La bancada del Partido Republicano en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos presentó un proyecto de ley de presupuesto del Departamento de Estado para 2016 que bloquea la financiación para abrir una nueva embajada en Cuba.

De esta forma el partido opositor intenta socavar el descongelamiento de las relaciones diplomáticas que anunciaron el último 17 de diciembre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, por el que el país caribeño ya fue retirado del listado de países patrocinadores del terrorismo y se preveía que en breve sería anunciada la reapertura de las embajadas. “El proyecto de ley incluye la prohibición de fondos para una embajada u otro centro diplomático en Cuba, más allá de lo que existía antes del anuncio de diciembre del presidente de cambiar la política de Estados Unidos hacia Cuba”, apunta el texto.

Uno de los autores de la iniciativa es el legislador republicano por Florida Mario Díaz-Balart, de origen cubano y férreo opositor a la apertura de las relaciones, que además ha apoyado otras medidas en otros textos vinculados con el gasto para limitar los viajes desde Estados Unidos a Cuba y las exportaciones a la isla. El documento también solicita que el secretario de Estado se niegue a expedir visados a Estados Unidos para miembros del Partido Comunista y militares cubanos.

La medida también propone restringir fondos para facilitar la apertura de una embajada de Cuba en Estados Unidos, pero aportaría financiación a temas de inclusión democrática y programas de radiodifusión internacional.

Al conocerse el contenido de la disposición, la Casa Blanca emitió un comunicado oponiéndose a la misma y asegurando que el presidente Obama vetaría el texto en caso de que los aprobara el Congreso.

El extenso proyecto de ley, de 158 páginas e impulsado por el legislador Díaz-Balart, establece normas para el uso de los presupuestos destinados al transporte y desarrollo urbano para el año fiscal que finaliza en septiembre de 2016.

En una nota oficial, la Casa Blanca anunció que “se opone con firmeza” a la aprobación del proyecto de ley, que congela o reduce “inversiones críticas” en materia de transporte y seguridad. “Además, la legislación incluye provisiones altamente cuestionables, entre ellas medidas que restringirían viajes a Cuba”, afirmó la Casa Blanca.

Por su parte, la alta diplomática estadounidense Roberta Jacobson se mantendrá al frente de las negociaciones por el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, hasta ser confirmada en su nuevo cargo de embajadora en México, informó ayer el Departamento de Estado. “Hasta que sea confirmada en ese puesto ella sigue siendo Subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental y seguirá en ese puesto”, dijo la portavoz de la cancillería estadounidense, Marie Harf.

Al ser consultada sobre si Jacobson precisaría alejarse temporariamente de las conversaciones con Cuba para prepararse para su nueva función, Harf dijo que la diplomática “puede hacer las dos cosas al mismo tiempo”.