EL MUNDO › A CUATRO DIAS DEL BALLOTTAGE, LULA SACO UNA VENTAJA QUE PARECE INALCANZABLE

Cierre de campaña a todo trapo en Brasil

Los analistas y los sondeos dan por segura la victoria del candidato presidente. Después de la primera vuelta, Lula amplió la ventaja con un discurso progresista que atacó el proyecto privatizador de su rival. Pero todavía falta el debate de mañana en TV Globo.

Luiz Inácio Lula da Silva y Geraldo Alckmin cerraron ayer sus campañas hacia el ballottage del domingo próximo, al que Lula llega prácticamente con la reelección en el bolsillo. Una encuesta de Datafolha divulgada la noche del martes asigna al presidente brasileño el 61 por ciento de los votos válidos contra 39 por ciento de su rival socialdemócrata. Pero todavía queda una última oportunidad para que Alckmin produzca el milagro de cerrar la brecha que lo separa de su adversario: el debate de mañana en la TV Globo.

Lula cerró su campaña en una plaza de Capela do Socorro, en la zona sur de la ciudad de San Pablo ante unas 15 mil personas. En tanto Alckmin eligió como lugar de cierre de campaña el Vale do Anhangabaú, en el centro de la metrópolis brasileña. San Pablo, el mayor colegio electoral del país, es el estado donde Lula forjó su carrera de líder sindical y donde fundó el Partido de los Trabajadores (PT). Alckmin también tuvo a San Pablo como cuna política. Nació en Pindamonhangaba, en el interior del estado, y estuvo en el gobierno paulista desde 1995 primero como vicegobernador y después como gobernador desde 2001 hasta marzo pasado, cuando decidió lanzar su candidatura a la presidencia.

Lula llegó al lugar del acto acompañado por la ex alcaldesa de San Pablo Marta Suplicy, el derrotado candidato a gobernador paulista Aloizio Mercadante y el ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro. Además, entre los dirigentes que lo esperaban estaba el secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor De Gennaro. En su discurso, el mandatario aseguró que si gana el domingo gobernará para 190 millones de brasileños, para negros y blancos, para la totalidad de los pueblos y religiones. “La mayoría del país es pobre y por eso vamos a ganar el domingo”, afirmó, y se comparó con “una madre que puede tener muchos hijos, pero no olvida a los más necesitados”.

El mandatario y candidato a la reelección criticó duramente a los que “del otro lado tienen un proyecto para vender el patrimonio público y privatizar, que es lo único que saben hacer” y añadió que su proyecto “no es de Lula sino de los millones de brasileños que conocen el pueblo y sus problemas para tener empleo y comprar pan”. Además, aseguró que mañana irá tranquilo al último debate por televisión y le agradeció a Dios por tener una segunda vuelta para mostrar sus diferencias con Alckmin.

En tanto, Alckmin utilizó nuevamente las denuncias de corrupción como eje de su discurso. “Quiero ser un instrumento de ustedes, un instrumento del pueblo brasileño para barrer esa corrupción, esa ‘robadera’. El gobierno de Lula es el Código Penal ambulante”, dijo Alckmin ante miles de personas que asistieron al último mitin de su campaña. “El partido de la ética se convirtió en el partido de la mentira”, dijo en referencia al PT. A pesar de que las encuestas le dan a Lula 22 puntos de diferencia con su rival, Alckmin no se da por vencido. El candidato del PSDB indicó que “la diferencia con Lula es pequeña” y que en los cuatro días que faltan para las elecciones pasará al frente. “Según las encuestas que manejamos, la diferencia es de un dígito”, afirmó.

En el acto de Alckmin participaron líderes del PSDB y de su aliado, el Partido Frente Liberal (PFL), así como políticos de otros partidos que apoyan la candidatura de Alckmin. Las figuras más destacadas fueron el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que tuvo un discurso muy duro contra Lula al reclamarle hombría para aclarar los casos de corrupción. “Para mí usted acabó, fue enterrado en los escombros de los escándalos y de la historia”, afirmó Cardoso. Otras personalidades presentes en el acto fueron el gobernador de San Pablo, José Serra (PSDB) y los senadores Tasso Jereisatti (PSDB) y Jorge Bornhauser (PFL).

Por otra parte, Alckmin calificó a Lula de “arrogante”, debido a comentarios de lo que hará después de las elecciones y acusó al petista de mentir cuando critica a las oligarquías, ya que tiene el apoyo de personas como el ex presidente José Sarney, del PMDB, y de Delfin Neto, ex ministro de Economía de la dictadura brasileña. Alckmin se refería así a las declaraciones radiales de Lula, en las que habló de la formación del gobierno que se instalará el 1º de enero. “No puedo definir eso ahora porque aún no gané la elección, pero por cierto que los ministerios serán asignados de acuerdo con la fuerza de los estados, de acuerdo con nuestra composición política”, declaró Lula a la Radio Gaúcha. “Estoy convencido de que será un gabinete que va, a partir de lo que hicimos, a tener más agilidad, ser más eficaz, para que podamos hacer en los próximos cuatro años el doble de lo que hicimos en el primer mandato”, agregó.

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El presidente Lula criticó el proyecto privatizador de su rival.
 
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