En el primer día de ejercicio de su tercer mandato, con pleno dominio de la escena, el presidente venezolano comentó las repercusiones de sus propias declaraciones del día anterior. “Están jugando al alarmismo, como siempre; diviértanse, que lo que viene es bueno”, disparó, entre irónico y amenazante, a los mercados financieros y bursátiles, que el martes respondió con una corrida sobre los títulos privados en Bolsa a sus anuncios de recuperación de empresas estratégicas privatizadas en los ’90. “La Bolsa de Caracas podrá caer, lo que no va a caer es la economía venezolana, que está más pujante que nunca.”

En su primer discurso, el martes, Chávez había hecho alusión directa a la recuperación de las telecomunicaciones y de empresas eléctricas. Ayer amplió el abanico de acciones directas a desarrollar, en esta etapa de “radicalización del proceso revolucionario”, al petróleo. Insistió en que quiere que el Estado venezolano “recupere el dominio” del procesamiento de los crudos extrapesados de la faja petrolífera del río Orinoco. “Debemos recuperar el control de todas las asociaciones estratégicas de la faja”, dijo.

Tras prestar juramento en el acto de investidura, Chávez proclamó: “Estamos recuperando la reserva petrolera más grande del mundo”. Citó el artículo 302 de la Constitución, según el cual “el Estado se reserva la actividad petrolera, pero no la gasífera”, según puntualizó. Manifestó que ese artículo “hay que cambiarlo” para que incluya “la actividad de todos los hidrocarburos: líquidos, sólidos y gaseosos”. En igual sentido, proclamó la necesidad de modificar el artículo que señala que “por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), pero se exceptúa la de las filiales, las asociaciones estratégicas”. Tajante, terminó la frase exclamando que “aquí no se privatiza más nada”.

Este punto de la reforma a la Constitución de 1999 que está anticipando Chávez es el que traerá mayores controversias con el capital extranjero. Las asociaciones estratégicas a las que hizo referencia son las que Pdvsa comparte con las estadounidenses Exxon Mobil, Chevron y Conoco-Philips, la francesa Total, la noruega Statoil y la británica British Petroleum en la rica faja de Orinoco, pero con participación minoritaria de la empresa estatal.

Actualmente, Venezuela lleva a cabo una certificación internacional de las reservas del país, calculadas en forma preliminar en al menos 316 mil millones de barriles de crudo. Esta cifra las convertiría en las mayores del planeta, por encima de las 262 mil de Arabia Saudí. En la certificación participan petroleras estatales de otros ocho países. Las reservas certificadas hasta el presente apenas alcanzan a 87.621 millones de barriles.

De allí la importancia estratégica que le asigna el gobierno venezolano a la explotación y desarrollo del recurso. Por otra parte, la demanda de incluir el gas entre las actividades reservadas al Estado está estrechamente vinculada con el megaproyecto que vincula vía gasoducto a toda Sudamérica, particularmente con Brasil, Uruguay y la Argentina. “El eje sudamericano”, según lo define el propio presidente venezolano.

Chávez reiteró ayer que su tercer mandato será el marco para avanzar en “la vía venezolana al socialismo, mediante una reforma constitucional integral”. Citó que el otro “motor” para impulsar este proceso será que la Asamblea Nacional le conceda al Ejecutivo poderes especiales para dictar decretos con rango de ley, mecanismo que se presume aplicará a la recuperación de las empresas de telecomunicaciones, como Cantv, de agua y de electricidad. Dichos servicios fueron privatizados entre los años 1990 y 1991, cuando la ola neoliberal recorría Latinoamérica.

Uno de los más cercanos colaboradores del presidente Chávez, Calixto Ortega, diputado electo a la Asamblea Nacional por el estado de Zulia, propuso ayer: “Corrijamos de emergencia las serias deficiencias que hay en la atención de la población desde el punto de vista social. Este énfasis en lo social es lo que llevará al socialismo”.

En el mismo sentido, el analista internacional Emir Sader, recientemente designado secretario ejecutivo de Clacso, puntualizó que “lo que está haciendo el gobierno de Venezuela es recuperar derechos ciudadanos, dando garantías de ejercicio de esos derechos. Recuperar para el Estado el manejo de los servicios públicos es devolver al ciudadano el ejercicio del derecho a tener esos servicios, que el mercado les reserva a los que tienen plata para pagarlos”. En una entrevista que concedió en Buenos Aires a un programa radial, el intelectual brasileño dio su interpretación sobre estos anuncios. “Recuperar los servicios públicos, des-privatizarlos más que nacionalizarlos, porque no son un bien privado que se expropia sino un bien público que se recupera, es tener más democracia. Mercantilizar los servicios, como ocurrió en los ’90, fue des-democratizarlos.” Precisó, en tal sentido, que “lo que está haciendo Chávez es recuperar el control del Estado; esto no es socialismo, porque con eso no alcanza, pero es un paso necesario hacia el socialismo”. Ayer Chávez volvió a asegurar que “apenas comienza esta nueva era de construcción del socialismo venezolano”, subiéndole el precio al desafío.

Sader indicó, en contra de la opinión de otros analistas, que “toda la región avanza en el mismo sentido que Venezuela, aunque con matices diferentes. Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay, están dando pasos firmes para salir del neoliberalismo que hizo retroceder a la democracia en toda la región”.