EL MUNDO › EL LIDER DEL GRUPO JIHADISTA

Historia de Belmokhtar

 Por Tim Walker *

El hombre que, se cree, estuvo ayer detrás del ataque al hotel en Bamako es un veterano jihadista subsahariano conocido, entre muchos apodos, como El Intocable. En varias ocasiones se informó en los últimos años que Mokhtar Belmokhtar, de 43 años, había muerto. Pero los atentados contra su vida no parecen haber tenido éxito. De hecho, a principios de este año Belmokhtar fue nombrado el líder de Al Murabitun, una filial de Al Qaida que opera en Africa Occidental, que se adjudicó la responsabilidad por el ataque de ayer en colaboración con Al Qaida en el Magreb islámico (AQMI), su “sucursal” en el norte de Africa.

Belmokhtar, que luchó con Osama bin Laden en Afganistán en los 90, le juró lealtad al actual jefe de Al Qaida, Ayman al Zawahiri, y criticó al Estado Islámico (EI). En enero de 2013, instigó un ataque mortal contra una instalación de gas argelino y varios meses más tarde un doble ataque suicida a un cuartel militar y a una mina de uranio en Níger.

“Los ataques en Bamako estarían totalmente dentro del estilo de Belmokhtar”, dijo Paul Melly, miembro asociado al programa de Africa de Chatham House. “Si bien hubo varios ataques a pequeña escala en Mali en lo que va del año, Belmokhtar tiende a favorecer los ataques a gran escala”.

Nacido en el norte de Argelia en 1972, Belmokhtar primero tomó las armas cuando era un adolescente, peleando con los mujaidines contra el gobierno pro soviético en Afganistán. Fue allí donde se cree que perdió el ojo izquierdo, mientras manejaba explosivos, lo que valió el apodo de One Eye.

En los 90 volvió a casa y se dedicó al contrabando de armas y a la lucha a favor de los grupos extremistas islámicos que querían derrocar al gobierno argelino. Los tribunales de su país lo condenaron a muerte in absentia en dos ocasiones por actividades terroristas. Belmokhtar llegó a ser comandante en AQMI, pero dejó el grupo en 2012 después de una discusión con el liderazgo. Entonces formó su propia facción, Al Mua’qi’oon Biddam (“Los que firman con sangre”), que en enero de 2013 tomó más de 800 rehenes en la toma de una instalación gasífera en Argelia. El operativo fue en respuesta a las operaciones militares francesas contra los militantes islámicos en Mali. Para cuando las fuerzas argelinas recuperaron la instalación, 39 rehenes y 29 combatientes de Belmokhtar habían muerto.

Belmokhtar nombró a uno de sus hijos Osama, en honor al fundador de Al Qaida, reafirmó el año pasado su lealtad a Al Zawahiri y criticó al EI por su violencia contra los musulmanes en Siria, instando a sus combatientes a “volver a la verdad y de conciliar antes de la guerra vaya por el fruto de su yihad y el mejor entre sus hombres”. En agosto fue nombrado líder de Al Murabitoon, que también se autodenomina Al Qaida en Africa Occidental, sugiriendo no sólo que sigue siendo aliado de AQMI, sino también ofreciendo un contraste con Boko Haram, que recientemente se renombró como el Estado Islámico en Africa Occidental.

Durante la toma de la gasífera, insistió en que era “inocente” de “lo que el EI y sus líderes han hecho en términos de fragmentar las filas de los muyahidines y derramar la inviolable sangre de los musulmanes”. Citando el ejemplo de Bin Laden, el grupo de Belmokhtar dijo que estaba comprometido a “expulsar al enemigo de los cruzados que ocupa nuestra tierra”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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