EL PAíS › EL JEFE DE GABINETE DE ANIBAL IBARRA, RAUL FERNANDEZ, HABLA DE LA CONVOCATORIA AL REFERENDUM Y LA TRAGEDIA

“No vamos a buscar ningún atajo legal, buscamos legitimidad”

Raúl Fernández calcula que el plebiscito se realizaría a fines de mayo. Da casi por hecho que habrá que juntar las firmas y espera que el tribunal colabore para agilizar el proceso. Críticas a Elisa Carrió y Milcíades Peña. La relación con el ministro Juan José Alvarez.

 Por Victoria Ginzberg

Es el Fernández de Aníbal Ibarra. Raúl Fernández, jefe de Gabinete porteño, es hombre de confianza, operador y uno de los principales referentes del jefe de Gobierno en el momento de diseñar su gestión y sus estrategias políticas. Suele mantener bajo perfil, pero la tragedia de Cromañón lo obligó a abandonar esa práctica. Recibe a Página/12 en su casa de Colegiales, un sitio que desde el comedor se percibe cómodo pero sencillo. Parece cansado, obviamente el trajín de este último mes no le pasó inadvertido. Pero está dispuesto a defender todo lo que haga falta el referéndum en el que se pondrá en juego la continuidad de Aníbal Ibarra como jefe de Gobierno. Dice que no hay trampas y que si pierden, aunque no se junten los votos del 50 por ciento del padrón, se van todos, incluido el vicejefe Jorge Telerman. Señala que no buscan interferir con la causa y que si Ibarra se tiene que ir, lo va a hacer “por la puerta grande y no en un helicóptero”.
–¿Cómo se decidió convocar al referéndum?
–Ante la situación de crisis institucional, pedidos de renuncia del jefe de Gobierno, de juicio político, versiones sobre intervención federal, parecía que el modo de salir de esta situación era volver a la gente, la misma gente que había decidido que Ibarra fuera el jefe de Gobierno. La forma más transparente, más democrática y más clara de resolver la situación era aceptar la revocatoria de mandato y que fueran los vecinos de la ciudad los que decidan si Ibarra se tiene que ir o si sigue gobernando hasta el 2007.
–¿Por qué un plebiscito obligatorio y no una consulta no vinculante?
–La revocatoria del mandato tiene características ya definidas en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y su carácter es obligatorio y vinculante. Desde ese lugar no había otro margen para hacerlo. La consulta popular se evaluó, pero tampoco queda claro en términos constitucionales si el jefe de Gobierno puede llamar a una consulta acerca de este tema... ¿Cuál sería la pregunta de la consulta?
–¿Y la pregunta del referéndum cuál sería?
–Es mucho más sencillo: se le revoca el mandato al jefe de Gobierno, sí o no. Habrá dos boletas, supongo, porque es una experiencia nueva para el Poder Judicial de la ciudad, pero es una elección no muy compleja.
–¿Ustedes supieron en concreto que existía la posibilidad de intervención?
–Nadie nos llamó del gobierno nacional o de la Cámara de Diputados para decirnos que iban a presentar un proyecto de intervención federal. Era un rumor que se generaba al mismo tiempo que los otros, con lo cual el desgaste de la institucionalidad era muy grave. Nos parecía que requería una respuesta institucional de envergadura. Y dar también un gesto de desprendimiento, teniendo tres años más por delante.
–¿Qué pasa si vota poca gente, si hay mucho ausentismo o voto en blanco?
–Creo que eso no va a ocurrir, creo que va a haber un nivel de participación importante.
–¿Por qué buscar esa legitimación si las encuestas que se conocieron hasta ahora dicen que Aníbal Ibarra sigue teniendo apoyo?
–Había una clara escisión entre lo que aparentemente estaba pensando la gente que vive en nuestra ciudad y la forma en que actuaba el sistema político. El macrismo y algunos sectores de la izquierda empujaban al juicio político y solicitaban la renuncia del jefe de Gobierno. La respuesta más clara y contundente que se podía dar era correrse de la política de bajo nivel y fortalecer las instituciones en un marco democrático.
–Si es una respuesta a la oposición, ¿van a llamar a una consulta cada vez que haya un cuestionamiento fuerte?
