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Camaño teje con la ilusión de mantenerse en el puesto

El presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño, aspira a continuar en ese cargo independientemente de quien gane las elecciones. Sus mayores chances son si triunfa Néstor Kirchner, pero empezó a hablar con todos los sectores.

 Por Felipe Yapur

Una de las máximas aspiraciones políticas de Eduardo Camaño es renovar su puesto al frente de la Cámara de Diputados. Sin embargo, antes de poder concretarlo deben darse ciertas condiciones. Una de ellas es contar con el aval del presidente que se elegirá el 27 de abril o el 18 de mayo. Si es justicialista y no es ni Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá, las posibilidades del bonaerense crecen. Ahora bien, el único problema que deberá resolver es el incumplimiento de una exigencia no escrita pero fundamental y que dice que el jefe de la Cámara baja debe también conducir su distrito de origen. Resulta que el domingo pasado, en las elecciones internas del PJ bonaerense, Camaño sufrió una derrota en su Quilmes natal a manos del ministro de la Producción, Aníbal Fernández.
Históricamente el perfil del presidente de la Cámara baja es de un hombre que tiene consenso en la mayoría de los bloques a fuerza de ser un dirigente que sabe mantener un equilibrio con el resto de las fuerzas políticas. “Que da y quita de manera proporcional”, es la frase que utilizan los legisladores más veteranos para describir al titular del cuerpo. Camaño en eso cumple. En estos dos años, el bonaerense supo conseguir el respeto de los bloques parlamentarios más allá de las críticas que supieron dispensarle cuando se convirtió en el principal operador de la impunidad de los integrantes de la Corte Suprema durante el juicio político que se pretendió instrumentar. El problema que hoy enfrenta es más político que administrativo. La derrota sufrida a manos de Fernández lo debilita a la hora de disputar su continuidad en el cargo que detenta.
Camaño es consciente del inconveniente que enfrenta. Todos en el Parlamento recuerdan que incluso al todopoderoso y polémico Alberto Pierri se le exigió durante los diez años de conducción de la Cámara que cumpla con la exigencia de ser el jefe político de su distrito, La Matanza.
Sin perder tiempo, el bonaerense se lanzó de lleno a conversar –negociar sería el término exacto– sobre su continuidad una vez que pasen los comicios presidenciales. En principio considera que el ganador de esas elecciones será un justicialista, pero no cualquier triunfador es lo mismo para Camaño. Si bien el bonaerense ya anunció que en caso de ganar Menem “sería uno de los primeros en encolumnarme detrás de él”, no es menos cierto que le sería complicado continuar en su puesto ya que por lo general ese cargo está destinado a un hombre de máxima confianza del Ejecutivo nacional.
Ahora bien, si el triunfante es Kirchner las posibilidades de continuidad de Camaño no crecen, pero se mantienen. El bonaerense no es un devoto del santacruceño, es más, cuando pudo desgranó en rigurosa voz baja algunas críticas. Pero como Kirchner cuenta con el apoyo de Duhalde y al no tener un representante de peso en el bloque, bien podría el actual Presidente imponer a su hombre al frente del Congreso.
Sin duda, el peor escenario para Camaño es un triunfo del puntano Rodríguez Saá. Los diputados que responden al “Adolfo” tienen la peor opinión del bonaerense y el puntano jamás lo elegiría para que sea sus ojos, su voz y sus manos en el Congreso.
Así las cosas, Camaño ya comenzó a tejer alianza por si acaso. Sabe que todo está atado a un resultado electoral pero nada es mejor que prevenir. El martes, por caso, mantuvo un almuerzo con los referentes del bloque justicialistas. Estuvieron presentes el duhaldista José María Díaz Bancalari, el santafesino Jorge Obeid, Oraldo Britos (San Luis), Juan Urtubey de Salta y el menemista Manuel Baladrón. La síntesis de ese encuentro lo realizó uno de los presentes al asegurar que “la intención es mantener las autoridades de la Cámara tal como están ahora” y recién discutir los cambios en diciembre cuando vencen los actuales mandatos. El movimiento de Camaño no se limitó al bloque oficialista. Desde hace unos días mantiene conversaciones “informales” con el resto de los bloques pero, a diferencia de sus colegas justicialistas, le respondieron que todavía era muy pronto para hablar de estos temas.

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El presidente de la Cámara baja, el bonaerense Eduardo Camaño.
 
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