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De la Sota juega hoy el juego de la reelección

Con su sueño presidencial abollado pero vivo, el gobernador cordobés es el favorito para la elección de hoy. Su principal rival es el radical Aguad, que puede devolver algún brillo a su partido con una elección correcta.

 Por Mónica Gutiérrez

Seis semanas después de la elección presidencial, los cordobeses regresan hoy a las urnas para elegir al gobernador de los próximos cuatro años y medio. José Manuel De la Sota intentará su reelección y el candidato radical, Oscar Aguad, devolverle a su partido el poder que perdió en 1998, después de 16 años de gobierno en la provincia. Las encuestas pronostican una elección polarizada entre los dos y el triunfo delasotista. Como ocurrió a nivel nacional y por primera vez, en Córdoba competirán tres candidatos justicialistas, aunque no en todos los casos hay correlación con los referentes que disputaron la presidencia: el “adolfista” Horacio Obregón Cano, el menemista Oscar González y el “prescindente” De la Sota. El particular esquema político de Córdoba llevó a algunos sectores a afirmar que “la disputa de hoy será entre dos candidatos menemistas”, al recordar la simpatía entre Ramón Mestre y Carlos Menem y el apoyo que prestó el actual gobernador a la campaña del riojano en la provincia. Atiborrado de marketing oficial, el proselitismo transcurrió entre la discusión por la deuda pública y la continuidad de los planes sociales, que puso en el centro del debate al clientelismo, propiciado tanto desde el gobierno como desde el partido rival en sus mejores épocas.
En encuestas propias y ajenas, el gobernador De la Sota le lleva una amplia ventaja al radical Aguad. El trabajo de la consultora Levisman le asigna a Unión por Córdoba (la coalición oficialista) un 35,9 por ciento de intención de voto, contra el 18,2 de la UCR, con un llamativo porcentaje de indecisos que trepa al 39,5. Los siete candidatos restantes en total apenas alcanzan el cuatro por ciento. Proyectados los indecisos, Aguad acorta la diferencia a 14 puntos: De la Sota tendría el 52 por ciento de los votos y el radical llegaría al 38.
Hay nueve fórmulas inscriptas: Unión por Córdoba (De la Sota-Juan Schiaretti), UCR y aliados (Aguad-Benigno Rins), Nuevo Movimiento (Obregón Cano-Fernando Boldú, adolfistas), Frente por la Lealtad (González-Rodrigo Agrelo, menemistas), Partido Socialista (Eduardo García-Carlos Vicente), Izquierda Unida (Liliana Olivero-Pablo Alvarez), Partido Intransigente (Juan José Giesenow-Perla Ceballos), Partido Humanista (Emma Ignazi-Carlos Menéndez) y el Partido Obrero (Eduardo Salas-Carlos Moreno).
Sólo el PJ realizó internas, que ganó ampliamente De la Sota, y en las que no compitieron los dos sectores disidentes que ahora van por separado. El escenario, de todos modos, no es el mismo que el nacional: mientras Obregón Cano fue el hombre de Rodríguez Saá en Córdoba y Oscar González tuvo la bendición de Menem, aunque quedó huérfano tras su deserción, De la Sota quedó en una situación ambigua. En la provincia es un secreto a voces que mandó a sus dirigentes a trabajar para Menem en la elección nacional, aunque se haya manifestado públicamente prescindente hasta la tarde del viernes 9 de mayo, cuando ya todas las encuestas gritaban el triunfo de Néstor Kirchner en el ballottage y a apenas 72 horas de que Menem se bajara. Sin haber logrado armar todavía una estructura propia en la provincia, el kirchnerismo sabe que el juego –cuanto menos ambivalente– de De la Sota fue crucial para el resultado del 27 de abril. Menem ganó en Córdoba con el 28,30 por ciento de los votos, le siguieron López Murphy con el 22,66, Rodríguez Saá con el 19, Elisa Carrió con poco más del 11, mientras el flamante presidente de la Nación, Néstor Kirchner, resultó en quinto lugar con el 11 por ciento.
El diálogo del gobernador cordobés con el ex presidente estuvo siempre vigente, al punto de que fue uno de los últimos que el riojano consultó sobre su decisión de desertar. Lo llamó el mismo día, desde La Rioja, como lo hizo con el santafesino Carlos Reutemann, y De la Sota le aconsejó bajarse, aunque luego haya dicho que no compartía la decisión. En idioma delasotista, se entiende por qué él también prefería que Kirchner asumiera la presidencia con el 22 por ciento, del que hoy nadie se acuerda: lanzadoal sueño presidencial al mejor estilo Clinton desde los jardines de la Casa de Gobierno local, el cordobés aún no terminó de digerir su frustración y –aunque se vaya a tomar su tiempo para comenzar a reconocerlo públicamente– el lunes 9 de junio empezará a tomar envión para el segundo intento hacia el objetivo.
Oscar Aguad, por su parte, fue el resultado del sacudón que el radicalismo cordobés sufrió tras la inesperada muerte de Ramón Mestre. Antes, el senador Rubén Martí, el dirigente con mejor imagen en la provincia, había desistido de ser candidato por cuestiones de salud y ungió a Aguad frente al recelo del resto de los sectores internos de la UCR local. En el último tramo de la campaña Aguad recibió un fuerte respaldo de Ricardo López Murphy.
Empleos, o votos cautivos
Entre las propuestas de la continuidad, De la Sota proyecta subsidiar con 150 pesos por tres años cada nuevo empleo industrial en el norte y el oeste y con 50 pesos por dos años en toda la provincia. Planea seguir con los planes de empleo, con los que subsidia 20 mil puestos de 150 pesos cada uno, en diferentes programas según las edades y que la oposición considera “votos rehenes”. El delasotismo también maneja en la provincia la mayoría de los planes Jefes y Jefas de Hogar; en los sectores sociales más desprotegidos no diferencian que lo que cobran no proviene de la provincia sino de la nación, y los punteros políticos se encargan de que nunca lo tengan claro. En materia económica prometió mantener la rebaja de impuestos del 30 por ciento, la estrella de la campaña con que le ganó la gobernación a Mestre en diciembre del ‘98.
El radicalismo propuso en su oferta electoral mantener los programas laborales y generar 100 mil nuevos puestos con un plan de obras públicas. Y ante todo auditar minuciosamente la deuda pública, uno de los blancos de la oposición durante la campaña: según la UCR, De la Sota llevó la deuda a 7000 millones de pesos en estos años. El oficialismo y los partidos más chicos, por su parte, se encargaron de recordarle a Aguad la gestión Mestre y su crisis en materia de educación y cierre de hospitales. En Córdoba, el gobernador y el vice se eligen por voto directo y resulta ganador el que obtiene, simplemente, más cantidad de sufragios. El próximo mandato será medio año más largo porque quedó desfasado con el de legisladores e intendentes –que se renovarán en diciembre– tras la salida anticipada del gobierno de Eduardo Angeloz, en julio de 1995. Unos 200 municipios y comunas también elegirán sus autoridades hoy, entre ellos Villa Carlos Paz, Villa Dolores, La Falda, Río Ceballos y Cruz del Eje.

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Aguad y De la Sota son los dos candidatos, de nueve registrados, que suman votos. La campaña oficialista fue faraónica y masiva.
 
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