EL PAíS › DIRECTIVA DEL GOBIERNO A LOS HOSPITALES

Para bajar la primera causa de muertes maternas del país

El Ministerio de Salud comenzará a distribuir un manual de instrucciones a todos los hospitales del país para mejorar la atención a mujeres que lleguen con abortos incompletos. Además de mejor trato, el procedimiento incluirá asesoramiento en procreación responsable y “un anticonceptivo entregado”. El aborto es hoy la principal causa de muerte materna.

 Por Mariana Carbajal

En una medida inédita, desde el Gobierno se impartirán directivas a todos los hospitales del país para mejorar la atención de las mujeres que llegan con un aborto incompleto, muchas veces realizado en la clandestinidad. Se trata de una iniciativa del Ministerio de Salud. Uno de sus objetivos es evitar la repetición de abortos, para lo cual se indica que las pacientes sean dadas de alta “con un anticonceptivo entregado” y asesoramiento en procreación responsable para prevenir un nuevo embarazo no deseado. Las indicaciones están contenidas en un manual –al que tuvo acceso exclusivo Página/12– que comenzará a distribuirse a partir del mes próximo entre especialistas de tocoginecología de cada provincia. Entre otros aspectos, en las instrucciones se hace especial hincapié en la necesidad de cambiar el modelo de atención de las pacientes que llegan con complicaciones de aborto, para brindarles un trato “humanizado” y “libre de prejuicios”, según indica el texto. Además, se aclara que deben ser escuchadas “con el respeto a la confidencialidad que necesitan en esas circunstancias”, una forma velada de decirles a los médicos que no las denuncien en la policía. También propone un nuevo tratamiento para el aborto incompleto –en lugar del tradicional legrado– que no requiere anestesia general y es ambulatorio, sobre el cual el Ministerio ofrecerá capacitación especial.
“El aborto es la primera causa de muerte materna en el país. Las mujeres se lo hacen afuera pero llegan a morirse al hospital público. Con este manual queremos cambiar el modelo de atención, darle un trato más humanizado a la mujer, con contención emocional, y ofrecerle un tratamiento menos doloroso y consejería en anticoncepción. Representa un cambio sustancial”, explicó a Página/12 Celia Lomuto, coordinadora del Programa de Salud Perinatal del Ministerio de Salud, quien trabajó en la discusión y elaboración del documento. Esta iniciativa se suma al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, por el cual el Gobierno está entregando anticonceptivos en todas las provincias y capacitando a profesionales en planificación familiar como una medida concreta para prevenir los embarazos no deseados y así disminuir la tasa de abortos. Se estima que en el país se practican entre 450 mil y 500 mil al año.
El material –más de treinta páginas– acaba de ingresar a imprenta y será publicado por la Dirección Nacional de Salud Materno Infantil con el título: Guía para el mejoramiento de la atención post-aborto. El trabajo fue consensuado entre técnicos del Ministerio de Salud y un grupo de profesionales, la mayoría médicos. Entre otros, Mario Sebastiani, presidente de la Sociedad de Obstetricia Psicosomática; Mario Palermo, jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Posadas (partido de Morón); Fabián Portnoy, coordinador de la Comisión de Salud Reproductiva de la Federación Argentina de Medicina General; Jorge Firpo, titular de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de la Ciudad de Buenos Aires (Sogiba); y Mariana Romero y Silvina Ramos, investigadoras del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).
“Con la guía no se termina el trabajo: recién empieza. Vamos a distribuirla en hospitales de todo el país y a promover que se aplique. En junio se realiza el congreso nacional de tocoginecología y vamos a aprovechar ese evento para darla a conocer”, informó Lomuto. Se busca que las mujeres no reincidan en el aborto provocado y se mejore el trato que reciben en la atención. Muchas veces, demoran la atención ante un cuadro de hemorragia o infección por temor a ser denunciadas. Algunos médicos, incluso, llegan a retarlas por su decisión o a cuestionarlas moralmente.

Anticonceptivos ya:

