EL PAíS › PROMETIENDO “PASO A PASO”, EL GOBIERNO RECIBE LA SEMANA NEGRA

Duhalde aplicará la receta de Racing

Valiéndose de una muletilla futbolera, el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, dijo a Página/12 que prefiere el “éxito” a la “espectacularidad” y que eso se logra con tiempo. La estrategia oficial ante la crisis.

 Por Diego Schurman

Para la semana negra –o verde, si se mide por la tensión que generará la oscilación del dólar–, el Gobierno prepara un singular antídoto: bajar el nivel de expectativas al mínimo posible, de tal manera de interpretar cada buena noticia, por más pequeña que sea, como un gran logro. Dicho de otro modo, apelará a la receta con la que Carlos “Mostaza” Merlo sacó campeón a Racing. “Yo no soy de ese club. Pero iremos paso a paso, porque nosotros preferimos un proceso que asegure el éxito a la espectacularidad”, confió a Página/12 el vocero presidencial Eduardo Amadeo.
Es en el marco de esa estrategia que el funcionario devaluó la reunión que una misión oficial mantendrá mañana con el FMI en Washington. “No vamos a traer plata, no vamos a tener resultados hasta dentro de un mes. Vamos a mirarnos la cara, a sentarnos a tener una conversación. Nada más.”
–Parece poco para una semana que promete mucha histeria colectiva.
–Machinea tardó 3 meses en conseguir el blindaje. Con Turquía se demoró 6 meses. Hace falta tiempo. No hay espacio para mentir al mundo. Queremos hacer plan creíble. Despacio pero creíble.
–¿La gente puede esperar?
–Hemos dicho que queremos dejar de lado la estrategia de Cavallo.
El paso a paso de Amadeo no es más que aquello que Eduardo Duhalde propone en su discurso: volver la Argentina “previsible” y “normal”. Esto es, encauzar la protesta social –que no haya nuevos cimbronazos– y lograr que los cacerolazos ingresen gradualmente en una meseta.
Anoche se blandían numerosos argumentos para explicar el beneficio de la aparición de color partidario en las protestas. “Si los cacerolazos son menos espontáneos, por más que sean legítimos, son más dóciles y controlables”, explicaba un funcionario con tono catedrático.
Es por eso que el fin de semana resucitó el proyecto para reflotar la Plaza del Sí con el que se busca “apuntalar” al Presidente ante tantas muestras de adversidad. Si la CIA norteamericana dice que es un mandatario “débil”, el PJ quiere responder con la gente en la calle, no con palabras.
Lo curioso es que esta vez la punta de lanza no fue el peronismo bonaerense sino el entrerriano Jorge Busti. Duhalde y el ex gobernador discutirán el tema mañana (ver aparte).
Ante la incertidumbre, la confirmación que habrá elecciones generales en septiembre del 2003. Ante las ideas foráneas del gobierno populista, y la resistencia del FMI al desembolso de dinero, el pragmatismo del canciller Carlos Ruckauf prometiendo alineamiento ciego a Estados Unidos.
La “normalidad” que el Presidente busca reinstalar también incluye la propia. No es casual la profundización de su histórico discurso nacionalista, sobre todo en momentos en que un sector –que encuentra en Carlos Menem su tótem político y en José Manuel de la Sota a su candidato– pregona la ida de dolarizar.
Hasta la persona menos avezada encontrará en “productivismo” y “cultura del trabajo” palabras propias del vocabulario duhaldista, ahora multiplicadas para marcar contrastes con la “especulación financiera” y la desesperación de la gente por comprar dólares. “Trabajo, trabajo...”, fue la letanía con la que el mandatario se despidió en su primer acto público en Merlo.
El paso a paso pretende devolverle a Duhalde la imagen de hacedor que selló en su largo tránsito por la provincia de Buenos Aires. Los del sábado, inaugurando 15 cuadras de asfalto en los pagos de Raúl Othacehé, fue un aperitivo. Aníbal Fernández planifica otras salidas. “Va a caminar el país, y va a tener un doble valor porque no lo hará en campaña ya que él cumplirá su palabra de no ser nuevamente presidente”, señaló el secretario general de la Presidencia.
Esa idea de recuperar la calle, una vez que se superen los corcoveos sociales, ya se la había sugerido el secretario de Seguridad, Juan José Alvarez, convencido de la necesidad de mostrar “hechos”. En la agenda hay una fecha imaginada, y digna de quien ha hecho de los símbolos un estilo de vida: el 24 febrero, en el que se conmemora el triunfo justicialista de 1945. Probablemente ese día Duhalde viaje a Tucumán.
En el Gobierno dicen que, de a poco, las respuestas van llegando. Ya se pautó una reforma para reducir el gasto de la política, se flexibilizó el corralito, se avanza con la reforma judicial para remover a los miembros de la Corte, y se habilitaron los 1350 millones de pesos para que las provincias pongan en marcha el plan alimentario y la entrega de subsidios anunciados por Hilda “Chiche” Duhalde.
“El paso a paso es toda una estrategia. Por eso para esta semana, que será difícil pero nosotros tenemos la obligación de desdramatizar, nuestra respuesta será seguir trabajando”, se despidió Amadeo.

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Eduardo Duhalde es fanático de Banfield. Pero se rindió a la fórmula racinguista del “paso a paso”.
“Queremos hacer un plan creíble. Despacio pero creíble”, dijo su vocero, Eduardo Amadeo.
 
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