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No es lo mismo, pero los 22 países árabes miembros de las Naciones Unidas lograron en la Asamblea General lo que vieron vetado el martes en el Consejo de Seguridad del organismo internacional. Por 133 votos a favor, 15 abstenciones y el voto en contra de Estados Unidos, Micronesia, las Islas Marshall y el propio Israel, se aprobó la resolución propuesta por Sudán exigiendo que Jerusalén deje de amenazar a Yasser Arafat. El texto pide que “Israel, potencia ocupante, desista de cualquier medida de deportación y deje de amenazar la integridad del presidente elegido de la Autoridad Palestina”. Voceros israelíes afirmaron que “esta resolución no significa nada”, mientras que funcionarios palestinos definieron el voto como “una cachetada para Israel”.
Sudán, con acuerdo de los países árabes, presentó una muy dura resolución la semana pasada ante el Consejo de Seguridad, que fue directamente vetada por EE.UU. Después de negociar con la Unión Europea, la declaración perdió virulencia y ganó una frase de apoyo al plan de paz en Medio Oriente, una condena a los atentados suicidas y un llamado a la Autoridad Nacional Palestina a detenerlos. “Condenando los atentados suicidas y su reciente intensificación y recordando a este respecto que, en el marco de la Hoja de Ruta, la Autoridad Palestina debe tomar todas las medidas necesarias para acabar con la violencia y el terror”, dice el párrafo enmendado a última hora.
Formalmente, la sesión de la Asamblea General de la ONU era la reanudación de la décima sesión especial de urgencia sobre Palestina, que fue suspendida en agosto de 2002 y podía reanudarse a demanda de los miembros. En los hechos, se transformó en un foro sobre debate de las últimas semanas en Israel, donde se habla de deportar e incluso de matar a Arafat. El representante de EE.UU. en la ONU, John Negroponte, dijo que su país “no apoya ni la expulsión ni la eliminación” del palestino, pero criticó la resolución porque no condena igualmente las actividades terroristas de Hamas, Jihad Islámica o la Brigada de Mártires Al Aqsa. “Es particularmente descorazonador que la norma de condenar sólo a Israel haya vuelto a Naciones Unidas”, dijo Negroponte.
El embajador palestino en la ONU, Nasser al-Kidwa, se preguntó desde la tribuna de la Asamblea “si la comunidad internacional encontrará la voluntad colectiva para hacer respetar (a Israel) la ley internacional”. Su par israelí, Dan Guillerman, le contestó que “Arafat es un obstáculo para la paz. Representa el pasado oscuro de los palestinos más que el futuro que podrían tener” y “nos odia más a nosotros de lo que ama a sus niños”. El israelí agregó que el “régimen de Arafat” es “corrupto” y “violento”.
“El resultado (de la votación) supone una bofetada para Israel y aquellos que lo apoyan. El voto de la Asamblea General expresa el apoyo de la mayoría de miembros a Yasser Arafat y el pueblo palestino”, declaró Nabil Abu Rudeina, principal consejero de Arafat. Por su parte, Raanan Gisis, portavoz del primer ministro israelí Ariel Sharon, dijo que “si la luna hubiera sido un tema palestino, la Asamblea General hubiera votado que la luna es llana y no redonda. Esta resolución no significa nada”.