EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE EE.UU. ACORTó SU GIRA EN ASIA Y CRITICó CON TODA DUREZA A LOS REPUBLICANOS

Obama busca el contraataque contra la derecha

Llamó a los líderes del Congreso para tratar de destrabar la situación y acusó a la oposición de llevar al país hacia la cesación de pagos. Obama parece haber decidido ponerse al frente de la pelea por destrabar la situación.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que no va a negociar con los republicanos bajo la amenaza de un cierre indefinido de la administración federal, ni de la suspensión de pagos si no se logra un acuerdo para elevar el nivel de endeudamiento público. Así lo comunicó el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, mientras el mandatario recibía a los principales líderes legislativos republicanos y demócratas para abordar la paralización parcial de los servicios públicos por falta de un presupuesto. Al encuentro asistieron el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, además de los líderes de la minoría de ambas cámaras, el opositor Mitch McConnell y la oficialista Nancy Pelosi. El objetivo del gobierno es destrabar la parálisis que ha obligado a suspender de momento las actividades públicas.

Obama se declaró exasperado por la paralización del gobierno nacional provocada por los republicanos y advirtió que el partido opositor parece estar dispuesto a permitir que el país entre en cesación de pagos. “Por supuesto que estoy exasperado, porque esto es completamente innecesario. Cuando una facción política está dispuesta a potencialmente dejar de cumpliar las obligaciones del gobierno de los Estados Unidos, estamos en problemas. Creo que Wall Street debería estar preocupado”, dijo el presidente en una entrevista con la cadena CNBC.

“El presidente Obama sólo está pidiendo que el Congreso cumpla con sus obligaciones”, dijo Carney. El portavoz criticó a los republicanos por tener de rehén al gobierno y a la economía al haber provocado el cierre del gobierno, algo que no ocurría desde 1996. “El Congreso debe aprobar el aumento de ese techo sin demora ni dramas”, insistió Carney. “No queremos ni siquiera contemplar lo catastrófica que sería una suspensión de pagos”, añadió.

La paralización parcial de la administración se inició el lunes, después de que los republicanos se negaron a respaldar el presupuesto si no se suspendía la reforma demócrata para otorgar cobertura médica a todos los estadounidenses. El ala más conservadora de los republicanos, fundamentalmente el movimiento Tea Party, busca condicionar esa financiación a retrasos en la aplicación de la reforma sanitaria, algo que rechazan los demócratas y el propio Obama.

Después de que la Casa Blanca anunciara ayer por la mañana que Obama canceló parte de la gira por Asia que realizará a partir de este sábado debido a esta crisis presupuestaria, Carney reiteró que el presidente tiene la intención de hacer ese viaje, que lo llevará a Indonesia y Brunei. “Ese viaje es importante”, enfatizó el portavoz, quien rehusó especular sobre si se cancelará en su totalidad si la administración sigue cerrada el sábado, día en que Obama debe partir.

Previo al encuentro con los congresistas de ambos partidos, el presidente se reunió a puerta cerrada en la Casa Blanca con 14 directores ejecutivos de las mayores firmas financieras del país. Al término de ese encuentro, el consejero delegado del banco Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, explicó que hubo un consenso acerca de evitar cualquier situación que dañe la recuperación económica de Estados Unidos. “En el país hay precedentes de un cierre de la administración. Pero no hay precedentes de una suspensión de pagos”, advirtió Blankfein.

A dos días del inicio de la parálisis, que obligó a cerrar museos, oficinas, monumentos, parques nacionales y entes completos, e hizo que 800.000 empleados estatales tuvieran que quedarse en sus casas sin percibir salarios, la Casa Blanca indicó que en la reunión se abordará también el tema del techo de la deuda, cuyo límite se alcanzará el 17 de octubre. Si no se lograra un acuerdo entre el gobierno y el Congreso para aumentar ese techo de la deuda, el país se verá caer en una suspensión de pagos, situación que, según los analistas, afectaría muy negativamente a la economía de todo el mundo.

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En el segundo día de paralización del gobierno central, se empezó a hablar de una posible bancarrota de los bonos.
Imagen: EFE
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