EL PAíS › MAURICIO MACRI FRACASó EN SU INTENTO POR LLEGAR A UN ACUERDO CON FRANCISCO DE NARVáEZ

Una relación que va de mal en peor

El jefe de Gobierno recibió al candidato a gobernador, le propuso reeditar Unión-PRO en la provincia y le reclamó la mitad de los lugares en las listas bonaerenses. La reunión terminó pésimo por su negativa a ceder el mismo espacio en las boletas porteñas.

 Por Werner Pertot

Mansión de Franco Macri. Jueves por la noche. Francisco de Narváez tocó a la puerta por pedido de su anfitrión, Mauricio Macri. El jefe de Gobierno lo recibió con deferencia y le dijo que quería avisarle en persona que había decidido ir por la reelección. Luego le pidió que lo ayudara a volver a armar Unión-PRO en la provincia de Buenos Aires. Y le reclamó el cincuenta por ciento de los cargos. El Colorado aseguró que podía considerar la oferta si hacían el mismo acuerdo en la ciudad. Macri le respondió que no y le exigió que no tuviera más diálogo con los radicales o, más bien, que la negociación con la UCR fuera conjunta. “Pero, ¿vos desde dónde querés negociar? ¿Desde la ciudad? ¡Andá a hablar con los radicales porteños!”, lo chicaneó De Narváez en un final no muy amigable. No hay otra reunión prevista. El Colorado seguirá su negociación con la UCR. Y con su candidato porteño.

El cónclave de los aliados intermitentes fue convocado por Macri, una vez que terminó de responder a las quejas de sus dirigentes por su decisión de bajarse a la ciudad, que anunciará hoy en un club de Villa Pueyrredón. Los contertulios acordaron que la reunión iba a ser reservada, pero se filtró a la prensa. En el entorno de De Narváez señalaban como responsable de la ruptura de ese pacto al primo Jorge Macri.

La reunión comenzó en buenos términos. El anfitrión le dijo a De Narváez que quería contarle, antes de que lo anunciara públicamente, que iba a bajarse de la candidatura presidencial. No es seguro qué movimiento hicieron las cejas del Colorado ante semejante primicia, ya publicada por todos los diarios. Atinó a decirle que consideraba que se había tomado demasiado tiempo para decidir.

El jefe de Gobierno le dijo que quería pedirle ayuda. “Necesitamos recrear Unión-PRO”, le planteó. De Narváez le dijo que estaba dispuesto a escuchar. Macri le planteó que quería la mitad de los cargos en las listas de la provincia. El Colorado retrucó con una contraoferta: “Me parece bien lo que proponés, pero... ¿qué idea tenés de trabajar juntos en la ciudad?”. Lo que siguió hizo girar el tono del encuentro: Macri le dijo que no tenía intención de reproducir el mismo tipo de acuerdo en la ciudad.

Como publicó este diario, en la mesa chica del PRO piensan en darles el cuarto o quinto lugar en las listas de legisladores a los seguidores de De Narváez, bien cerca de donde pretenden ubicar al rabino Sergio Bergman. Sucede que los lugares a repartir se volvieron bien escasos, una vez que el líder de PRO resolvió abandonar la competencia nacional. Y hay varios legisladores de peso que necesitan renovar su cargo, como Cristian Ritondo y Oscar Moscariello. El PRO pone en juego 14 bancas en esta elección.

Ante el “no” de Macri, la reunión empezó a ponerse ríspida. El jefe de Gobierno insistió en que lo que venía a proponerle era resucitar Unión-PRO en la provincia, que no lo había llamado para abrir las listas de la ciudad. Y luego agregó la frase que agotó la paciencia de su interlocutor: “Mirá, cualquier negociación que estés entablando con los radicales, hagámosla juntos desde Unión-PRO”.

Ahí fue cuando la vena de la frente de De Narváez probablemente empezó a latir con más fuerza. “Mirá, cuando tomaste la decisión de desdoblar, no nos consultaste. Cuando tomaste la decisión de bajar a la ciudad, tampoco nos consultaste. Vos querés actos patrióticos y me decís que en la ciudad no estás dispuesto a conformar Unión-PRO. Lo que decís no lo ejercés –se enfureció–. Tomaste todas las decisiones sólo. ¿Desde qué lugar te querés sentar con los radicales? ¿Desde la ciudad? Está bien, ¡andá y hablá con los radicales porteños! –lo gastó–. No hay proyecto, venís sólo a pedir cargos. Me querés condicionar los diálogos. No, no, no.” Allí se cruzaron varios reproches hasta que lograron recuperar un clima en donde el entendimiento ya no era una alternativa.

“Si te tengo que contestar ahora te tengo que decir que no”, le aclaró De Narváez. “Si es no, tengo que armar por las mías. Vamos a tener una silla en la mesa nacional, con una fórmula”, dejó flotando Macri. Hasta ahora, no hay un plan de candidatos propios que haya podido analizar seriamente. Algunos macristas pergeñaron una fórmula Federico Pinedo-Gabriela Michetti. Otros de los armadores nacionales quieren tentarlo a Felipe Solá para que sea su candidato. Sin embargo, en el entorno del ex gobernador bonaerense advirtieron a Página/12 que todavía no hubo ninguna oferta. De cualquier manera, Solá empapelará la ciudad a partir de la semana que viene con afiches que ratifican su candidatura a presidente.

En la mansión de Franco, la reunión terminó con la relación peor que como había empezado. De Narváez se fue con un diagnóstico no muy piadoso sobre su ex aliado. “Nos vino a hablar desde la soberbia. Mauricio perdió la brújula. No quiere ni la presidencia, ni la ciudad. Tomó una decisión condicionado por los intereses de Nicolás Caputo. Si iba a la presidencia, era para irse a su casa. Es como un chico caprichoso que quiere un muñeco”, se escuchó cerca de De Narváez. Tras el encuentro, los dirigentes del Colorado le cuentan las costillas al líder del PRO: señalan que Miguel del Sel le viene reclamando porque no le dio más que “un pedacito” del dinero que le prometió para la campaña en Santa Fe, mientras que en Córdoba Eduardo Mondino está furioso por la foto que se sacó Macri con su adversario radical, Oscar Aguad.

Si no hay acuerdo porteño, De Narváez piensa mantener como candidato a jefe de Gobierno a José “Pepe” Scioli, que seguramente morderá algo del electorado del PRO. El armador del Colorado en Capital, el legislador Daniel Amoroso, está en conversaciones con Jorge Telerman, Silvana Giúdici, Ricardo López Murphy y Patricia Bullrich para intentar llegar a un frente que le robe legisladores y le haga más daño a su ex aliado a la hora del ballottage. Si no hay acuerdo –tal parece– hay vendetta.

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La relación entre Mauricio Macri y Francisco de Narváez venía mal y después de la reunión entre los dos está peor.
Imagen: DyN
 
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