La actividad económica anotó un crecimiento del 2,8 por ciento en septiembre respecto del mismo mes del año pasado, según el Indec. El consumo privado y la construcción fueron los principales impulsores del Producto Interno Bruto, mientras que las exportaciones, que marcaron una caída de dos dígitos, frenaron la expansión de la economía. La Argentina es uno de los pocos países de la región que consiguieron incrementar la tasa de crecimiento en 2015 respecto de los registros alcanzados en 2014. Las políticas públicas de fuerte estímulo a la demanda interna fueron claves en esta dirección.

El sector de la economía real con mayor crecimiento en el año fue la construcción, que anotó una expansión interanual de 5,6 por ciento en septiembre. La edificación de hogares particulares fue uno de los bloques que más subió (5,9 por ciento), lo que se relacionó con el impulso del programa de créditos baratos de largo plazo Procrear. El plan puso en marcha 200 mil viviendas en los últimos tres años, de las cuales 153 mil ya se terminaron de construir. La refacción de establecimientos productivos también marcó un fuerte incremento de 6,8 por ciento, mientras que la obra de infraestructura, que se asocia al esfuerzo inversor del sector público en edificación de grandes proyectos, avanzó al 5,8 por ciento. Otro indicador relevante para evaluar el repunte de la construcción en 2015 fue el despacho de cemento al mercado interno, el cual anotó el pico de venta de los últimos veinte años.

El consumo de la población, uno de los componentes centrales de la demanda agregada, fue otro de los motores del crecimiento económico este año. Distintos indicadores tanto del Indec como de privados reflejaron este aumento de las decisiones de compra de los individuos. Según datos oficiales, la facturación en los centros comerciales (shoppings) marcó alza de 32 por ciento en septiembre respecto del mismo mes del 2014, en tanto que en supermercados se registró un avance del 24 por ciento interanual. Desde CAME, cámara que reúne a los comerciantes de la mediana empresa, estimaron que la cantidad de productos de consumo masivos vendidos subió 2,4 por ciento, donde se destacó el alza en alimentos, electrodomésticos, indumentaria, calzado y juguetes. La recaudación del impuesto al valor agregado interno, que subió 38,2 por ciento, fue otro elemento relevante para observar el mayor dinamismo de la demanda. Las políticas públicas de incentivo para el consumo, como el programa Ahora12, fueron claves para impulsar la demanda, donde también jugó un papel destacado la estabilidad del tipo de cambio oficial.

La exportación, a diferencia del desempeño de la inversión en construcción y del consumo de los particulares, fue el componente de la demanda agregada que frenó la expansión de la economía doméstica. Los despachos al resto del mundo sumaron 5611 millones de dólares en septiembre, al caer 16 por ciento en relación con el mismo mes del 2014. La caída de los precios internacionales de las materias primas, la recesión de Brasil, que afecta particularmente las exportaciones del sector automotriz, y el menor volumen del comercio a nivel mundial provocaron la contracción de las exportaciones, lo cual ocasionó fuerte reducción del superávit de la balanza comercial.

La Argentina, pese a las dificultades en materia de divisas, fue uno de los pocos países de la región que incrementó el crecimiento en 2015 respecto de los registros de 2014 (pasó de crecer 0,5 a más de 2 por ciento). Brasil, por caso, muestra la peor performance de Latinoamérica, donde se estima que anotará una contracción de más del 3 por ciento del PBI para el cierre de este año, cuando en 2014 había crecido al 0,1. La recesión brasileña se potenció a partir del programa de ajuste fiscal, suba de la tasa de interés y devaluación lanzado a comienzos de 2015. A su vez, el crecimiento en Ecuador bajará de 3,7 a 0,2 por ciento entre 2014 y 2015, mientras que en Colombia lo hará de 4,6 a 2,6 por ciento, en Uruguay de 3,5 a 2,1 y en Paraguay de 4,4 a 3,5.