EL PAíS › FRANCISCO DE NARVáEZ HABLó DE SU DERROTA EN LAS PRIMARIAS

“No transmitimos el mensaje”

El candidato a gobernador bonaerense de Udeso dijo haber fallado en comunicar que hay “cantidad de cosas que están bien hoy” y que hay que “ir por las que faltan”. Ratificó su alianza con Alfonsín, pero adelantó que va a “provincializar fuertemente” su campaña.

 Por Sebastian Abrevaya

Después de encerrarse por casi dos días a analizar con sus colaboradores el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, el candidato a gobernador bonaerense de la Unión para el Desarrollo Social, Francisco de Narváez, salió a ratificar ayer su sociedad con el radical Ricardo Alfonsín. Sin embargo, aseguró que va a “provincializar fuertemente” la elección en su distrito para pelear contra Daniel Scioli. “No supimos transmitir con claridad un mensaje que implica reconocer la cantidad de cosas que están bien hoy y, sin modificar esas cosas, ir por las que faltan”, aseguró De Narváez, en un inusual tono conciliador.

–¿Cuál es el primer balance que hace de la elección del domingo?

–Hay un balance positivo en términos de la cantidad de concurrentes, de la vocación de participación de la gente. Y también una lectura muy clara de que el oficialismo obtuvo la mitad de los votos, que es una enormidad. Ni ellos mismos lo esperaban. Con respecto a lo negativo, no supimos transmitir con claridad un mensaje que implica reconocer la cantidad de cosas que están bien hoy y, sin modificar esas cosas, ir por las que faltan: pluralidad, entender que el que piensa distinto no es un enemigo, una economía más consolidada, una asistencia sin clientelismo y sobre todo una política de seguridad.

–Llamó la atención que dijera “coincido en muchas cosas con este gobierno”. ¿Cuáles son esas cosas?

–Una economía desendeudada, que significa una Argentina más soberana económicamente. El problema es si estamos desendeudados porque elegimos desendeudarnos o si lo hacemos porque nadie nos quiere prestar plata. Es más un rechazo que un reconocimiento. Segundo, una necesidad de abordar la pobreza en términos sistemáticos. Pero hemos invertido más plata que nunca en educación y sin embargo hemos decrecido más que nunca en calidad de la educación pública. Tercero, el Gobierno tiene un relato que es cautivante, pero que no se condice con la realidad, una sociedad que vive atemorizada, por no decir muerta de miedo, porque no hay una política de seguridad personal. Un avance sustantivo del narcotráfico, con un relato de minimizarlo o ignorarlo.

–¿Por qué sacó la mitad de los votos que en 2009?

–En el 2009 hubo un rechazo generalizado a una forma de gobierno que corporizaba el ex presidente y a mí en persona me tocó representar la alternativa. En este caso es una elección ejecutiva de otras características, no hemos sabido expresar más claramente que el modelo del kirchnerismo se puede cambiar por otra opción de gobierno que mantenga las cuestiones positivas. Pero lo importante no es cuántas veces te caés sino cuántas veces te levantás. De ninguna manera me siento derrotado ni vencido, sino por el contrario, tengo tanto ánimo como cuando empecé a hacer política en el 2005, de cuatro elecciones perdí tres y gané una, pero voy a seguir peleando por mis ideas.

–Usted planteó que la gente no supo entender su alianza con Ricardo Alfonsín... ¿Por qué cree que pasó eso?

–No, no. Jamás diría “no nos entienden”. Yo digo: no fuimos capaces de transmitir con claridad y por eso no fuimos entendidos. El voto es soberano y lo entiendo. Creo que la realidad difiere de lo que mucha gente cree que es, pero respeto plenamente esa visión.

–Entonces, ¿qué balance hace de la alianza con Alfonsín?

–El balance es positivo. Cuando ganamos la elección de 2009, éramos Gardel, Le Pera, la orquesta y todo el auditorio. Sin embargo, seguramente no hicimos todo bien en esa elección. Ahora perdimos esta elección y todo salió mal. Creo que no es ni tan tan, ni muy muy. El verdadero equilibrio de la Argentina es entre las provincias y el gobierno nacional. El eje central de ese equilibrio es la provincia de Buenos Aires. Mientras no tenga esa independencia, que no es una posición contraria, no va a haber equilibrio. Y siento que no hemos podido desenmascarar a un gobernador cuyo único mérito ha sido decir que es un soldado de la causa. Scioli no defiende a los bonaerenses, esencialmente en el tema de la seguridad.

–¿Va a seguir trabajando junto a Alfonsín?

–Sí, sin duda.

–La ley electoral tampoco permite otra cosa...

–Más que porque la ley no lo permite, porque Ricardo Alfonsín expresa desde lo político y lo personal lo que necesitamos los argentinos en el próximo turno de gobierno.

–¿Cuál va a ser su estrategia de cara a octubre?

–Vamos a poner un mayor énfasis en Buenos Aires, vamos a provincializar fuertemente la campaña. Haciendo foco en las cosas que sentimos y sabemos que se deben corregir.

–¿Comparte la idea de que los distintos candidatos de la oposición deberían aunar fuerzas y bajar sus candidaturas?

–Yo pienso, contrario a que todos se tienen que bajar y que haya un solo candidato. Eso es la segunda vuelta. Estamos reaccionando como si la primaria hubiera sido la primera vuelta. Así como en la provincia está claro que la pelea es entre Scioli y De Narváez, a nivel nacional creo que todos tienen que crecer. La forma de que Cristina esté por debajo del 40 por ciento no es que unos se bajen y otros crezcan. Cuanto más amplia sea la oferta de la oposición, hay más posibilidad de que Cristina esté por debajo de 40 puntos.

–¿Entonces no coincide con los que piden que acompañen a la oposición para que controle al Gobierno desde el Congreso?

–Eso va a ser una consecuencia natural de los votos que obtengan los candidatos al Ejecutivo. Hay un arrastre. Y a mí me gusta más hablar de equilibrio que de control. La mejor forma de encontrar un equilibrio es que De Narváez sea gobernador y no Scioli. El gran desequilibrio no es por parte del Ejecutivo per se, sino la suma de la provincia como un soldado de la causa. Córdoba demuestra que no es verdad que si no sos súbdito de la Casa Rosada, no podés gobernar. Es una decisión del gobernador de la provincia aceptar esa condición.

–¿Tuvo algún contacto con Duhalde después de la elección?

–No. Probablemente en las próximas semanas conversaré con él. Sí hablé con Ricardo Alfonsín el martes, y lo llamé a Scioli el lunes a la mañana para felicitarlo por el resultado.

–¿Lo sorprendió el corte de boleta en la provincia? Incluso José “Pepe” Scioli quedó tercero como senador, detrás de Hilda “Chiche” Duhalde...

–Estamos todavía analizando distrito por distrito porque ha habido una decisión de los ciudadanos que todavía no terminamos de entender... pero sí ha habido un corte de boleta muy singular. Me sorprende enormemente el apoyo que ha tenido el oficialismo desde el interior, cuando la política agropecuaria ha sido la misma desde hace dos años. Creíamos que en el interior iba a haber un voto contrario al oficialismo.

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Francisco de Narváez, socio de Alfonsín, anticipó que conversará con Eduardo Duhalde.
Imagen: Joaquín Salguero
 
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