EL PAíS › OPINIóN

Una lucha pacífica

 Por Héctor Timerman *

Hoy, 3 de enero de 2014, recordamos un nuevo aniversario de la usurpación británica de nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. En total, cerca de tres millones de kilómetros cuadrados pertenecientes al pueblo argentino, y sin los cuales la Argentina ve afectada su integridad territorial.

El año que acaba de finalizar mostró un incremento en las agresiones verbales de los funcionarios británicos al referirse a la Cuestión Malvinas. Por el contrario, la actitud argentina, dialoguista y decidida a resolver en forma pacífica un conflicto colonial, ha recibido nuevos y más enérgicos apoyos en todo el mundo, incluyendo en la propia Gran Bretaña.

Como corolario de un año en el cual el gobierno británico expresó su intención de realizar intervenciones militares, al punto que su propio Parlamento debió rechazar una acción bélica en Medio Oriente, el mismo gobierno dedicó un párrafo de su discurso navideño a hablar sobre la defensa militar de las Malvinas, olvidando el mensaje pacífico de dicha celebración. Tal vez haya sido la expresión del fracaso de intentar confundir al mundo sobre la ocupación colonial y militar del territorio argentino, así como la falta de argumentos legales e históricos.

El mal llamado “referéndum”, en el cual 1500 británicos de las islas decidieron seguir siendo británicos, es violatorio de las resoluciones de las Naciones Unidas. Ni la Resolución 2065 ni las restantes incluyen el principio de autodeterminación en la Cuestión Malvinas. Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas rechazó en 1985, en dos oportunidades, propuestas británicas para incorporar ese principio en el proyecto de resolución sobre Malvinas. Ninguno de los requisitos que habilitan la aplicación del principio de libre determinación está presente en la Cuestión de las Islas Malvinas.

Vale la pena resaltar que el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas no mencionó el autodenominado “referéndum” en ninguna de sus resoluciones durante el año que ha concluido.

La falta de argumentos, y el amplio respaldo al derecho argentino a la integridad territorial, incita al Reino Unido a actuar y expresarse con la agresividad indigna de una potencia nuclear, que además es miembro permanente del Consejo de Seguridad. Tal conducta debilita los intentos de la comunidad internacional para que todos los países acepten las decisiones de las Naciones Unidas a fin de lograr la resolución pacífica de los conflictos. Gran Bretaña carece de autoridad moral en este tema, ya que es el país que más veces ha ignorado las decisiones de las Naciones Unidas, en especial cuando se trata de terminar con el colonialismo.

Las declaraciones agresivas no son una novedad en la Cuestión Malvinas. Basta recordar el comentario del diario The Times, vocero oficioso de la Corona británica, que en 1842, y ante un nuevo pedido del representante argentino en Londres de iniciar conversaciones sobre la Cuestión Malvinas, editorializó: “No sabemos qué admirar más, si la insolencia del sudamericano o la resignación del ministro de la Reina que no lo lanzó a puntapiés escaleras abajo”.

Para la Argentina, el año que finalizó ha sido de intensas actividades, tanto para exponer nuestros derechos soberanos como para defender los recursos naturales de la zona en conflicto que son expoliados por la potencia colonial.

Por primera vez todos los países de Africa adoptaron la Declaración de Malabo, reconociendo los legítimos derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, sumándose así a los países de América latina y el Caribe.

Las expresiones militaristas de la potencia ocupante, acompañadas por la importante presencia de las armas desplegadas, incluyendo submarinos nucleares en el Atlántico Sur, fueron objeto de censura por todos los países de Africa y América con costas en el Atlántico Sur durante la Cumbre de Montevideo.

En marzo de 2013, nuestro país concurrió a la sede de Naciones Unidas de Nueva York para solicitar sus buenos oficios al secretario general Ban Ki–moon, tal como le fuera encomendado por la Asamblea General. En un gesto sin precedentes, estuvieron presentes para acompañar la posición argentina los cancilleres de Cuba y Uruguay y el vicecanciller de Perú, países en ejercicio de las presidencias pro tempore de Celac, Mercosur y Unasur, respectivamente. Las mismas autoridades de las Naciones Unidas manifestaron su sorpresa ante el contundente apoyo de los tres organismos que representan a todos los países de América latina y el Caribe.

El gobierno mantuvo una constante actividad informativa en todo el mundo. Se imprimieron folletos sobre la Cuestión de las Islas Malvinas, conteniendo antecedentes históricos y tratamiento en las Naciones Unidas, en idiomas alemán, griego, japonés, rumano, húngaro, búlgaro, macedonio, turco y serbio.

Se avanzó en la traducción de material sobre la Cuestión de las Islas Malvinas a los idiomas árabe y hebreo. Y se volvió a editar el documental Malvinas - Historia de una usurpación con un nuevo subtitulado al inglés, francés, portugués y árabe.

Un aspecto esencial de nuestra lucha pacífica son los más de 90 Grupos de Solidaridad en países de los cinco continentes que trabajan en pos de una solución definitiva al conflicto colonial. Durante el pasado año, además de las tareas de difusión llevadas a cabo por los citados grupos, realizaron las siguientes acciones:

- Del 5 al 7 de febrero se realizó el Primer Encuentro de Grupos Pro Diálogo sobre la Cuestión Malvinas de la Unión Europea en Londres, con la presencia de miembros del Poder Ejecutivo y Legislativo de nuestro país.

- Del 17 al 19 de junio de 2013 se desarrolló en México DF el Primer Encuentro de Grupos de Solidaridad con la Cuestión Malvinas de América del Norte.

- Los días 12 y 13 de septiembre de 2013 tuvo lugar en La Habana el Primer Encuentro de Grupos de Solidaridad con la Cuestión Malvinas de América Central y el Caribe.