“Para un gran número de mujeres el aborto resulta de necesidades no satisfechas de planificación familiar y pone de relieve la falta de información sobre anticoncepción, dificultades de acceso a los métodos, fallas de los mismos o disconformidad en la provisión por parte de los programas”, señala la introducción del documento consensuado, y precisa que el “legrado post-aborto es la segunda causa de hospitalización de las mujeres en edad fértil en el país”.
La guía establece y detalla los procedimientos médicos a seguir según los estadios del aborto de la paciente y cómo se debe actuar en la emergencia. En el caso del aborto incompleto propone como alternativa al legrado uterino instrumental la aspiración manual endouterina (AMEU). “La AMEU es poco conocida y no se usa en los hospitales públicos del país, aunque sí se aplica en otros países como Brasil, México y Guatemala, entre otros”, explicó Mariana Romero, del Cedes, quien coordina una experiencia piloto que se está llevando adelante en el Hospital Alvarez, de la ciudad de Buenos Aires, para capacitar a los médicos del Servicio de Ginecología en esta técnica, que le permite a la mujer regresar a su casa el mismo día, sin necesidad de quedar internada en el hospital como sucede habitualmente con el legrado porque el procedimiento es menos prolongado, y no requiere de anestesia general. Según adelantó Lomuto, desde el Ministerio de Salud de la Nación se ofrecerá capacitación a los médicos en la práctica de la AMEU (ver aparte).
Hay otros dos ejes centrales en la guía. Plantea a los médicos que es “extremadamente necesaria una atención humanizada” de las mujeres que llegan a la guardia con complicaciones de abortos (ver aparte). Y que deben aprovechar el momento previo y posterior a la atención para brindarle “orientación sobre anticoncepción”: “La mujer debe ser externada con un anticonceptivo entregado y referida al Programa de Salud Sexual y Reproductiva”, indica el manual. Y les recuerda a los profesionales que las mujeres pueden quedarse embarazadas casi inmediatamente después de un aborto. “A menudo la ovulación ocurre a las dos semanas tras un aborto del primer trimestre y a las cuatro luego de uno del segundo trimestre, es por ello que la planificación familiar debe instituirse inmediatamente”, destaca la guía.

Una oportunidad:

“Este tipo de guías se viene utilizando hace tiempo en varios países de Latinoamérica para evitar que las mujeres reincidan con el aborto. Los estudios demuestran que ofreciéndoles consejería durante la atención del aborto incompleto disminuyen los embarazos no deseados y por tanto la recurrencia al aborto”, indicó a Página/12 Mario Palermo, uno de los médicos que participaron en la elaboración de la guía que distribuirá el Ministerio de Salud. Palermo trajo hace un par de años de Centroamérica un instructivo similar y lo ha implementado en el Departamento Materno Infantil del Posadas, que él encabeza. “La idea es tratar a la paciente con amabilidad y no poniendo distancia. ¿Por qué las mujeres tardan a veces 48 horas en ir a atenderse cuando ya tienen hemorragias o una infección? Porque se sienten rechazadas en los hospitales. Esto está cambiando en el Posadas, donde promovemos una cultura de contención de la mujer que ha vivido un hecho tan traumático”, agregó.
Para Fabián Portnoy, de la Federación Argentina de Medicina General, “es auspicioso que el Ministerio abra el debate sobre el tema”, aunque descree de que este instructivo pueda resolver el problema. “Lo que falta es que haya debates sobre la problemática del aborto al interior de los hospitales y de las sociedades científicas”, evaluó.
“En los servicios tiene que haber una concepción de que la oportunidad de internación no tiene que ser una oportunidad perdida para hacer prevención. Este concepto vale para la diabetes o para los casos de aborto”, señaló Sebastiani, presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología Psicosomática y médico del Hospital Italiano, otro de los profesionales que trabajó en la guía. “En la Argentina tenemos una historia nefasta. En vez de aprovechar el momento de la internación lo que hemos hecho es victimizar a la mujer, denunciándola por haberse hecho un aborto. No sólo la alejamos de la institución. Cómo vamos a generar un vínculo de confianza para aconsejarle el uso de anticonceptivos si antes hasta le hicimos un cuestionamiento moral por su decisión de abortar”, concluyó Sebastiani. El especialista del Italiano se refirió así a una práctica habitual en muchos servicios públicos de ginecología, en los que las pacientes con abortos incompletos no reciben un trato adecuado.
Este tema ha sido investigado por Mariana Romero desde el Cedes. “Muchas mujeres entran a los hospitales con abortos espontáneos y se encuentran ahí con que estaban embarazadas. Nadie piensa que esa mujer tiene que procesar que estuvo embarazada y ya no lo está más y además, tiene que someterse a una cirugía. En los servicios de salud no suele haber espacio para pensar que una mujer que se ha practicado un aborto puede estar triste. Muchas veces la consejería que se les da no es la adecuada. No se van con anticoncepción y nadie las contiene emocionalmente. La regla general es que se llama a la policía cuando el cuadro es complicado, para cubrirse de un posible juicio de mala praxis”, explicó. En la guía se plantea que los médicos deben estimular “la comunicación abierta” con las pacientes, “asegurando la confidencialidad y privacidad de lo que expresan”. En otras palabras –precisó Sebastiani–, dice que “el secreto profesional avala que no tengamos que hacer ningún tipo de denuncia”.

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