EL PAíS › ENTREVISTA CON NICOLAS MADURO, CANCILLER DE VENEZUELA

“Ningún gobierno de derecha durará”

El funcionario de Hugo Chávez asegura que la región está fortalecida y que “no es posible una restauración conservadora” en América latina. También sostiene que la crisis global no se superará reflotando el FMI y la banca estadounidense.

 Por María Laura Carpineta y
Martín Piqué

Es imposible que Nicolás Maduro pase inadvertido. Con un metro ochenta, camisa roja brillante y un tono de voz fuerte y claro que retumba en las paredes, el canciller de Hugo Chávez se impone inmediatamente. Tiene 46 años y una larga militancia política detrás: primero como estudiante, después como líder sindical y ahora como funcionario. Tranquilo y convencido, planteó una manera alternativa de enfrentar la crisis global: “Quien sostenga que la salida está reflotando el FMI o la banca estadounidense está simplemente de espaldas a la realidad”, aseguró el ministro en diálogo exclusivo con Página/12, antes de partir a Caracas. Maduro no reconoce medias tintas. Sin titubear, garantizó que ya no hay lugar para el neoliberalismo en América latina y auguró que los grandes medios de comunicación privados perderán su poderío político.

–Durante su encuentro con Cristina Fernández, ¿conversaron sobre cómo enfrentar la crisis?

–América latina está muy fortalecida y mejor preparada que nunca para enfrentar una crisis que, todo el mundo lo sabe, fue originada por las deficiencias del capitalismo del Norte. Es una crisis sistémica, que va a estremecer los cimientos de la economía mundial durante los próximos dos o tres años. Esto va a provocar un nuevo reposicionamiento mundial, un nuevo orden internacional. Uno de los temas va a ser la moneda, las reservas nacionales. En los últimos 60 años, la elite norteamericana ha utilizado la maquinita de imprimir dólares para favorecer a los poderosos del Norte y sacar a nuestras naciones. En el caso de Venezuela, el presidente ha anunciado una política de defensa del empleo y mantener el ritmo de las inversiones. Venezuela, en medio de la crisis internacional, ha conseguido mantener el desempleo, por primera vez en 30 años, al 7 por ciento.

–¿Estiman que la crisis va a durar por lo menos dos años?

–Los analistas en el mundo dicen que lo peor se podría vivir en el transcurso de los próximos dos o tres años. Pero lo cierto es que esta crisis se transforma en un momento histórico, una oportunidad para que América latina se desenganche de los mecanismos perversos que destruyeron nuestras economías. Nos desenganchamos del FMI a tiempo, del Banco Mundial a tiempo; ahora tenemos que aprovechar para desengancharnos de la perversidad del dólar, que tanto daño le hizo a nuestras economías.

–¿Cómo responde Venezuela a las advertencias de las potencias contra el proteccionismo?

–El debate debe trascender el dilema proteccionismo-antiproteccionismo. Debemos discutir cuáles son nuestras capacidades productivas, cómo podemos complementarlas para satisfacer las necesidades básicas de nuestros países. No caigamos en los falsos dilemas, que son los dilemas de la oligarquía. Las medidas para proteger las economías deben corresponder con las necesidades de cada país, las necesidades para proteger los puestos de empleos, para garantizar la alimentación, el consumo interno.

–En los últimos meses, Chávez anunció costosas nacionalizaciones y esta semana confirmó que el Banco del Sur entrará pronto en funcionamiento. ¿Tendrán que renunciar a algún proyecto por la crisis?

–Hemos tenido que reducir el presupuesto en todo lo referente a los gastos superfluos. Viajes, remodelaciones, autos... los sueldos de los funcionarios de mayor cargo. Pero se preservan todas las inversiones a través de un financiamiento de la banca privada venezolana. Entre ellas, la del Banco del Sur. Es un proyecto vital para nosotros, ya que será el primer paso para construir la independencia financiera de la región. Para el segundo semestre de este año entra en operaciones. En el pasado todas nuestras economías estuvieron sujetas al FMI y al BM; ya no más.

–En la cumbre del G-20 hay países de la región que propondrán modificar las capacidades del FMI, no eliminarlo.

–La realidad que estamos viviendo es demoledora y es más contundente que cualquier discurso. Quienes en el mundo sigan sosteniendo el discurso de que la solución es el FMI, reflotarlo, reorientarlo, sencillamente se van a estrellar con la imposibilidad de conseguirlo. Ellos mismos crearon esta crisis hace mucho tiempo. Ellos se habrán dado cuenta ahora, pero nosotros lo dijimos hace muchos años. Ellos son la raíz de la crisis. Quien sostenga que la salida está reflotando el FMI o la banca estadounidense está simplemente de espaldas a la realidad.

–Argentina apoya la propuesta británica para reformar el FMI.

–Nosotros respetamos la posición que mantenga la Argentina. En todo caso, yo no me refiero a la posición de ningún país en particular, sino la de los centros financieros y las élites del mundo. Nosotros compartimos con la Argentina la visión de que desde el esfuerzo de América latina se construirán las herramientas para el salir adelante.

