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Un taxi que llevaba directamente al infierno

La guerra de Afganistán puede haber terminado, pero sus escaramuzas no. Cuatro soldados alemanes de la fuerza internacional de paz en Afganistán (ISAF) murieron ayer y otros 30 resultaron heridos al estallar un taxi bomba junto al autobús en el que viajaban por Kabul, confirmó en Berlín el ministro de Defensa Peter Struck. Además de los muertos, un total de 29 soldados resultaron heridos, algunos de ellos de extrema gravedad, así como al menos dos peatones afganos, explicó Struck, quien agregó que hasta el momento no hay indicios concretos de que la red terrorista internacional Al-Qaida esté implicada en el ataque. Según el ministro, un taxi cargado de explosivos se detonó al lado de uno de los dos autobuses que trasladaban al aeropuerto de la capital afgana a los soldados alemanes, que iban a volver ayer mismo a su país de origen. Los vehículos salieron del cuartel general alemán a las 7.50. Poco después, en una calle principal, uno de los dos autobuses quedó totalmente destruido por una explosión. En el autobús atacado había 33 ocupantes. El portavoz de la ISAF en Kabul, Paul Kolken, informó a la agencia DPA que la explosión se produjo en la ruta de Jalalabad, a unos cinco kilómetros del centro de Kabul, aunque no dio más detalles. Alemania dijo que, pese a esto, no retirará sus fuerzas de Afganistán.

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