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El día en el que los candidatos a jueces federales dieron “examen”

No fue exactamente como en el secundario. No había temario, ni bolilla, ni era eliminatorio. Pero los aspirantes a ocupar juzgados penales federales vacantes debieron pasar un interrogatorio público en el Consejo de la Magistratura. Sus nervios, sus respuestas.

Por A. M.

No era un examen pero casi todos estaban nerviosos, aunque algunos lo ocultaban mejor que otros. Anteayer fueron entrevistados los candidatos a ocupar los cuatro juzgados penales federales vacantes en Capital Federal por parte de los miembros de la comisión de selección del Consejo de la Magistratura. Los consejeros querían saber la opinión de los postulantes a magistrados sobre la figura del arrepentido, el llamado “olfato policial” para detener sospechosos, las interpretaciones de la Corte cuando liberó a Carlos Menem y cuando rechazó la realización del análisis compulsivo de sangre a una hija de desaparecidos, la nulidad e inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y la eficiencia del fuero federal, entre otros asuntos. “¿Qué hace usted cuando no es fiscal?”, preguntó el consejero Juan Gemignani a Guillermo Montenegro.
“Desde hace algunos años hemos montado un comedor infantil en Don Torcuato y, entre otras cosas, siempre que puedo mangueo cosas en los juzgados”, respondió el candidato que hasta ahora se encuentra sexto en el orden de mérito. Un poco más arriba, en segundo lugar está Barbaccia, otro fiscal federal conocido por su tarea en el caso AMIA pero que comparte el emprendimiento solidario con Montenegro. “Lamentablemente fue aumentando la cantidad de chicos para atender y ahora ya hay 60 personas trabajando, de modo que estamos pensando en abrir otro en San Miguel”, se explayó el fiscal.
El consejero Beinusz Szmukler interrogó a Barbaccia sobre las filmaciones realizadas en la fiscalía durante la investigación del atentado contra la AMIA, de las que no fueron informados ni el investigado ni las partes. El fiscal respondió que fueron sólo dos y que se realizaron a pedido del juez Juan José Galeano, porque en su despacho no tenía espacio físico.
Si la comisión de selección se mantiene de acuerdo con el actual orden de mérito, así llegarán los 13 postulantes a una audiencia similar pero ante el plenario del Consejo, que también puede modificar los lugares. En vez de elegir una terna, el organismo enviará al Poder Ejecutivo siete nombres para que sean designados por el Senado los cuatro jueces que faltan en el fuero federal. El PE nacional deberá elegir a uno de los tres primeros para cubrir el primer juzgado, y así sucesivamente con los otros tres, incluyendo en cada nueva terna a los excluidos de la anterior. Como algunos candidatos, como Luis Salas y Daniel Rafecas, también compiten en concursos para otros cargos, cada uno tiene a su vez un suplente. Los futuros jueces serán sometidos, al igual que en el caso de la Corte Suprema, a un período de impugnaciones abiertas a la sociedad.
Apenas asumió en el cargo el ministro de Justicia Gustavo Beliz manifestó que el Gobierno quería llenar “con la mayor transparencia” y “lo antes posible” las cuatro vacantes en la Justicia federal, donde se investigan los casos más resonantes de corrupción, narcotráfico, terrorismo y derechos humanos. Esto fue en mayo del año pasado y apenas tomó conocimiento de los tiempos del proceso de selección en el Consejo de la Magistratura optó por armarse de paciencia.
Ayer en el cuarto piso del Palacio de Tribunales se respiraba cierta ansiedad. El fiscal federal Eduardo Freiler fue el primer entrevistado porque está primero en el orden. Además de los temas mencionados, le preguntaron qué hace los fines de semana. Tras el turno de Barbaccia le tocó al defensor oficial Salas y luego al fiscal adjunto de la Procuración Rafecas. El quinto fue el secretario de la sala I de la Cámara Federal porteña Ariel Lijo, a quien le formularon preguntas similares a sus colegas. Lijo se pronunció a favor de la extracción compulsiva de sangre, aunque aclaró que es “un elemento para ser usado con extrema prudencia”. La diputada Marcela Rodríguez quiso saber su opinión respecto de las leyes de impunidad, más precisamente sobre la nulidad que determinó el Congreso. “Es una norma esencial para el futuro de nuestro país”, opinó el postulante. Los aspirantes a jueces salían de la sala de audiencias del Consejo haciendo bromas y preguntando “¿cómo estuve?”. Antes del receso del mediodía fue interrogado el fiscal federal Guillermo Montenegro. Cuando Szmukler le preguntó su opinión sobre la figura del agente encubierto, opinó que sólo debe usarse cuando el juez no tiene otra opción, con estricto control y admitió que las experiencias en la Argentina no han sido del todo felices. Respecto del denominado “olfato policial” afirmó que es “inaudito en el estado de derecho”. Montenegro no dudó en coincidir con la diputada Rodríguez en cuanto al alto nivel de cuestionamiento y desprestigio del fuero federal. “Cuando entramos a Tribunales todos queremos cambiar esto, para lo cual se necesita independencia absoluta de criterio”, afirmó, tras lo cual relató que durante su paso por la fiscalía tuvo “inconvenientes” con funcionarios del Banco Central y del área económica en varias investigaciones resonantes. “Desde el Estado se suele generar encubrimiento”, resumió.
Fuentes del Consejo aseguraron a Página/12 que, si bien los primeros seis candidatos tuvieron una solvencia pareja y superior al resto, que fue entrevistado por la tarde, a su vez entre ellos algunos posicionados más abajo resultaron más brillantes que los que encabezan el listado.

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El actual fiscal Barbaccia contesta las preguntas de los integrantes del Consejo.
 
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