EL PAíS › AUNQUE LA DECLARACION FORMAL SOLO HABLA DE LA DESIGUALDAD

La Unasur, preocupada por la crisis mundial

Después de la asunción de Ollanta Humala, los presidentes de Unasur intercambiaron a puertas cerradas un análisis de la guerra de divisas y de los posibles efectos de una crisis financiera aún peor.

 Por Martín Granovsky

Desde Lima

Imagen: DyN.

A toda velocidad y sin declaraciones, ni sobre Unasur ni sobre los muertos en Jujuy, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dejó la cumbre de la Unión Sudamericana de Naciones en Lima rumbo a Brasilia, donde hoy inaugura la nueva sede de la embajada argentina en Brasil. Sin embargo, Página/12 pudo saber que los presidentes de Unasur decidieron realizar un encuentro cerrado para hablar crudamente de la crisis financiera internacional.

La cumbre de Unasur siguió a un almuerzo en el que Tania Libertad y dos ministras del gabinete cantaron “Del puente a la Alameda”. Libertad también cantó “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, de Fito Páez.

La declaración de los presidentes sudamericanos se llama “Declaración de Unasur contra la de-sigualdad”. Dice una parte que “en todo este tiempo, nuestros países han avanzado en la puesta en valor de sus ingentes recursos y riquezas naturales, y han sido capaces de enfrentar con éxito los efectos adversos de la crisis financiera internacional registrando, a su vez, significativas tasas de crecimiento económico y de reducción de la pobreza”.

Añade el documento que los presidentes reconocen “la importancia del proceso de integración como instrumento de reducción de la pobreza y como elemento de inclusión social”, pero a la vez constatan “que en los países de la región persisten índices de de-

sigualdad sumamente elevados que afectan la dinámica de la reducción de la pobreza y mantienen excluidos de los beneficios de la expansión económica a segmentos de la sociedad de menores ingresos, particularmente a los más vulnerables”.

Según pudo establecer este diario, la presidenta brasileña, Dilma Rou-sseff, y su colega colombiano, Juan Manuel Santos, fueron quienes más se extendieron en el análisis de la crisis financiera internacional, que podría profundizarse por una eventual cesación parcial de pagos por parte de los Estados Unidos.

Brasil viene peleando para que la situación –denominada por su ministro de Hacienda, Guido Mantega, como “guerra cambiaria”– deje de presionar, como lo hace, en el sentido de apreciar el real y dificultar así las exportaciones.

La posición que los funcionarios brasileños desplegaron ayer es que afortunadamente el país más grande de la región cuenta al mismo tiempo con amplias reservas financieras y con un mercado interno desarrollado por la incorporación de 36 millones de personas que estaban fuera del mapa.

Los brasileños proyectan aumentar la batería de medidas contra el dumping de productos extranjeros, por ejemplo de los Estados Unidos.

La agenda de la Presidenta argentina hoy en Brasilia excederá, por eso, la inauguración de la embajada en el terreno que Brasil cedió cuando trasladó la capital de Río de Janeiro a una planicie desierta.

Si, por un lado, la apreciación del real cede y Brasil puede mantener la leve devaluación de la última semana, la Argentina mejorará su nivel competitivo. Pero el riesgo sería una baja del ritmo de crecimiento de Brasil, un socio comercial clave para los productos argentinos. Y, de paso, los funcionarios de los ministerios de Economía y de Desarrollo Industrial encontrarán del otro lado a colegas cada vez más sensibles a la permeabilidad frente a las importaciones y más atentos a su balanza comercial. Es un escenario probable, en este marco, que Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff traten de convenir alguna política que disminuya ruidos en el comercio bilateral.

Brasil, igual que la Argentina, es relativamente vulnerable a un sacudón financiero, pero ya no depende de las compras de productos brasileños por parte de los Estados Unidos. Colombia es el extremo opuesto. Exporta al mercado norteamericano el 40 por ciento de los bienes que vende al exterior. La sudamericanización política de Santos, que asumió el 7 de agosto último y atenuó la estrategia de alineamiento automático con Washington de Alvaro Uribe, tendría en la crisis norteamericana un estímulo más para mejorar relaciones con los vecinos de la región, Venezuela incluida.

El presidente Hugo Chávez fue el gran ausente de la asunción de Humala y la cumbre de Unasur. La declaración le dedicó un párrafo: “Reafirmamos nuestra solidaridad con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y confiamos en su pronto restablecimiento y recuperación”.

Chávez puso este texto en Twi-tter: “Qué conversación tan hermosa he sostenido con la Presidenta Cristina, esa Hermana Mía y Nuestra! Gracias Cristina! Te prometo Vivir!”.

El presidente venezolano, que tiene cáncer y afronta elecciones generales en 2012, cumplió ayer 57 años.

Su estado de salud agrega un motivo de preocupación a los vecinos del barrio. Con una Europa en caída y unos Estados Unidos jaqueados por la crisis financiera, que en estos casos suelen descargar sobre las naciones menos desarrolladas, cualquier cambio en el tablero sudamericano aparece agigantado por una enorme lupa.

Los presidentes de Unasur felicitaron al nuevo presidente peruano Ollanta Humala y resolvieron convocar a una cumbre de funcionarios y expertos en temas sociales este año en Cuzco. La necesidad de inclusión social y cohesión del Perú multicultural fueron algunos de los temas que abordó Humala en su discurso de asunción ante el Congreso.

“Renovamos nuestra plena confianza en la capacidad creadora de Unasur para afrontar con éxito los retos del presente en la certeza de que, juntos, lograremos forjar un futuro de justicia social, equidad y bienestar para nuestros pueblos”, dice el texto.

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