EL PAíS › RAFAEL BIELSA Y SU POSIBLE CANDIDATURA

En campaña

 Por Daniel Miguez

“De ninguna instancia me ofrecieron nada”

Rafael Bielsa entra tan apurado a su oficina en plena city porteña como se irá una hora después, cuando haya terminado la entrevista con Página/12. Es que la actividad política se va acelerando en los últimos días y se superpone con su trabajo de abogado en el que, dicen, le va bastante bien. Su regreso a la política fue el primer ítem de la charla y él empieza diciendo que no está regresando porque nunca se fue.

–No hace falta ser funcionario ni tener un cargo electivo para hacer política. Ni en la Capital ni en Santa Fe nunca dejé de militar. Hubo un corrimiento de la escena pública, que parece venir adherida a la actividad política, pero que no necesariamente implica no hacer política.

–¿Va a ser candidato en Capital para estas elecciones?

–Un filósofo que me encanta, Alain Badiou, dice que un sujeto se constituye en base a la continuidad de sus fidelidades, si no podés ser un ser humano pero no un sujeto, y lo mismo vale para un sujeto político. Yo desde que empecé a hacer política siempre me tomé en serio lo de Oesterheld, que el héroe es colectivo y que la política es un proceso colectivo. Por eso para mí las candidaturas estuvieron siempre después de distintas cosas. No es que a la ciudad le falten candidatos, me parece que le sobran. Antes hay que discutir mucho, recortar los espacios políticos con mucha claridad, en función de ejes de lo que hay construido, de lo que hay por delante y de lo que ofrecen los que no piensan como nosotros. Después la candidatura aparecerá o no. Pero en lo que quiero ser tajante es que de ninguna instancia orgánica con poder nadie me ofreció nada, porque se han publicado cosas que no son ciertas.

–Hay posturas dentro del kirchnerismo que dicen que en la ciudad para enfrentar el proyecto de Macri se debe unificar todo el progresismo e incluyen en esto a Aníbal Ibarra y Jorge Telerman.

–Se está dando un proceso en la política de los centros urbanos informados que se caracteriza por un doble discurso y, por lo tanto, por la hipocresía. En primer lugar lo que hay que tener en claro es en qué lugar estás parado. Si vos, en tu discurso progresista, en vez de reivindicar la cancelación de la deuda con el Fondo o los desesperados planes con los que el Gobierno trata de conservar empleo, te diferenciás de eso... La primera pregunta es cuál es el progresismo que vos encarnás. No he escuchado por parte de Ibarra ni de Telerman una definición de en qué consiste su carácter progresista. En cambio, como el gobierno nacional cada vez que se cae se cae para el lado de los pobres y no para el otro lado, sé que éste es mi espacio. Si la posición de los demás es criticar lo que critican los medios opositores porque quieren decir lo que creen que la gente que está en contra del Gobierno quiere escuchar, es muy difícil poder establecer una operación como la que se está mencionando. Si ellos están dispuestos a acompañar este proceso de cambio, que tiene tropiezos y un montón de problemas, y deponen las ambiciones individuales en función del proyecto, bienvenidos con los brazos abiertos.

–¿Cree que lo van a querer hacer?

–Creo que hay que dialogar y hay que tener mucho cuidado con las cosas que se dicen, porque en una campaña tan superficialmente discursiva y tan lateralmente ideológica, donde lo común es la descalificación, hay cosas de las que después no podés volver atrás. Lo digo por nosotros pero también lo digo por ellos.

–Entonces, llegado el caso, ¿piensa morir con las botas puestas en las elecciones?

–Lo prefiero antes que una fuerza que está unida en lo formal pero en lo sustancial está profundamente desunida. Lo que se defiende con ferocidad es la mentira. La verdad se la defiende con lucidez. Por ejemplo, ahora vemos una catarata ácida sobre el anteproyecto de Ley de Radiodifusión. Yo me siento orgulloso de ese proyecto. Las críticas que se le hacen son porque lo propuso un funcionario de este gobierno.

–Lo que se dice es que si usted e Ibarra van juntos pueden superar a Carrió en la ciudad.

–Si fuese tan fácil, las elecciones se resolverían con un modelo matemático en una computadora.

–¿Le gustaría volver al Poder Ejecutivo?

–Volver para ocupar un cargo no tiene ninguna importancia, pero volver en el marco de una rediscusión de cómo estamos parados, encantado. Porque el mayor déficit de nuestro gobierno es que no construimos un sujeto político y por eso las discusiones de política se dan sólo en las agrupaciones preexistentes, con lo cual no dejan de ser discusiones endogámicas. Por eso tenemos emisores de mensaje que no son los mejores, no porque ellos carezcan de aptitud, sino porque no pueden argumentar en función de esa construcción política. Además, no tener sujeto político alimenta el mito sombrío de que hay un hombre que decide solo, cosa que es una absoluta mentira. Todos los opositores dijeron que el adelantamiento de elecciones era un movimiento de desesperación, que no lo había discutido con nadie. Conmigo, el ex presidente Néstor Kirchner lo discutió 45 días antes.

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