SOCIEDAD › UN JOVEN SUFRIó EL IMPACTO EN UN RECITAL DE LA RENGA, EN LA PLATA, Y ESTá GRAVíSIMO

Una vida en peligro por una bengala

Miguel Ramírez, de 32 años, con dos hijos y su mujer embarazada, está internado en grave estado tras recibir el impacto de una bengala en el cuello. La familia cuestiona a los organizadores por el escaso control en el ingreso al recital.

 Por Carlos Rodríguez

Miguel Ramírez, de 32 años, padre de dos niños y con su mujer embarazada de siete meses, está internado en gravísimo estado en el Hospital Alejandro Korn, de Melchor Romero, luego sufrir heridas y quemaduras provocadas por una bengala que fue arrojada durante el recital que la banda de rock La Renga ofreció el sábado pasado en el Autódromo Rodolfo Mouras, de La Plata. La fiscal Virginia Bravo, que desde ayer investiga el caso “de oficio”, dado que no hubo denuncia previa, dijo a Página/12 que se maneja con “evidencia cero”, porque debe reconstruir “un hecho que ocurrió hace una semana y recién ahora hemos tomado los primeros testimonios”, entre ellos el de un hermano de la víctima que presenció lo sucedido. Se estima que habría sido una bengala del tipo náutica, que impactó sobre el cuello de Ramírez, quien estaba frente al escenario, de espaldas hacia el lugar desde donde vino el artefacto de pirotecnia, que también le provocó lesiones en el hombro y en la espalda.

Por medio de un comunicado, el grupo La Renga anunció que fue suspendido el recital previsto para hoy en Resistencia, Chaco. “Hay una familia en vilo por el estado de salud de Miguel. Repudiamos este acto de inconsciencia, y sólo nos queda acompañar y llevar nuestra energía a Miguel y a los suyos, en este difícil momento.” En la declaración, que se publicó en el sitio oficial de La Renga, se afirma: “Anímicamente nos es imposible realizar el show” programado para este fin de semana.

Sobre el tipo de fuego artificial que hirió a Miguel Ramírez, la fiscal Bravo aclaró que “no se tiene precisión, dado que la familia había dicho que le sacaron una parte de la bengala, pero en realidad no la retuvieron sino que la habrían tirado”. El lunes, en el autódromo que fue escenario del recital, se hará una inspección ocular y una reconstrucción a partir de los dichos de varios testigos. Una fuente policial dijo que “todo indicaría que fue una bengala náutica, arrojada desde otro sector del autódromo”, que no tiene tribunas.

Sólo se había montado un escenario y el público presenciaba la actuación de La Renga desde la pista, todos al mismo nivel, como en el campo de un estadio de fútbol. La fiscal dijo que, en principio, “todo indica que fue un accidente, pero hay que investigar cómo ocurrieron las cosas”. Bravo le pidió a la familia que le lleve la ropa que Ramírez vestía esa noche “para hacer una pericia y tratar de determinar qué tipo de artefacto fue, a partir de la impronta que dejó la quemadura”.

El director del hospital de Melchor Romero, Egidio Melía, informó ayer que Ramírez “permanece en terapia intensiva, con asistencia respiratoria porque padece un edema cerebral grave cuyo diagnóstico es muerte cerebral”. La víctima fue llevada el sábado pasado, a las 23, “con una herida en la parte derecha del cuello, donde presentaba cortes desgarrantes y quemaduras”. El proyectil le había provocado “quemaduras en la parte derecha del cuello, el tórax y el hombro derecho”, precisó Melía. En los primeros días su evolución había sido favorable, pero el miércoles hubo complicaciones y sufrió varios paros cardiorrespiratorios. De la sala de terapia intermedia en la que estaba, fue llevado a terapia intensiva. Jorge, tío de la víctima, dijo que sufrió pérdida de masa encefálica y que la posibilidad de supervivencia “es mínima”.

Leonardo Ramírez, hermano de Miguel, calificó de “asesino” al que arrojó la bengala. El se encontraba “a un metro de distancia” de su hermano cuando ocurrió el hecho. “Lo oí gritar a Miguel y vi que tenía la bengala en el cuello y que estaba encendida.” Leonardo criticó al servicio de seguridad privada que realizó el cacheo de los asistentes al recital.

“En la previa ya hubo bengalas y el cacheo no existió, ya que te palmeaban el hombro y nada más.” Roberto Ramírez, otro hermano de Miguel, quien declaró ante la fiscal Bravo, dijo que habló con los integrantes de La Renga “porque no tenemos nada contra ellos, pero les dije al cantante y los guitarristas que hubo otras bengalas y me dijeron que sí, pero que no llegaron a mayores. Ellos suelen parar los recitales por las bengalas, pero esta vez pensaron que no había pasado nada grave”.

Hugo Ramírez, padre de Miguel, reclamó a los chicos que van a los recitales “que se dejen de joder con las bengalas” porque ahora hay una familia que “está destrozada y espera un milagro”. Roberto Ramírez dijo que no quieren “ensuciar a nadie” por lo ocurrido y que van “a luchar hasta lo último”. Según Roberto, la familia tiene “una copia de la bengala” que pesa “cerca de un kilogramo”. Si realmente se trata de una bengala náutica, sería un caso similar al de Roberto Basile, el hincha de Racing que murió en el estadio de Boca Juniors, el 3 de agosto de 1983, luego de que un artefacto así se le clavó en el cuello.

El recital en el autódromo platense fue organizado por Chacal Producciones, una empresa que trabaja con artistas como El Indio Solari, León Gieco, Los Nocheros o el Chaqueño Palavecino. La seguridad habría estado bajo su responsabilidad. En su página web afirman que proveen “la totalidad de los servicios para espectáculos” porque cuentan con “equipos de especialistas y técnicos que aseguran la calidad, seguridad y profesionalidad” necesarias.

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Hugo Ramírez, el padre de Miguel, muestra una foto de su hijo, en la puerta del hospital.
Imagen: DyN
 
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