–Este no era un cuestionamiento fuerte de la oposición. Había claramente acciones y actitudes que iban a generar una crisis institucional. Obviamente, un cuestionamiento de la oposición, que los hemos tenido en distintos grados durante los cuatro años y pico que estamos gobernando, no amerita un planteo como éste. No es que estamos gobernando desde ayer y no sabemos cómo se hacen las cosas. Cuatro años de gobierno nos dieron experiencia suficiente para evaluar y medir la relación entre el oficialismo y la oposición.
–¿El referéndum es en parte también una respuesta a los familiares de las víctimas?
–No. Para los familiares no hay ninguna respuesta, simplemente solidaridad, tratar de acompañarlos dentro de lo que el Estado debe hacer ante una tragedia como ésta. Obviamente no hay explicación ni justificación que alcance para paliar el dolor de la pérdida de un ser querido.
–Elisa Carrió dice que llamar al referéndum es parte de la misma especulación política que hace la oposición con la tragedia.
–Carrió mantuvo un nivel de prudencia en los primeros tiempos posteriores a la tragedia realmente importante. Ante esta situación de crisis institucional –y ahí yo ya no acuerdo– siguió manteniendo silencio. Una vez que el gobierno decide pedirle a la gente que sea la que avale o no la continuidad de Ibarra se opone, llama a no votar, plantea que es todo lo mismo. No es todo lo mismo. Nosotros sabemos, la gente sabe y ella sabe que Ibarra no es lo mismo que Macri.
–Lo que ella equipara es el llamado al referéndum con la especulación de la oposición.
–Si plantea que aceptar un instrumento constitucional y que la gente sea la que en definitiva decida y resuelva la situación es una especulación, va por ella su especulación y su análisis. Tampoco tiene objetividad mezclar la situación judicial con una respuesta democrática. La causa seguirá su andarivel, se definirá lo que se tenga que definir, irá preso el que tenga que ir preso, pero las instituciones se defienden de otra manera.
–¿Lo dice porque Carrió se preguntó qué pasaba si en medio de este proceso imputan penalmente a Ibarra?
–Dice eso. Yo digo qué pasa si no. Seguimos en una situación de crisis sin resolver. ¿Cuál es la certeza de que en dos meses judicialmente ocurra algo en relación a alguno de los funcionarios? No hay ninguna. La situación de crisis la tenés hoy.
–¿Pero qué harían si ocurriera?
–Esto no está planteado para buscar resquicios formales o legales. Está planteado en la búsqueda de legitimidad. Si la gente nos da legitimidad continuaremos gobernando, y si no, nos iremos. El proceso judicial es otra cosa.
–¿Qué pasa si Ibarra pierde pero los que votan por la revocatoria no llegan al 50 por ciento más uno?
–No estamos buscando con el referéndum un marco de legalidad ni vamos a utilizar ningún atajo que la legalidad permita. Lo que estamos buscando es legitimidad, si la gente no nos da legitimidad habrá que irse.
–En la práctica parece difícil que se llegue al 50 por ciento más uno del padrón que se necesita para la revocatoria, ¿no se puede interpretar eso como una especie de trampa?
–Ya lo contesté antes. Lo que buscamos es legitimidad. Acá no hay trampa.
–¿Puede pasar que no se llegue a juntar las firmas y que se caiga el referéndum?
–Técnicamente puede ocurrir. Objetivamente nosotros pensamos conseguir las 500 mil firmas que hacen falta. Les pedimos a los vecinos que creen que hay que defender las instituciones, que creen que Aníbal Ibarra tiene que seguir gobernando hasta el 2007, que nos ayuden. Vamos a trabajar junto a las organizaciones sociales que han planteado la situación de crisis institucional que se estaba viviendo. Vamos a pedirles que nos ayuden, no como gobierno, porque no lo vamos a hacer como gobierno, pero sí como militantes políticos defensores de un espacio político de centroizquierda. Estamos convencidos de que lo vamos a lograr.
–Evidentemente esto se va a extender en el tiempo. ¿Qué pasa si se mezcla con la campaña para las elecciones legislativas?
