EL PAíS › OPINIóN

El fracaso de las policías municipales

 Por Santiago Carreras *

El anuncio del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a dos meses de la desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, de la creación de Policías Estatales Unicas es la demostración del fracaso de las policías municipales. Por su parte, la provincia de Buenos Aires avanza hacia un esquema que llevó a México a encabezar todos los índices de inseguridad y narcotráfico.

Con el objetivo de evitar la infiltración del crimen organizado en los gobiernos locales y en un contexto de agitación social a dos meses de la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa, Peña Nieto anunció una batería de medidas apuntadas a combatir la inseguridad. Entre lo más destacado del discurso, el primer mandatario indicó que enviará un proyecto de reforma constitucional que apuntará a la creación de policías estaduales en las 32 gobernaciones de México.

Es decir, la decisión de Peña Nieto apunta a eliminar las más de 1800 fuerzas policiales municipales en todo el país, para crear un conjunto de 32 fuerzas estatales únicas (una por Estado, 31 más el Distrito Federal). El proyecto será presentado en el Congreso y tendrá debate en los diversos estados.

Está batería de once medidas apuntan a superar la difícil situación de inestabilidad política desatada a partir de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, a manos de un grupo de narcotraficantes, quienes actuaron en conjunto con la Policía Municipal de Iguala.

La provincia de Buenos Aires avanza en el sentido contrario: tras el decreto de creación de las policías locales, el ministro de Seguridad intenta seducir a intendentes para que cuenten con su propia fuerza.

Desde el inicio del año legislativo, el proyecto de creación de la policía local en la provincia de Buenos Aires fue el caballo de batalla mediático de diversos espacios de la oposición que impulsaron este proyecto como única solución a la inseguridad. En ese raid, los estudios de televisión se transformaron en el verdadero escenario de debate legislativo, dejando de lado el verdadero cariz que merecía la discusión.

Sin embargo, durante la batalla liberada en los medios para apropiarse de la autoría de esta iniciativa nunca se trabajó sobre los conceptos de trabajo, inclusión y educación, pilares fundamentales para abordar el problema de la inseguridad.

En esa línea y a partir de las especulaciones políticas, las presiones partidarias y la imposición mediática fogoneada por la oposición llevaron a que tras una serie de sesiones la Legislatura no pudo dar con el consenso necesario para aprobar el proyecto. Cuando parecía que sólo a través de la unanimidad de criterios de los distintos espacios podría abordarse un tema tan sensible como la inseguridad, en junio, el gobernador Daniel Scioli firmó el decreto de creación de las policías locales. En términos prácticos, cada municipio que lo disponga puede contar con su propia policía, con tan sólo seis meses de capacitación para los aspirantes.

Si bien el escenario en México es particular a partir de la inestabilidad social, bien vale la diferenciación. Ante el avance del crimen organizado y las crecientes sospechas de connivencia entre el narcotráfico y las policías municipales, el Ejecutivo mexicano decidió apuntar a la centralización.

Tras este anuncio, México abandona el sistema de fuerzas de seguridad en los tres niveles: municipales, estatales y federales, a la usanza norteamericana. El proceso de adecuación de las fuerzas se realizará paulatinamente. Así es que se dará prioridad a los estados donde la situación de seguridad sea más crítica, empezando por Guerrero, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas, que se encuentran tomados por el avance del crimen organizado.

¿Y en Buenos Aires? Los intendentes junto con el ministro de Seguridad se fotografían anunciando la adhesión de su municipio a la creación de la policía local. Sin programas claros de inclusión y trasvasamiento de las viejas estructuras de las fuerzas de seguridad, la provincia cae en la sombra de la desprolijidad. Y nos siguen pegando abajo.

Según un estudio realizado por Seguridad, Justicia y Paz, Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal A.C., nueve de las cincuenta ciudades más violentas del mundo se encuentran en México. Acapulco, Culiacán, Torreón, Chihuahua son las que encabezan.

* Senador de la provincia de Buenos Aires (FpV).

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