regional, para rechazar los recortes salariales a los empleados de este sector y contra los planes de liberalización de Renfe (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) a partir de julio de 2013 y dividirla en cuatro compañías.