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No te calles, le dicen a Bachelet

El Congreso la intimó a repudiar la actitud de Chávez en la cumbre. Fue el segundo revés para la mandataria chilena en una semana.

Los nubarrones volvieron a acechar a La Moneda y nadie se anima a descartar una nueva tormenta. La presidenta Michelle Bachelet sufrió dos derrotas esta semana en el Congreso y podría haber perdido la mayoría en las dos cámaras, una de los pocas fortalezas certeras que le quedaban. Dos senadores y cinco diputados de la Concertación terminaron de inclinar la balanza en contra del gobierno el martes al rechazar la partida millonaria extra para reparar las deficiencias del Transantiago, el sistema de transporte que lanzó Bachelet a principio de año. Todavía no se había podido recuperar, cuando los diputados –entre ellos varios oficialistas– la desafiaron y le pidieron que repudie públicamente la actitud del presidente venezolano Hugo Chávez durante la reciente Cumbre Iberoamericana. La mandataria, por medio de un ministro, se negó.

El texto, aprobado por 53 votos a 11, recordó no sólo el episodio con el rey español Juan Carlos y su ya célebre “¿por qué no te callas?”, sino también el apoyo de Chávez al gobierno boliviano y su demanda marítima. “Todo esfuerzo por maximizar los frutos de la reciente cumbre han sido groseramente opacados por la actuación del presidente de Venezuela, secundado por los jefes de Estado de Cuba y Nicaragua”, reclamó la Cámara chilena. Como si no hubiese quedado claro su posición, los diputados destinaron un párrafo a destacar los esfuerzos del monarca español para impulsar “la unidad iberoamericana y el desarrollo de la región”.

Una resolución similar descansa en la mesa de entrada del Senado chileno. Sin embargo, este texto tiene un aditivo, que hace dudar a la conservadora Cámara. El proyecto, presentado por la otrora pinochetista Unión Democrática Independiente (UDI), no sólo cuestiona al presidente venezolano, sino que le pide a Bachelet que suspenda su viaje a Cuba, programado para mediados de 2008. Según estimaban en el Senado ayer, la votación se podría postergar hasta los primeros días de diciembre.

Por eso, La Moneda ya comenzó a mover sus influencias en el Senado para no tener que salir otra vez a recordarles a los legisladores que de la política exterior se ocupa Bachelet. Sin embargo, la verdadera preocupación del gobierno sigue siendo Transantiago. El ministro de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, garantizó ayer que conseguirán el dinero para financiar el sistema de transporte como sea.

Una de las opciones que baraja la mandataria es echar mano a un recurso que hasta ahora había esquivado la Concertación. El presidente puede, en caso de una emergencia, pedir un dos por ciento extra del Presupuesto nacional para utilizar a discreción. Según las cifras actuales, se trataría de unos 700 millones de dólares, un número muy superior a los 92 millones que le había pedido al Congreso para los próximos cuatro meses.

Para el analista chileno Carlos Huneeus esta opción es viable, pero no resuelve nada. “A pesar del monto, sigue siendo una solución cortoplacista. Tarde o temprano la presidenta tendrá que entenderse con la oposición... y con los suyos”, le explicó a este diario. Según el director del Centro de Estudios de la realidad contemporánea, el gran problema de la presidenta es que la rebelión no está en su partido, el socialista, sino en su aliado, la Democracia Cristiana (DC).

Los llamados colorines –un senador y cinco diputados– conformaron un nuevo grupo legislativo que, sin romper con la DC, vota en contra de la línea del partido y del gobierno. “Se trata de una interna de cara a las elecciones partidarias del año que viene”, explicó Huneeus. Sea como fuere, la oposición aprovecha y sigue cercando a Bachelet.

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La mayor preocupación de Michelle Bachelet es el Transantiago.
Imagen: AFP
 
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