EL MUNDO › LO REMOVIO DEL CARGO DE MEDIADOR CON LA GUERRILLA COLOMBIANA DE LAS FARC

Uribe le sacó la tarjeta roja a Chávez

Bogotá adujo que Chávez había violado acuerdos previos al contactarse directamente con el jefe del ejército colombiano. La medida les cayó mal a los familiares de los rehenes y el presidente venezolano no ocultó su enojo. “La frontera está abierta” para la guerrilla, desafió. También fue echada la senadora Piedad Córdoba.

Cuando las negociaciones de paz parecían despegar, Colombia bajó de un plumazo al mediador venezolano, el presidente Hugo Chávez, por ahora. En una medida sorpresiva, el mandatario colombiano, Alvaro Uribe, abortó el miércoles por la noche las negociaciones que el facilitador bolivariano llevaba adelante desde hace más de dos meses para lograr el canje de rehenes de la guerrilla por rebeldes presos. El detonante de la decisión, según Bogotá, fue un error imperdonable de Chávez: contactar a un alto mando militar sin el consentimiento del gobierno colombiano. En cambio, la senadora Piedad Córdoba precisó ayer que la llamada telefónica era rutinaria. Aunque desde el palacio colombiano de Nariño dijeron que la situación era irreversible, la medida inmediatamente desató las protestas de los familiares de los secuestrados y la presión de la comunidad internacional.

La mediación de Chávez nunca fue un lecho de rosas. El malestar dentro del gobierno colombiano parecía crecer proporcionalmente con el protagonismo del venezolano. Pero el plazo que Bogotá había impuesto al venezolano durante esta semana para finalizar el intercambio humanitario parecía indicar que Chávez seguía en carrera. Pero no. “El presidente de la República da por terminada la facilitación de la senadora Piedad Córdoba y la mediación del presidente Hugo Chávez, a quienes agradece la ayuda que estaban prestando”, señaló el mandatario a través de un comunicado.

Fiel a su estilo, Chávez no se quedó callado. Primero emitió un comunicado conciliador. “Con sorpresa hemos recibido la declaración del gobierno colombiano de dar por terminada la mediación El gobierno acepta esta decisión soberana, pero manifiesta su frustración, dado que se aborta un proceso habiéndose obtenido en apenas tres meses importantes avances,” escribió. Después subió el tono y en declaraciones habló de “lamentable decisión” y les pidió a los líderes de las FARC que produzcan las pruebas de vida prometidas. “La frontera está abierta.” invitó desafiante.

Córdoba aceptó la medida con resignación. “Hay que tomarlo con mucha serenidad, sin hacer de esto una guerra,” declaró.

Según el gobierno colombiano, Uribe cambió el curso de su plan luego de conocer que Chávez se había comunicado por teléfono el miércoles con el comandante del ejército colombiano, el general Mario Montoya, y le había preguntado sobre los secuestrados. “En la reunión de Santiago de Chile el presidente Uribe le había dicho al presidente Chávez que no estaba de acuerdo con que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela se comunicara directamente con el alto mando institucional colombiano”, indicó la nota oficial.

Pero para el ex alto comisionado de Paz, Camilo Gómez, el mandatario colombiano había perdido el control del proceso de mediación humanitaria. “La de Chávez era una mediación en la que estaba negociando directamente el acuerdo humanitario”, señaló.

Mientras Uribe intentaba retomar las riendas del proceso de paz y aseguraba que continuaría buscando un canje por vías más discretas, el ex funcionario criticó la estrategia de Colombia. “El gobierno colombiano lleva seis años diciendo que no hace un acuerdo humanitario porque va a insistir en el rescate militar, pero tampoco ha logrado el rescate militar”, añadió.

Desde el chavismo también se escucharon críticas. El jefe de la bancada legislativa chavista acusó a Bogotá de responder a los factores de poder. “Uribe jugó esa carta bajo presión. Cada vez que Chávez tomaba una iniciativa para buscar flexibilizar posiciones había una respuesta muy dura del gobierno colombiano”, advirtió Mario Isea.

Por su parte, los grupos de los familiares de los secuestrados por las FARC se mostraron golpeados y algunos organizaron manifestaciones en Bogotá y Francia. “Es una frustración. Se podría haber esperado más. No era perfecto pero se había avanzado un poco, había apoyo internacional y se realizaron las primeras reuniones públicas con las FARC desde el 2003”, señaló a Página/12 Oscar Lizcano, hijo de un legislador secuestrado hace siete años. “El lunes nos vamos a reunir con Uribe, pero no vamos a ir a la manifestación”, aclaró.

En cambio, Fabiola Perdomo, esposa de uno de los diputados que fue asesinado en un rescate fallido del ejército, fue más incisiva. “La posición del gobierno no puede ser tan extrema porque hay vidas en el medio”, dijo Perdomo a este diario, simpatizante de las protestas. “Hay que dar otra oportunidad a Chávez y Córdoba. Yo creo que otros facilitadores están muertos. No lo han hecho en los últimos años y la luz se empieza a apagar”, alertó.

Informe: Juan Manuel Barca.

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Cuando Chávez y Uribe se agarran, no se sabe si se están abrazando o están forcejeando; la mediación terminó... al menos por ahora.
 
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