EL PAíS › DUHALDE HABLó EN UN HOMENAJE A FRONDIZI, JUNTO A LAVAGNA Y TERRAGNO

“Hay que plantar el doble de la soja”

El ex presidente se pronunció por una baja de las retenciones a las exportaciones, aunque se manifestó optimista por el conflicto con el campo. Lavagna criticó la ausencia de “un diseño estratégico de país”.

“No tenemos que seguir diciendo que tenemos que plantar menos soja. Tenemos que plantar el doble de la soja. Tenemos que sembrar el doble de todo”, aseguró el ex presidente Eduardo Duhalde en un homenaje a Arturo Frondizi, donde también se pronunció por una rebaja de las retenciones. El acto lo juntó bajo un mismo techo –como pocas veces desde el fin de su mandato– con quien fue su ministro de Economía, Roberto Lavagna. Sin embargo, se retiraron como llegaron, por separado y sin demostrarse públicamente simpatía alguna. No sólo estaban sentados ante una misma mesa, también los unió la crítica al Gobierno: “Ningún gobierno es recordado en la historia por el día a día, por la administración cotidiana. La administración es importante, pero si no se inserta en una idea de país y en un diseño estratégico de país, vale muy poco”, sentenció Lavagna.

La conmemoración por los 50 años de la asunción de Frondizi como presidente recolectó una extensa lista de oradores de variado espectro político: el ahora macrista Santiago De Estrada, sentado al lado del economista Aldo Ferrer. En el centro, Duhalde y el presidente del comité nacional del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Carlos Zaffore. Hacia la derecha, Antonio Salonia, el primer ministro de Educación de Carlos Menem; Rodolfo Terragno, ex jefe de Gabinete de la Alianza y, en la punta, Lavagna. Estaba convocado el ex presidente Raúl Alfonsín, pero por motivos de salud envió una carta de adhesión. Conceptos como “desarrollismo”, “vanguardia”, “estadista”, “pacificación”, se repitieron a lo largo de los discursos, en los que no faltaron alusiones negativas al gobierno nacional e incluso al de la Ciudad de Buenos Aires.

“La clase política está totalmente desinteresada en el desarrollo. Me parece injusto criticar sólo a este gobierno por eso. El 90 por ciento de la clase política es ajena al desarrollo”, enfatizó Duhalde al mismo tiempo que aconsejó manejar el conflicto con el campo “desde el Estado, con incentivos, con rebajas de impuestos a la exportación, como lo hacen todos los países del mundo”. “Más alto”, le gritaron desde el fondo del pequeño salón lleno de viejos militantes frondizistas. “Soy bajo”, respondió, rápido de reflejos, el ex gobernador bonaerense y vicepresidente de Menem.

Apremiado por la prensa al terminar el acto, Duhalde respondió algunas preguntas sobre la situación política. Dijo que es “optimista” sobre la posibilidad de un acuerdo con el sector agropecuario y pidió que “por favor” no se convierta “lo que es un acontecimiento que nos proyecta económicamente hacia al futuro en una pelea, en una tragedia”. “Eso sería realmente desaprovechar, en parte, la posibilidad que tenemos”, agregó. El “en parte”, aclaró, se debe a una de sus frases célebres, tomada de un filósofo brasileño: “Y digo en parte porque sigo absolutamente convencido, en de que nuestro país está condenado al éxito. ¿Pero veremos ese éxito?”. Al consultarle sobre la salida de Martín Lousteau, consideró que desde el alejamiento de Lavagna del ministerio de Economía, “los tres ministros que lo sucedieron no tuvieron una actitud protagónica”. Sin embargo, se refirió al nuevo titular del Palacio de Hacienda, Carlos Fernández, como “un hombre muy capacitado para su función”. “Espero que el nuevo ministro, a quien conozco, ayude. Y creo que lo va a hacer”, sostuvo el presidente del Movimiento Productivo Argentino (MPA).

Lavagna recordó su tiempo de campaña electoral, aunque no nombró a su compañero de fórmula, el presidente del radicalismo, Gerardo Morales. Durante aquellos días habían recorrido la sede del MID, de Ayacucho 49, donde se hizo ayer el homenaje al ex presidente de la Unión Cívica Radical Intransigente.

Metódico, el ex ministro de Economía habló de “lecciones para el presente” que dejó aquel gobierno interrumpido por el golpe de Estado. “La política es diferenciación. Es, en muchos casos, conflicto y confrontación”. Sin embargo, Lavagna sostuvo que “dada la gravedad de la situación, dada la fragmentación que existe en la sociedad, hay que salir a buscar consensos en torno a los objetivos nacionales”. En una clara crítica a Néstor Kirchner, consideró que es en estos momentos de crisis “en los cuales el estadista se diferencia del político”. Además, llamó a “tener los pies en la tierra y el cerebro planeando el futuro”, pero aclaró que “la demagogia no solo se hace desde el Gobierno, la demagogia se hace también desde la oposición”.

Uno de los oradores más aplaudidos de la noche fue Rodolfo Terragno. Avezado en seducir públicos, el radical alfonsinista relató su historia en el frondizismo. “Teníamos la sensación de pertenecer a una secta minoritaria, esa soledad nos afectó a todos”, confesó. “Y ahora Kirchner dice que es desarrollista. Macri dice que es desarrollista. Pero eso me pone contento. Porque cuando defienden el desarrollismo hasta los que no lo entienden quiere decir que Frondizi era una figura histórica”, aseguró Terragno, quién explicó que “todos están a favor del desarrollo porque parece que es como estar a favor de la felicidad”. Lo que no saben, concluyó, es que no hay desarrollo sin prioridades, sin metas y sin ritmo.

Informe: Sebastián Abrevaya.

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En la sede del MID estuvieron Aldo Ferrer, Duhalde, Zaffore, Antonio Salonia, Terragno y Lavagna.
Imagen: Arnaldo Pampillon
 
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