–La elección nacional es a fines de octubre, con lo cual el tiempo es lo suficientemente extenso como para que se discutan dos cosas distintas. El referéndum podría ser en mayo, entendiendo que el tribunal no acepte el pedido de evitar la recolección de las firmas. El tribunal debería permitir una dinámica mejor a la que escuché de uno de los presentantes de la revocatoria. Dijo que le dieron planillas para juntar diez mil firmas y le van a dar más cada cinco mil. Eso habría que pensarlo de otra manera, porque si no vamos a estar hasta el año 2048 juntando las firmas. Pero entendiendo la colaboración del tribunal, creemos que las firmas las podemos recoger lo suficientemente rápido y que no más allá de fines de mayo se pueda estar estableciendo la elección, sobre todo porque no es una elección muy compleja. No va a existir campaña, es básicamente información. No hay necesidad de demasiado tiempo porque no hay candidatos, no hay plataformas, lo que se discute es una sola cosa.
–Si Ibarra pierde, ¿qué pasa con Jorge Telerman?
–Lo que hemos charlado dentro del gobierno es que si se pierde el referéndum, el gobierno se tiene que ir en su conjunto.
–Usted dijo que la causa va por otro carril, que es independiente, pero si al gobierno porteño le va bien, ¿no se puede leer como una presión hacia la jueza?
–La jueza que está llevando adelante la causa, que tal vez sea una de las más trascendentes en la historia de nuestro país, lo está haciendo con una independencia y seriedad a mi juicio asombrosa para lo que es habitual en el poder judicial. Lleva un mes juntando información y las filtraciones son nulas. Me parece que no hay presión que valga sobre la jueza, ni del sistema político ni del referéndum ni de la sociedad.
–El plebiscito cambió el eje de lo que se venía discutiendo hace cuatro días, ¿eso fue premeditado?
–No se evaluó como cambio de eje. La ida a la Legislatura del jefe de Gobierno planteó en términos públicos las cosas que este gobierno hizo bien, cuáles cosas no alcanzó a hacer y cuáles hizo mal. Nosotros estamos llevando adelante nuestra investigación dentro de la propia administración a través de los sumarios, que es la herramienta que tenemos. En relación a la tragedia quedan dos cosas: la investigación judicial y ponernos a trabajar en términos institucionales Ejecutivo y Legislatura en las modificaciones de la normativa que sean necesarias.
–En términos de responsabilidades, ya sean políticas o penales, ¿hasta dónde cree que llegan en el gobierno?
–Las penales las va a determinar la Justicia, no voy a hacer ningún tipo de especulación. La investigación administrativa la venimos desarrollando desde el 3 de enero y ya está en manos de la jueza todos los sumarios.
–Ibarra dijo en la Legislatura que el tema de los controles en los boliches no estaba en la agenda, pero ¿el informe de la Defensoría y el de la Auditoría no fueron avisos?
–El informe de la Auditoría es de ahora y no es sobre este tipo de lugares. Es una recomendación sobre lugares donde concurren alternadoras y una recomendación general sobre el funcionamiento de la estructura de control. Ante el informe de la Defensoría lo que se hizo ya lo relató el jefe de Gobierno: generar una intimación a todos los lugares que tenían habilitación como locales bailables. Lo que no estaba estructurado y por eso no funcionó fueron las alertas que se deberían haber tenido en relación con los vencimientos del certificado de Bomberos, que son los que tienen vencimientos concretos, porque las habilitaciones no vencen. Ese es un tema que tal vez haya que revisar, por lo menos en aquellas actividades que sean definidas como críticas.
–¿Va a haber más cambios en el gabinete?
–No está planteado eso.
–¿Cuál es el futuro político de Ibarra si pierde?
–No voy a hablar de futuro político porque me parece que no corresponde hoy. Me parece que va a ser el primer dirigente en este país que puso un cargo a decisión de la voluntad popular y si pierde se va a ir por la puerta grande y no en un helicóptero.
–¿Y si gana?
–Si gana consigue un grado de legitimidad importante y después veremos.

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Raúl Fernández, jefe de Gabinete porteño, operador y hombre de confianza de Aníbal Ibarra.
 
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