EL MUNDO › EL PAPA ADVIRTIó QUE “TORTURAR ES UN PECADO MORTAL”

“Un mundo en guerra por todas partes”

El papa Francisco expresó hoy su “espanto” por la cantidad de guerras que hay en el mundo y deploró el nivel de crueldad en estos conflictos, en los que las bombas matan tanto a culpables como a inocentes, incluso a “niños” y a “madres”. Durante una rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en el que ayer regresó a Roma desde Corea del Sur, Francisco destacó que se vive “en un mundo en guerra por todas partes”.

“Alguien me decía que estamos en la tercera guerra mundial, pero a trozos, a capítulos”, declaró a los periodistas durante el vuelo. “Alguna vez se hablaba sobre la guerra convencional; ahora ya no cuenta. No digo que las guerras convencionales sean algo bueno, para nada. Pero hoy la bomba mata tanto al inocente como al culpable, al niño con la madre, mata a todos”, evaluó. El Papa señaló que debería “espantar” el nivel de crueldad al que llegó la humanidad, sin mencionar el conflicto entre israelíes y palestinos, ni la reciente ofensiva que Israel desató sobre Gaza, en la que murieron más de 2 mil personas, en su mayoría civiles.

Y sobre la oración por la paz en Medio Oriente que organizó en el Vaticano en junio pasado con la presencia de los presidentes de Palestina, Mahmud Abbas, y de Israel, Shimon Peres, el pontífice destacó que “no fue absolutamente un fracaso”. “Yo creo que la puerta está abierta. La paz es un don de Dios que se merece nuestro trabajo, pero es un don. Y hay que decir a toda la humanidad que la mesa de negociación es importante, pero también lo es la de la oración”, indicó el Papa.

Francisco afirmó que es “justo” detener a los agresores en Irak, pero “no bombardear” en el norte de ese país, donde los islamistas atacaron a los kurdos y cristianos que viven en la zona. “Cuando hay una agresión injusta, es lícito detener al agresor injusto, pero no bombardear, no hacer una guerra. Los medios deben ser evaluados”, indicó. El Papa advirtió que “una sola nación no puede juzgar cómo se detiene una agresión”. Francisco advirtió que “después de la II Guerra Mundial, esto es un deber de Naciones Unidas”, y afirmó que “tantas veces, con la excusa de detener a los agresores, las potencias se han apropiado de los pueblos y han realizado verdaderas guerras de conquista”. El papa Francisco remarcó que la tortura “es un pecado en contra de la humanidad y un delito de lesa humanidad”. “Digo a los católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero es mucho más: es un pecado contra la humanidad”, aseguró.

Por último, Francisco confió que también él, como hizo su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, en febrero de 2013, renunciaría al pontificado si siente que no puede continuar con su misión. “¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo”, respondió.

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