EL PAíS › LA UTA DECIDIó NO ADHERIR AL PARO DE MAñANA DEL SINDICALISMO OPOSITOR

Sin el respaldo de los colectiveros

“Estamos de acuerdo con los reclamos, pero no con la acción”, explicó el titular de la UTA, Roberto Fernández. La decisión de ese gremio le quita fuerza a la huelga convocada por Moyano, Barrionuevo y Micheli. La CTA disidente arranca el paro hoy al mediodía.

Finalmente, el paro nacional convocado para mañana por las centrales sindicales opositoras se quedó sin el apoyo clave de los colectiveros. El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, confirmó que el gremio que reúne a los choferes de colectivos de corta, media y larga distancia no adhiere a la huelga. También se podrá viajar en subterráneo –con excepción de la Línea B–. La decisión del gremio quita fuerza a la medida de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli. Tras conocer la noticia, el titular de Camioneros aseguró que los choferes igual “van a parar, más allá de los dirigentes”, porque son “los que sufren las consecuencias del Impuesto a las Ganancias”.

El anuncio de la no adhesión al paro fue hecho por Fernández en una conferencia de prensa en la que se mostró respaldado por la cúpula del gremio. Allí, sin mencionar al titular de la CGT opositora, lo acusó de carecer de un programa de acción y querer imponer su criterio sin generar consensos.

“Estamos de acuerdo con los reclamos, pero no con la acción. No somos nenes que nos va a arriar como quieren. Si no hay un plan de lucha, hacemos 24 horas de paro, ¿y después qué?”, se preguntó el dirigente. Después pidió “buscar la unidad del movimiento obrero”.

En cuanto al clima de tensión que se pueda generar en la calle el jueves hacia los choferes, Fernández mandó un mensaje a los gremios que convocaron al paro: “Lo único que les pido es que nos respetemos, porque arriba de los colectivos viajan los trabajadores, y cada uno puede hacer lo que siente”.

En el paro anterior de las centrales opositoras –el 10 de abril–, la adhesión de la UTA fue central para garantizar la efectividad de la medida. A diferencia de entonces, este jueves buena parte del transporte público, en cambio, estará disponible, aunque no habrá trenes, ya que el sindicato de los maquinistas, La Fraternidad, participará de la huelga.

La CGT Azopardo y la Azul y Blanco llamaron a la medida con un paquete de reclamos al tope de los cuales está la suba del piso del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias sobre los sueldos. Además reclaman el pago de la deuda que el Estado tiene con las obras sociales. En los afiches callejeros, las centrales incluyeron además el tema de la inseguridad. La CTA de Micheli y la izquierda se sumaron poniendo en primer plano la consigna de que se prohíban los despidos y suspensiones.

Las protestas comenzarán este mediodía con una marcha del Cabildo al Congreso de la CTA de Micheli. La Central adelantó y extendió su medida, que será desde las 12 de hoy hasta la noche del jueves, y anunció que además, en confluencia con organizaciones de izquierda, realizará piquetes a partir de las diez de la mañana en los accesos a la Capital, como el Puente Pueyrredón, Puente 12, Puente Saavedra y Constituyentes y General Paz.

El jueves no habrá bancos ni vuelos, tanto de cabotaje como internacionales. Los choferes de camiones van a parar en todas sus ramas de actividad, incluida la recolección de residuos. En los peajes se levantarán las barreras y las estaciones de servicio no expenderán nafta ni GNC. Los gastronómicos de Barrionuevo no trabajarán en bares ni restaurantes.

En la mayoría de las escuelas, por el contrario, habrá clases, ya que los sindicatos docentes que adhirieron son minoritarios. En la Justicia, la atención al público será dispar, y lo mismo sucederá con los estatales. La cercanía de la medida de fuerza generó nuevas repercusiones en el gobierno nacional. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió que “ningún trabajador debe dejarse extorsionar respecto de su voluntad de poder concurrir a su lugar de trabajo”. El funcionario, por otra parte, puso el reclamo de las centrales sindicales en el marco más amplio de la oposición al Gobierno y aseguró que “muchos trabajadores no comparten la medida porque constituye, en definitiva, una estrategia desde el punto de vista político”.

El gobernador Daniel Scioli reclamó a sindicalistas y empresarios “ver los avances que se han logrado, como abrir las persianas de las fábricas que habían estado cerradas por años”, y pidió “poner el hombro y cuidar las fuentes laborales”. El mandatario reclamó a los dirigentes gremiales que “prioricen y cuiden el trabajo y después se puede ir por mayores ingresos”.

También habló del tema su par entrerriano Sergio Urribarri, que consideró que la medida de fuerza “responde al desapego y al odio que tienen (Moyano y Barrionuevo) por lo hecho y por lo que puede hacer todavía este gobierno nacional”.

El diputado Héctor Recalde (FpV) consideró que el paro es “inoportuno”. “El derecho a huelga es un derecho constitucional. Si hay sindicatos que quieren ir a un paro levantando reivindicaciones de los trabajadores, me parece que están ejerciendo un derecho. Ahora, en el sentido de la oportunidad, yo no coincido.”

Su par Carlos Heller atribuyó la huelga “a la pulseada opositora para minar el proyecto soberano, autónomo y transformador del gobierno nacional”.

“Si uno mira las consignas centrales y los actores de este paro, no puede estar de acuerdo”, señaló. En este sentido, Heller sostuvo que “no puede ser que el Impuesto a las Ganancias, que afecta al 10 por ciento de los trabajadores, genere un paro general como está planteado”.

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Fernández pidió a quienes convocaron a la huelga que respeten a aquellos que quieran trabajar.
Imagen: Télam
 
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