EL MUNDO › SE REUNIO CON DILMA ROUSSEFF FUERA DE AGENDA EN LA CUMBRE DE SAN PETERSBURGO

Obama busca bajar la tensión con Brasil

En una demostración del malestar por el incidente con Washington, Brasil anunció ayer la cancelación del viaje a Estados Unidos de una misión diplomática destinada a preparar el terreno para la visita de Estado de Rousseff.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió ayer con su par brasileña, Dilma Rousseff, al margen de la cumbre del G-20 en San Petersburgo. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Ben Rhodes, había anticipado a la prensa brasileña, en San Petersburgo, que Obama mantendría una reunión informal con Rousseff para discutir la crisis bilateral desatada por el espionaje informático norteamericano. El encuentro entre ambos mandatarios tuvo lugar después de la primera sesión plenaria del G-20 y antes de la cena, confirmó la Casa Blanca en un escueto comunicado oficial, sin dar detalles de la entrevista. El presidente norteamericano prometió también a su par de México, Enrique Peña Nieto, investigar a fondo el espionaje realizado por una agencia de inteligencia de su país contra el empresario cuando era candidato.

Los rumores sobre el encuentro se intensificaron luego de que ambos gobernantes arribaran más tarde a la cena ofrecida por el presidente Vladimir Putin a los líderes que intervienen en la cumbre. Rousseff y Obama no llegaron juntos: el mandatario estadounidense lo hizo cinco minutos después que su homóloga. “Nosotros entendemos la fuerza del sentimiento de ellos (los brasileños) sobre este asunto”, afirmó Rhodes, en el primer comentario del gobierno estadounidense acerca de la molestia brasileña por la revelación de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana espiara los contactos telefónicos y por e-mail de Rousseff con sus asesores.

Rhodes aseguró además que Washington desea preservar la relación bilateral con Brasil, a la que definió como “muy importante, no sólo en América, sino también en el resto del mundo”. El asesor evitó informar, sin embargo, si la Casa Blanca tiene pensado disculparse formalmente por el espionaje a Rousseff y se limitó a decir que el objetivo del gobierno norteamericano no es otro que asegurar que los brasileños entiendan exactamente “la naturaleza de nuestros esfuerzos de inteligencia, que son desarrollados” en prácticamente todos los países del mundo.

“Si hay inquietudes que podamos resolver y que sean consistentes con las exigencias de seguridad nacional, nuestra meta es hacerlo a través de nuestra relación bilateral”, concluyó el asesor. En una demostración del malestar por el incidente con Washington, Brasil anunció ayer la cancelación del viaje a Estados Unidos de una misión diplomática destinada a preparar el terreno para la visita de Estado que Rousseff tiene programada. La mandataria brasileña ordenó dejar sin efecto, por el momento, el viaje previsto para mañana de una delegación de avanzada a Washington, donde debía ordenar su agenda de encuentros y temas relativos a la seguridad.

La presidenta está bastante irritada con las informaciones sobre espionaje y aguarda un pedido de disculpas formal de Washington, señalaron sus colaboradores al diario Estado do Sao Paulo. Las mismas fuentes señalaron que la mandataria parece poco interesada en realizar el viaje a Washington, previsto para el 23 de octubre, aunque aún no fue suspendido oficialmente.

Por otra parte, Obama se comunicó por teléfono con su par mexicano, Peña Nieto, a quien aseguró que el caso de espionaje que lo salpica –denunciado por TV O Globo– será esclarecido, señalaron fuentes del gobierno mexicano. La cadena de televisión brasileña reveló que al igual que el mandatario mexicano, Rousseff también había sido objeto de espionaje en sus correos electrónicos y llamadas a su teléfono móvil por parte de la NSA.

En una escala de su viaje a Rusia, Peña Nieto adelantó que exigirá al presidente norteamericano explicaciones sobre el tema, que provocó fricciones en la relación bilateral e hizo que la Cancillería condenara ese episodio. Desde la Presidencia mexicana indicaron que hubo un llamado privado entre ambos mandatarios corto y cordial, contacto telefónico durante el cual Obama le comunicó a Peña Nieto que atendería la nota diplomática que México remitió a Estados Unidos en relación con el caso de espionaje. Las mismas fuentes aseguraron que el mandatario mexicano expresó que espera tener resultados de la investigación muy pronto.

Peña Nieto se mostró confiado en mantener un encuentro informal o casual con Obama para discutir el caso de espionaje y señaló que espera que ese contacto sirva para dejar muy en claro la posición de México de que, “de haber existido algún tipo de espionaje en conductas o en formas que no están apegadas a derecho”, su país las reprueba y condena.

El gobierno de Peña Nieto pidió el lunes a Washington una investigación exhaustiva sobre los reportes de un supuesto espionaje a ciudadanos mexicanos y que determine las responsabilidades correspondientes. La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana citó ese mismo día al embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, para expresar su enérgica sorpresa y exigir la realización de la investigación.

Los documentos usados como base de la información publicada en Brasil fueron entregados por el ex técnico de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden al periodista Glenn Greenwald, del diario británico The Guardian, que vive en Río de Janeiro.

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Obama y Dilma se saludan en el 2011 durante una visita a Brasil del estadounidense.
Imagen: AFP
 
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