Los parlamentarios argentinos también desarrollaron una intensa actividad en defensa de nuestra posición nacional. En el ámbito de la diplomacia parlamentaria se obtuvieron declaraciones en favor de la reanudación de negociaciones con el Reino Unido por la sección latinoamericana de la Asamblea Parlamentaria América Latina - Unión Europea (Eurolat) y por la Asamblea del Grupo Latinoamericano de la Unión Interparlamentaria (UIP).

Asimismo se efectuaron acciones de sensibilización con motivo de sendas reuniones en la 129ª Asamblea de la UIP, la X Asamblea de Parlaméricas, el Parlatino y el Parlamento Andino.

Finalmente se realizó una fructífera visita al Parlamento de Irlanda de los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados y el Senado, a efectos de tratar específicamente la Cuestión de las Islas Malvinas. Hubo contacto además con legisladores de países y organizaciones como Estados Unidos, Panamá, Vietnam y Unión Europea, en cuya oportunidad se abordó la Cuestión Malvinas.

Del 4 al 6 de febrero se mantuvo en Londres una reunión con el Grupo Parlamentario Multipartidario Argentina - Reino Unido y se transmitió a sus integrantes la voluntad nacional de reanudar las negociaciones de soberanía con dicho país.

Asimismo se llevó a cabo una reunión de los Grupos de Amistad Parlamentarios de ambos países, en cuyo marco fue abordada la Cuestión de las Islas Malvinas.

En noviembre, la Cancillería recibió a una delegación de parlamentarios británicos, en cuya ocasión se dialogó sobre la Cuestión de las Islas Malvinas y se les hizo entrega de material informativo.

El año 2013 será recordado por el gran avance en la defensa de los hidrocarburos que se encuentran en la plataforma continental argentina. Se dio un gran impulso a la implementación del Plan de Acción del Estado nacional contra las ilícitas actividades hidrocarburíferas en la plataforma continental argentina. En ese marco se realizaron las siguientes iniciativas: Argentina mantuvo una audiencia con el secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Koji Sekimizu, ante quien se manifestó la preocupación por la creciente militarización del Atlántico Sur por parte del Reino Unido y el peligro que representa para el medio marino el desarrollo de actividades unilaterales británicas de exploración de hidrocarburos.

En dicha reunión se reiteró que la pretensión del Reino Unido de promover y autorizar la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables en el área en disputa de soberanía viola lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General que insta a las dos partes en conflicto a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras esté pendiente el proceso de descolonización recomendado por la Asamblea General.

En aplicación de la Ley 26.659, la Secretaría de Energía de la Nación dictó resoluciones, inhabilitando por el término de 15 a 20 años a las seis empresas británicas involucradas en ilegítimas actividades de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina.

Dichas inhabilitaciones fueron notificadas a las seis empresas activas en la zona ocupada ilegalmente.

El Mercosur adoptó un comunicado conjunto en el que reconoció el derecho de la Argentina para adoptar las acciones legales implementadas en el ámbito de su legislación contra las actividades de exploración y explotación no autorizada de hidrocarburos en el área de Malvinas.

Se llevaron a cabo gestiones en el marco de la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade), en cuya 43ª Reunión de Ministros se expresó el respaldo a la adopción de medidas en materia de hidrocarburos.

A instancias de la Cancillería, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos –en colaboración con la Secretaría de Energía– elaboró un proyecto de ley tendiente a reformar la Ley Nº 26.659 (Condiciones para la exploración y explotación de hidrocarburos en la Plataforma Continental Argentina), con la finalidad de incorporar a este instrumento legal un nuevo tipo penal que establezca la responsabilidad en que incurrirán las personas físicas y jurídicas que, sin la autorización de la autoridad competente, realicen actividades de exploración o de explotación de hidrocarburos, en el lecho o en el subsuelo del mar territorial y en la plataforma continental argentinos, en adición a otras responsabilidades penales preexistentes. La ley que fue sancionada por el Congreso nacional y promulgada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner bajo el Nº 26.915 permitirá a la Justicia argentina solicitar la cooperación judicial internacional para el arresto y enjuiciamiento de todos aquellos incursos en la exploración y explotación ilegal de nuestros hidrocarburos.

Todas estas acciones son llevadas adelante con la determinación de defender, en forma pacífica, los legítimos derechos del pueblo argentino a ejercer la soberanía en todo su territorio, así como a evitar que potencias extranjeras continúen expoliando los recursos existentes en las tierras y aguas ocupadas ilegítimamente por más de 180 años. La norma se inscribe además en lo dispuesto por las Naciones Unidas, pues como ya dijimos, ante los anuncios británicos de exploración hidrocarburífera, instó a las partes a abstenerse de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales a la actual situación de la zona en disputa.

Sobre el fin del año, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomó una decisión histórica al crear una secretaría dedicada exclusivamente a la Cuestión Malvinas, con el propósito de coordinar los esfuerzos argentinos relativos a la recuperación pacífica de las islas y los espacios marítimos de acuerdo con lo establecido en nuestra Constitución, a través del diálogo y las negociaciones bilaterales entre la Argentina y el Reino Unido.

A las amenazas de la potencia colonial tanto verbales como militares nuestro país continuará exigiendo que se cumpla con el derecho internacional y con las resoluciones de las Naciones Unidas, demostrando que la negativa del Reino Unido a sentarse a la mesa de negociaciones es la mejor evidencia de que, en la Cuestión Malvinas, el león ruge, pero ya no asusta.

* Ministro de Relaciones Exteriores.

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Imagen: Panoramio
 
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