–Usted sostiene que los gobiernos progresistas en América latina están fuertes para enfrentar la crisis, pero en el Cono Sur hay un resurgimiento de las fuerzas conservadoras.

–No es posible una restauración conservadora. Las corrientes progresistas, patrióticas y revolucionarias, con toda su heterogeneidad, han conseguido aguantar. En Venezuela tuvimos una gran victoria este año, a pesar de tener todos los medios de comunicación en contra. En El Salvador, a pesar de haber gastado millones de dólares en una campaña devastadora para destruir a una de las izquierdas más antiguas del continente, el Frente Farabundo Martí, la guerrilla ganó. En Bolivia, Evo Morales tuvo una victoria histórica. Ningún gobierno de derecha que pretenda imponer fórmulas fondomonetaristas o neoliberales durará mucho en el continente. Podría pasar que, por la guerra que mantienen los medios de comunicación, lograran confundir al electorado momentáneamente; pero hay una corriente de independencia como la que vivimos hace 200 años. Nosotros vemos avances en el mapa general de la región, aunque es verdad, también hay mucha confrontación, mucha lucha. No se pueden entender los procesos de cambios de otra manera.

–Sin embargo, los sectores opositores en Brasil y Paraguay siguen bloqueando el ingreso de Venezuela al Mercosur...

–Si alguna derecha continúa en su terca y ahistórica posición de evitar que se apruebe el protocolo de adhesión de Venezuela, más temprano que tarde lo pagarán ante sus opiniones públicas. Nosotros ya somos Mercosur. El intercambio económico entre los cuatro países del Mercosur y Venezuela alcanzó niveles históricos. Tenemos una relación vital, creciente, que no la va a detener ningún legislador que aún no lo entiende. Nosotros somos optimistas y sabemos que el momento llegará.

–El gobierno argentino está impulsando una nueva ley de radiodifusión, a la que la oposición compara con la legislación venezolana. ¿Ve paralelismos?

–La derecha internacional compara, en general, con mala intención. Quieren bloquear el ejemplo que emana la Revolución Bolivariana. Creemos, modestamente, que las ideas de la Revolución Bolivariana han ayudado a la activación de las corrientes transformadoras del continente. Nosotros sí creemos que los medios audiovisuales se han convertido en partidos políticos audiovisuales de la derecha. Los medios audiovisuales son las cosas más poderosas que ha creado la humanidad. Nunca antes había existido un medio con tanta capacidad de influencia, que llegara a todos los hogares y a las mentes de los niños, los jóvenes y los adultos. Hay que entender eso. Son el centro de poder de este momento histórico. Si la televisión abierta es un servicio público, tiene que tener una regulación. Si el Estado regula a los médicos, a los automovilistas, a los profesores, a todas las personas que se mueven en un espacio público, ¿por qué no lo va a hacer con los medios de comunicación? Es un tema polémico y supone un debate muy difícil, pero hay que darlo. No hay que dejar que se imponga la dictadura mediática.

–¿El gobierno tuvo que pagar un costo político por sacar del aire al canal RCTV?

–No, conllevó un gran beneficio político porque concientizó a la sociedad de que ningún grupo económico está por encima de la ley. Nosotros democratizamos el uso del espectro radioeléctrico. Esta familia, los propietarios de RCTV, tenían 56 años utilizando ese espacio, que es de patrimonio público. ¿Qué derecho especial y divino le dan los millones de dólares a una familia para convertirse en dueña de una parte del espectro radioeléctrico? El espíritu de la decisión del presidente Chávez fue democratizar, romper con el monopolio del espectro radiofónico, un bien más poderoso que cualquiera que se extraiga de debajo de la tierra.

–En la Cumbre de las Américas, ¿qué le pedirá Chávez a Obama para restablecer la relación bilateral?

–Nosotros lo único que pedimos es respeto e igualdad en la relación. Que Estados Unidos no pretenda tutelar el funcionamiento de nuestro país, que no saquen informes a ver si nos portamos bien o nos portamos mal. Queremos que cese el injerencismo y la agresión hacia Venezuela y toda América latina. Le tocó una gran y difícil tarea a Obama, si realmente quiere terminar con una política que ya lleva casi 200 años.

–¿Cuba será un tema clave en la cumbre en Trinidad y Tobago?

–En los gobiernos de América latina y el Caribe hay una posición muy clara y firme para pedirle al presidente Obama que acabe con el bloqueo económico, al que consideramos la expresión de una política criminal. En ese sentido, creo que los debates en la cumbre de Trinidad y Tobago van a estar bien movidos. Hemos entrado en una era en el continente. Por primera vez, desde la época de la independencia, se respiran aires de libertad y soberanía en la región. Esta América latina que ha logrado romper amarras, no sólo políticamente sino también económica y militarmente, se va a encontrar con un presidente estadounidense que por primera vez, por lo menos desde el discurso, quiere un cambio. Si es verdad que quiere un cambio, tiene que convertir su discurso en hechos. Uno podría ser levantar el bloqueo económico contra Cuba.

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