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La unidad socialista puede terminar en una interna

Todas las corrientes del unificado socialismo dicen que van a consensuar, pero ya se puso en marcha el proceso para hacer una interna. Es el clásico de siempre: Polino vs. La Porta.

 Por Santiago Rodríguez

Todas las fuerzas políticas porteñas empezaron a mover sus fichas con la mira puesta en las elecciones de octubre próximo y el Partido Socialista no es la excepción. Todas las corrientes del socialismo dicen tener vocación de consensuar una lista de unidad, pero en el juego de las negociaciones más de uno agita el fantasma de la interna y, de hecho, la conducción partidaria ya puso en marcha el proceso administrativo establecido para el caso que deban llegar a esa instancia. La idea que predomina hoy entre los socialistas es presentarse solos a las elecciones y el punto central en discusión es a quién se designa para que encabece la lista de candidatos a diputados. La pelea de fondo por ese lugar es ya un clásico del socialismo: Norberto La Porta vs. Héctor Polino.
La Porta es actualmente legislador porteño y quiere cumplir su nunca concretado sueño de sentarse en una banca de diputado. Polino está finalizando su segundo período en la Cámara baja y anhela cumplir uno más. Ambos se enfrentaron también para dirimir la candidatura a diputado hace ocho años en una interna que ningún socialista –y sobre todo La Porta– ha olvidado. Entonces, el actual legislador llevaba todas las de ganar, pero un cambio de último momento en su marco de acuerdos –el sector liderado por Raúl Puy y Roberto Arellano le quitó el respaldo– lo llevó a perder a manos de Polino por menos de 50 votos. Su mala racha no terminó ahí: poco después tenía todo listo para ser Defensor del Pueblo porteño y su designación quedó finalmente en la nada.
Ahora La Porta va por su revancha y tiene a su favor las encuestas: los últimos sondeos le otorgan una intención de voto de alrededor del 7 por ciento. Ese caudal electoral no sólo entusiasma a muchos dentro de su propio partido, sino también a más de uno en la línea del ibarrismo, que considera a los socialistas como aliados con los que hay que seguir trabajando. Esos ibarristas sostienen que su candidatura sería incluso provechosa para el presidente Néstor Kirchner, porque sus mediciones indican que los votos que consigue implican una pérdida para Elisa Carrió.
Aún así, los fantasmas del pasado amenazan con volver sobre La Porta: hasta hace unos días pocos dudaban de la conveniencia de su postulación, pero de pronto las acciones de Polino empezaron a subir.
Si fuera sólo por la intención de voto que La Porta ostenta, la mayoría de los dirigentes de su partido le pondrían ya el traje de candidato. Sin embargo, en el socialismo no sólo está en juego la cabeza de la lista de diputados, sino también el interés de los distintos grupos internos.
En el Partido Socialista conviven hoy cuatro líneas que no son otras que las que existían en el Socialismo Democrático y el Socialismo Popular con anterioridad a la unificación de ambas fuerzas en 2002. Del primero de esos partidos sobreviven los sectores encabezados por La Porta y Puy; del segundo, el que lidera el legislador Roy Cortina y el de Nito Martini y Clori Yelicic. El congreso partidario –que tiene la atribución de determinar la política de alianzas– está dividido casi exactamente por la mitad en función de la interna de diciembre pasado. La Porta, Puy y Martini hicieron una alianza circunstancial y ganaron con el 51 por ciento de los votos. Aún cuando perdió, el sector de Cortina obtuvo el 49 por ciento por sí solo.
En contra de La Porta podría pasar a jugar el hecho de que su mandato como legislador vence recién en 2007. La Porta entró a la Legislatura como candidato de Fuerza Porteña –la coalición que los socialistas compartieron hace dos años con el ibarrismo y el kirchnerismo– y quien debe reemplazarlo en caso de que emigre a la Cámara baja no es un hombre del socialismo, sino el dirigente de la CTA Martín Hourest. El cálculo que comenzaron a hacer varios socialistas es simple: de postular a La Porta para diputado, el partido perdería automáticamente una banca que tiene asegurada por dos años más. Es en ese marco que ahora evalúan la posibilidad de impulsar a Polino y asegurarle a La Porta su candidatura en la próxima legislativa.
“Nosotros queremos colaborar para unificar posturas, ya que queda claro que somos el grupo mayoritario. Tanto La Porta como Polino son dos buenos candidatos. Lo tendrán que resolver entre ellos. No tengo favoritos ni he cerrado con nadie”, dijo a Cortina Página/12. Puy, por su parte, aseguró que “quisiera evitar una interna y hay que hacer todos los esfuerzos posibles en ese sentido”.
Los demás dirigentes del socialismo también manifiestan voluntad de consenso, pero como en todo proceso de cierre de listas fijan posiciones para negociar y echan al ruedo candidaturas. Los universitarios, por ejemplo, alientan la postulación del propio Cortina, cuyo sector impulsa a la directora de Empleo y Capacitación porteña, Verónica Gómez, al frente de la nómina de legisladores. “Las cabezas de lista tienen que reflejar que al menos en una de las dos categorías el partido ha postulado a un candidato nuevo y joven”, advierten desde esa línea y frente a la hipótesis que algunos ensayan de llevar a La Porta como diputado y Polino como legislador ironizan: “No podemos sumar 140 años entre las dos boletas.”
Además de La Porta, Polino y Cortina, otro nombre que suena para Diputados y que seguramente quedará en el segundo lugar de la lista es el de María Elena Barbagelata, cuyo mandato en la Cámara baja vence a fin de este año. Para la Legislatura no sólo se menciona a Gómez, sino también a Mabel Piñeiro y a Alberto Berreta.
Al margen de los candidatos, en el socialismo evalúan por estos días qué estrategia electoral les conviene. La idea dominante es que en el escenario planteado lo mejor es no formar alianzas y dar batalla con el sello de Partido Socialista. La Porta es el que más reparos plantea al respecto y en los últimos tiempos ha explorado la posibilidad de establecer algún tipo de acuerdo con los radicales enrolados en el alfonsinismo.

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Norberto La Porta y Héctor Polino compiten por ser cabeza de la lista de diputados porteña.
 
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