EL PAíS › CRITICAS DE SOBISCH A KIRCHNER

Rivales declarados

La pose conciliadora le duró poco a Jorge Sobisch. Pocas horas después de la visita del presidente Néstor Kirchner a Neuquén, el gobernador provincial dejó de lado las formalidades y las reemplazó por munición gruesa. “No tiene gestión. En algún momento va a explotar”, aseguró.
Durante las horas previas a la visita que Kirchner hizo el viernes a San Martín de los Andes –la primera a Neuquén desde que llegó a la Casa Rosada–, el gobernador trató de mostrarse menos crítico con el gobierno nacional. Pero en los discursos de uno y de otro durante el acto por aniversario de esa localidad patagónica, los roces salieron a flote y el trato amable y respetuoso se evaporó al calor de los reproches mutuos.
“Parece que seremos rivales en el 2007”, evaluó Sobisch, antes de que el mandatario abandonara suelo neuquino. Luego, más tranquilo, anunció que su campaña presidencial arrancaría formalmente el primero de marzo. Sin embargo, ayer quedó claro que el líder del Movimiento Popular Neuquino no quiere perder tiempo.
En declaraciones radiales que ofreció durante la mañana, el gobernador aseguró que “Kirchner tiene un discurso simpático que le gusta mucho a la gente, pero no le veo gestión”. “No hay un plan de desarrollo –dijo–, ni planificación para que el país se pueda recuperar. En algún momento esto va a explotar.”
Luego de las críticas de Kirchner hacia la dirigencia de los ‘90 durante su paso por territorio neuquino, Sobisch trató de despegarse de la figura del ex presidente Carlos Menem. Aunque al viernes había preferido no descartar una posible dupla con Menem con miras al 2007, ayer aseguró que mantiene sólo “una relación afectiva” con él, y que hasta “competiría electoralmente con él si fuera candidato” por las diferencias políticas que mantienen.
“Estoy tan cerca de Menem como lo está Kirchner”, dijo el gobernador y aseguró que “a muchos de los que hoy lo critican los he visto pasar por el besamanos en los ‘90, cuando (Kirchner) era gobernador, como lo era yo”.
La áspera relación entre Sobisch y el mandatario, como quedó demostrado, es irremontable. Ahora la gran incógnita es cómo seguirá el enfrentamiento y cuál será el escenario con el que se encontrará Kirchner en las próximas tres visitas a Neuquén que figuran en su agenda para el 2005.

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