EL PAíS › SE LEVANTO EL PARO EN LA LINEA 60 DE COLECTIVOS

Acuerdo con garantes

 Por Adriana Meyer

Los choferes decidieron reanudar el servicio a la cero de hoy.
Imagen: DyN.

El largo conflicto en la línea 60 de colectivos entró ayer en un paréntesis, cuando los choferes decidieron aceptar el acta en la cual la empresa se comprometió a cumplir sus demandas y resolvieron reanudar el servicio a partir de la hora cero de hoy. El texto es casi el mismo que rechazaron el jueves, pero la clave de que la controversia que provocó cinco jornadas de huelga haya sido destrabada estuvo en la posición de “garantes” del acuerdo que tomaron el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Transportes de la Nación. Tanto los trabajadores como los funcionarios explicaron a Página/12 que el incumplimiento de lo acordado por parte de la licenciataria Micro Omnibus Norte S.A. (Monsa) durante las próximas horas podría derivar en la quita del subsidio estatal.

“Suspendimos la medida por una semana porque estamos conformes con el acta que firmamos, esperamos que se cumpla”, dijo el delegado Hugo Schwartzman al enfatizar que la continuidad del paro iniciado el lunes está directamente vinculada con la efectiva respuesta de la empresa. De hecho, para hoy esperan el depósito de una cifra de dinero a cuenta de diferencias salariales mal liquidadas, uno de los puntos del reclamo. “El Gobierno se comprometió a ser garante del cumplimiento del acuerdo, si no le sacan los subsidios”, resumió el delegado. En tal sentido, el punto cuarto del acta –firmada por los funcionarios, los dirigentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y los integrantes de la comisión interna de la línea 60– dice que “las autoridades presentes se constituyen en garantes del cumplimiento de los acuerdos suscriptos”, esto es, la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi.

En diálogo con Página/12, Rial explicó que el 20 de septiembre habían ordenado a la empresa el pago de 600 pesos a cuenta de posibles diferencias por salarios mal liquidados, y creaban una comisión que tendría 60 días para analizar cada uno de los casos de los 1600 trabajadores. El 21, la empresa y la UTA acordaron que los días de esta huelga, y la de junio, no serían descontados, que el cuerpo de delegados sería reconocido y serían revisadas sus liquidaciones salariales, y que las partes acordaban una “paz social”. Los delegados llevaron esa propuesta, pero la asamblea la rechazó. “Recién ayer se cerró con una última acta en la cual levantaron la medida, quedaron sin efecto los telegramas de intimación y se fijó una reunión para el martes”, detalló la funcionaria. Los delegados introdujeron una serie de “temas pendientes”: diagrama de servicios, asignación de cabeceras, funciones del personal de seguridad y un estacionamiento de vehículos particulares. Consultada sobre la mención de la posibilidad de quitarle a Monsa el subsidio estatal, Rial respondió que “es una de las herramientas que tenemos para intimarlos”. El lunes comienza una verificación contable en la empresa.

El delegado Schwartzman relativizó la intervención de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y enfatizó que, más allá de la actitud de los funcionarios, “el 90 por ciento de la garantía somos nosotros, porque si no volveremos a tomar medidas”. Este paro por tiempo indeterminado, de un conflicto que comenzó en enero, estuvo acompañado por cortes, como el de ayer en Puente Pueyrredón, al que se había sumado la línea 38, y en el kilómetro 42 de la colectora de la Panamericana.

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