EL PAíS › LOS TROTSKISTAS PROMETEN MANTENER SU ALIANZA Y HACEN PLANES A FUTURO

En el FIT aseguran que siguen

Si bien no lograron los votos suficientes para entrar a la Legislatura nacional o bonaerense, los referentes del FIT anunciaron que aspiran a armar “un gran partido revolucionario” y a resistir la “criminalización de la protesta social”.

 Por Adriana Meyer

¿Qué será del Frente de Izquierda y los Trabajadores, la alianza de los trotskistas, ya pasadas las elecciones? Sus principales referentes le auguran larga vida e incluso lo imaginan con cierto protagonismo en la oposición al Gobierno. En diálogo con Página/12 explicaron sus proyectos de corto y mediano plazo y las tareas internas que creen necesarias para mantener esa unidad que, según admiten, se tradujo en votos. Asambleas populares, campaña contra “la criminalización de la protesta” e incluso los primeros pasos de la construcción de “un gran partido revolucionario” son algunos de los temas de sus agendas.

El 14 de abril lanzaron la creación del Frente, pero los tres principales partidos trotskistas de Argentina venían ya de una intensa campaña para conservar su legalidad a partir de los requisitos de la llamada Reforma Política. Fueron jornadas de permanente recolección de avales y adhesiones en todo el país. Salieron airosos de las elecciones PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), aprovecharon los spots televisivos para instalar la necesidad de que el piso del 1,5 por ciento exigido “no silencie a la izquierda”. El histórico dirigente Jorge Altamira, del Partido Obrero, consiguió junto al FIT su “milagro”, pero en octubre no pudieron lograr el nuevo desafío que se habían propuesto: por muy pocos décimas de puntos porcentuales quedaron afuera del Congreso y de la Legislatura bonaerense. Nacido como una alianza electoral, ¿cuál será ahora el destino del FIT?

El procesamiento de Néstor Pitrola por apoyar cortes de ruta en el conflicto de Kraft, de Vilma Ripoll en la misma causa, sumado al encarcelamiento del dirigente ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero por presunta quema de vagones, hicieron surgir la idea de una campaña nacional de repudio a la persecución penal de éstos y de unos cinco mil activistas sociales y gremiales, por el fin de las “patotas de la burocracia sindical” y por la liberación de Víctor Oñate, Carlos Olivera, Mario Tapia, Aldo Claros y Karina Germano, “presos por luchar”. Dicen desde el FIT que “todas las fuerzas que lo integran están involucradas en esta iniciativa, junto a las comisiones internas ‘combativas’, pero aclararon que va más allá del Frente. De hecho, durante la movilización por el primer aniversario del asesinato del militante del PO Mariano Ferreyra en la cabecera se mezclaron los referentes trotskistas con los de centroizquierda.

Sin embargo, algunos de los socios del FIT quieren ir más allá. Desde el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) plantean que para darle continuidad hay que discutir un “acuerdo mayor que vaya más allá de emitir declaraciones” sobre determinadas coyunturas. Para Christian Castillo, “el FIT logró la simpatía de una franja importante del pueblo trabajador, no sólo de los que nos votaron, sino también de quienes no lo hicieron pero nos escuchan con respeto”. Por lo tanto, considera que “ese capital político debe ser puesto al servicio de la construcción de corrientes clasistas para arrebatarle los cuerpos de delegados, comisiones internas y sindicatos a la burocracia sindical y de un gran partido revolucionario de la clase obrera”. A su criterio, “la tarea que tenemos por delante es probarnos en los duros combates que se vienen”.

Para el PO, el balance positivo de la elección llama a continuar el fortalecimiento del FIT, para lo cual sostienen que hace falta una intensa acción política que le permita desarrollarse como una “oposición anticapitalista y socialista al Gobierno”, tal como sintetizó Marcelo Ramal en alusión a un documento partidario emitido hace una semana. En tal sentido, proponen convocar a asambleas en los barrios y distritos para discutir una “agenda de los grandes problemas del momento”, tales como la fuga de capitales, los anuncios de tarifazos, la lucha contra la criminalización de la protesta y por el derecho al aborto, entre otros.

Respecto del inicio del debate para crear “un gran partido revolucionario”, Ramal dice que lo vienen planteando desde hace tiempo y que “está dentro de lo que nos proponemos con el Frente”. Pero el tercer socio, Izquierda Socialista, cree que se trata de “un debate abierto pero para más adelante, porque luego de superar los primeros desafíos nos tenemos que mover con la realidad, y eso implica darle continuidad a este acuerdo político de la izquierda consecuente y combativa”. Así lo dijo a Página/12 el dirigente de IS, Juan Carlos Giordano, quien además considera que el FIT hizo una “buena elección porque la franja de trabajadores que nos votó ve en la unidad de la izquierda un paso importante por el programa que levantó”. Por eso afirma que quieren “mantener la expectativa que sembramos en la campaña para canalizar la voluntad de quienes nos apoyaron”. Y en tal sentido mencionó, a modo de ejemplo, la continuidad de la Asamblea de Intelectuales que se pronunció a favor del Frente durante la campaña electoral.

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Jorge Altamira, referente del Partido Obrero, y Christian Castillo, del PTS.
Imagen: Télam
 
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