EL PAíS › FINALMENTE KICILLOF DECIDIó VIAJAR A NUEVA YORK PARA REUNIRSE CON DANIEL POLLACK

Cara a cara con el mediador que puso Griesa

El funcionario reiterará que tiene la voluntad de “alcanzar un acuerdo justo, equitativo y legal”, pero remarcará que la sentencia de Griesa deja a la Argentina frente a un dilema, porque si cumple con el fallo sin cambios la reestructuración caerá.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, viajó anoche para encabezar la delegación oficial que hoy se reunirá con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez estadounidense Thomas Griesa en el conflicto que el Gobierno mantiene con los fondos buitre. Fuentes de Economía confirmaron ayer por la tarde a este diario que el funcionario se sumará al secretario de Finanzas, Pablo López, y al responsable del área legal de Economía, Federico Thea, que el fin de semana llegaron a Nueva York. El encuentro fue solicitado por Pollack para conocer qué opciones está contemplando Argentina para cumplir con la sentencia judicial en su contra. El Gobierno reiterará que tiene la voluntad de “alcanzar un acuerdo justo, equitativo y legal”, pero remarcará que la sentencia de Griesa lo dejó frente a un dilema, porque si cumple con el fallo tal como está redactado el proceso de reestructuración de la deuda caerá. El objetivo oficial es ver qué posibilidades reales hay de negociar con los demandantes sin tener que llegar a esa situación.

El escenario es complejo. En febrero de 2012, el juez Griesa emitió un fallo en el que le ordenó a la Argentina pagarles a los fondos Elliot, NML Capital, Dart, Aurelios, AC Paster y Blue Angel la totalidad de la deuda que reclaman, sin quita. El Gobierno apeló a la cámara con el argumento de que esa medida discriminaba a los que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, poniendo en riesgo toda la reestructuración. El 26 de octubre de 2012, la Cámara de Apelaciones de Nueva York respaldó el fallo de Griesa y le ordenó al juez que definiera con más precisión cómo hacer efectiva su resolución. El Gobierno reaccionó con duros términos. “Jamás vamos a pagarles a los buitres”, aseguró el entonces ministro de Economía, Hernán Lorenzino.

Griesa se mostró molesto por la reacción del Gobierno y el 22 de noviembre de 2012 le ordenó que les pagara a los buitres los 1330 millones de dólares en efectivo el 15 de diciembre de ese año. Incluso exigió que la Argentina depositara esa cifra en una cuenta de garantía para los buitres, junto con el pago del cupón del PBI. Cuando parecía que la Argentina se encaminaba a un default técnico, la Cámara de Apelaciones suspendió el fallo y fijó un cronograma de presentaciones de ambas partes. En esas audiencias, la Argentina flexibilizó su postura y propuso reabrir el canje. Los buitres respondieron entonces que no aceptarían quita y el 23 de agosto de 2013 la Cámara ratificó su postura inicial. La Argentina apeló a la Corte y el 16 de junio pasado el máximo tribunal estadounidense informó que decidió no intervenir en el caso, dejando firme la sentencia de Griesa. La Cámara reaccionó levantando la cautelar que evitaba embargos. Entonces, el Gobierno se apresuró a depositar en el Banco de Nueva York (Bony) el dinero destinado a afrontar el vencimiento de deuda previsto para el 30 de junio, pero Griesa intimó al Bony a no pagarles a los bonistas, y los inversores hasta el momento no recibieron el dinero. La situación que se presenta es inédita, porque si no cobran antes de fin de mes Argentina entraría en default técnico con quienes sí entraron al canje, pese a que ya desembolsó el dinero correspondiente.

Kicillof le pedirá a Pollack que se reestablezca la cautelar para que los bonistas puedan cobrar y generar al mismo tiempo las condiciones para negociar con los buitres sin tener una espada de Damocles en la cabeza. La cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers, que significa derechos respecto a futuras ofertas) es uno de los problemas por resolver. Esa cláusula vence el 31 de diciembre. Por lo tanto, Argentina no puede mejorar la oferta antes de esa fecha sin que toda la reestructuración naufrague y se sucedan reclamos de quienes sí ingresaron al canje. Por eso, el restablecimiento de la cautelar y un período de al menos seis meses para negociar podría ofrecer una salida. Sin embargo, los buitres ya manifestaron su negativa ante esa posibilidad y dicen que Argentina busca alternativas para no negociar. El Gobierno, por su parte, respondió que los que no quieren negociar son los buitres, ya que lo único que buscan es que se cumpla la sentencia tal cual la dictó Griesa y eso no es negociar.

La decisión de Kicillof de participar del encuentro con Pollack, previsto para hoy a las 14.30 en el 245 de Park Avenue, dará mayor trascendencia a la reunión, pero no se esperan grandes definiciones. Economía adelantó el viernes pasado que Pollack los convocó para conversar, pero no reclamó que el país presente una alternativa de pago. La expectativa está puesta en ver cuánta voluntad manifiesta la Justicia estadounidense en buscar una solución, pues hasta el momento en Economía están convencidos de que todo lo hecho por Griesa ha sido a pedido de los buitres. Si Pollack se muestra inflexible, los caminos comenzarán a cerrarse y el default técnico estará cada vez más cerca, porque Argentina ya dejó en claro que no está dispuesta a dejar que toda la reestructuración fracase.

Como la Justicia estadounidense no genera muchas expectativas, al mismo tiempo que se exploran las vías de negociación se decidió ir a organismos multilaterales, como la Organización de Estados Americanos, para buscar respaldo internacional. “Agradecemos el respaldo, pero venimos a reclamar soluciones urgentes, no sólo pronunciamientos”, dijo el ministro Kicillof ante el pleno de representantes la semana pasada. “Lo que necesitamos, lo que pedimos, es que la comunidad internacional actúe, que los organismos multilaterales actúen, y lo hagan pronto, antes de que el precipicio que establece el fallo del juez Griesa esté delante de nuestras narices”, agregó. Con ese pedido buscó dejar en claro que las respuestas de la comunidad internacional son imprescindibles ahora que Argentina está dentro del problema, y no cuando Argentina pase a ser “el caso testigo de las consecuencias de un sistema financiero desquiciado”. El problema en este caso es que no termina de estar claro qué podría llegar a hacer la OEA en este escenario, sobre todo sin el apoyo de Estados Unidos.

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Kicillof se sumará al secretario de Finanzas, Pablo López, que viajó a Nueva York el fin de semana.
Imagen: Rafael Yohai
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