EL PAíS › KIRCHNER, DISPUESTO A CONFRONTAR EN LA PROVINCIA

Las estrategias del pescador

El Presidente, decidido a obtener rédito electoral en la provincia de Buenos Aires, piensa listas con su mujer al frente. Solá podría conseguir un 25 por ciento de candidatos. Duhalde busca una reunión anunciada. Los posibles integrantes de las listas. ¿Otra Kirchner en el Senado?

 Por Sergio Moreno

Sun Tzu, en el siglo VI antes de Cristo, escribió que un general no debía pelear batalla que fuera a perder. En la puja por el poder que se ha establecido entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, el Presidente está dispuesto a confrontar si es necesario, aunque prefería no hacerlo. Por su parte, el ex presidente sabe que el arte de la guerra se funda en el engaño, por lo que es generoso en escaramuzas, pero, seguidor del consejo del estratega chino, evitará el combate. Ante la hipótesis de un choque frontal con Duhalde, Kirchner dijo esta semana a los suyos: “Si pierdo, me voy. Llámenlo a (Daniel) Scioli, hagan un gobierno de emergencia con la runfla de gobernadores, lo que quieran; yo me vuelvo a Río Gallegos. Ahora, si gano por un voto, lo mato”. Un miembro del gabinete, receptor de esas palabras presidenciales, reflexionó: “Con eso lo tiene agarrado a Duhalde, que conoce ese código y entiende que es lógico que Kirchner quiera atar el resultado nacional a un triunfo personal en la provincia”. Las cartas están echadas, sólo resta ver cómo juega el caudillo de Lomas de Zamora y el lugar que finalmente le tocará ocupar al gobernador, Felipe Solá, en este escenario.
Esta semana que pasó, Solá amagó con profundizar su ruptura con la estructura del duhaldismo. Al quiebre de los bloques de legisladores oficialistas provinciales, el gobernador sazonó con declaraciones rupturistas. Dijo que podría abandonar el PJ y competir por afuera del partido en las elecciones de octubre. Pero el día en que se dieron a conocer tales dichos, el mandatario fue convocado a la Casa Rosada. Allí cambió de parecer y, cuando salió, sostuvo que no rompería con el PJ.
¿Qué ocurrió? El poder de persuasión del Presidente es efectivo. Solá teme que, si hubiese una negociación entre Kirchner y Duhalde, lo dejen afuera y, por ejemplo, a cambio de las candidaturas a senadores nacionales y la mitad de la nómina de diputados nacionales, Kirchner permita a Duhalde quedarse con las listas de legisladores provinciales. “Eso sería dejar intocado al aparato duhaldista”, dicen a la vera del mandatario provincial.
Con poco poder de fuego y bastante esfuerzo, Solá ha logrado enardecer al duhaldismo. Kirchner no ve con malos ojos esta estrategia, pero teme que la “gobernabilidad” del principal distrito nacional corra riesgos.
Solá, dispuesto a ir a por todas las que pueda, pedía un 50 por ciento de los lugares en las listas de legisladores provinciales. “Si Duhalde entrega los senadores y la mitad de diputados nacionales, y además la mitad de los provinciales, paga todas las boletas a cambio de poco y nada”, reflexionaban en el gobierno nacional. Sabedor de esto, y preparando un escenario negociador, el Presidente convenció a Solá de que su aspiración de 50 por ciento era excesiva, pero que una cuarta parte de las listas de diputados y senadores provinciales podría obtenerse. Solá sonrió y, en el umbral de la Rosada, dijo que se quedaba en el peronismo bonaerense.

A los gritos

“A los gritos y por los diarios Duhalde pide esa famosa reunión con Kirchner. Yo no sé si se va a hacer. Lo que sé es que el que gana dilatando, el que saca jugo de la indefinición, es Kirchner. Cada segundo que pasa, Kirchner es más fuerte y Duhalde más débil”, especulaba un integrante del gabinete nacional. Uno de sus pares analizaba en términos deportivos los movimientos del pingüino ante los homo bonaerensis. “La táctica de Kirchner es muy buena: les va dando sedal a Felipe y a Duhalde y, cuando se alejan demasiado, los trae. Después los vuelve a dejar ir. Los cansa. Finalmente, va a sacar el pez del agua sin esfuerzos mayores, y los pescados van a estar cansados. Esa es la estrategia del pescador”, metaforizaba.
En poco tiempo más se comenzará a hablar de nombres concretos para llenar los casilleros de las listas de candidatos. Cristina Fernández aspirará a una banca de senadora por la provincia de Buenos Aires. Tal vez, su compañero de fórmula sea el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, quien es resistido por los duhaldistas. Los centuriones del caudillo bonaerense más negociadores aceptan que CFK encabece la nómina, pero prefieren que su ladero sea Juan José Alvarez, actualmente diputado con licencia a cargo de la Secretaría de Seguridad de Aníbal Ibarra.
Alvarez, sin embargo, es resistido por el matrimonio presidencial.
Por su parte, Balestrini preferiría ser diputado nacional. La razón es que nunca dejó de lado su anhelo por presidir la Cámara de Diputados de la Nación, hoy a cargo del duhaldista Eduardo Camaño, uno de los convencidos de que finalmente habrá choque entre el Presidente y el ex y que, por lo tanto, Duhalde debe jugar a fondo con la candidatura a senadora de su mujer, Hilda González, Chiche.
Para su 50 por ciento de la lista de diputados nacionales, Kirchner piensa en varios hombres de la provincia. Su subsecretario Carlos Kunkel, un hombre cuya “guerra de guerrillas” (tal como describió su acción un miembro del gabinete nacional) le es de suma utilidad al Presidente en esta estrategia, podría ser de esa partida. Igualmente algunos intendentes, como el de La Plata, Julio Alak, o de Ituzaingó, Alberto Descalzo, o de Florencio Varela, Miguel Pereyra.
“Pero Kirchner quiere figuras extrapartidarias en las listas, intelectuales, líderes sociales”, confió un habitante del poder nacional a este diario. En esos deseos se inscribe la maniobra que intentaron esta semana Balestrini y el piquetero Luis D’Elía con el líder de la CTA, Víctor De Gennaro –revelada por este diario a mitad de la semana que pasó–: convocarlo para la lista de candidatos a diputados. De Gennaro lejos está de aceptar el convite, habida cuenta de que su intento de construcción política se vincula más con la centroizquierda no peronista. Además, el rechazo de la personaría gremial a la CTA, comunicada anteayer por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, a los dirigentes de esa central, aleja más a De Gennaro del Gobierno.
Hay otra chance que ha comenzado a evaluar en la Casa Rosada para aumentar el peso kirchnerista en el Parlamento nacional: podría ser que otra Kirchner ingrese a la Cámara alta: Alicia, la ministra de DesarrolloSocial, podría competir por la banca que dejará vacante su cuñada CFK, la de senadora por Santa Cruz, Es sólo una hipótesis que, de cumplirse, dejaría otro puesto vacante en el gabinete nacional.

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