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El Comité Nacional del radicalismo se reunió ayer y decidió posponer para el 12 y 13 julio el megaencuentro en el que tenían previsto debatir a fondo la situación del partido. Sin embargo, la conducción de la UCR emitió un comunicado en el que sostuvo que “el Gobierno tiene que saber que su fortaleza no puede ser el resultado de la represión policial”, reclamó un giro en la política económica y adelantó la voluntad de tomar distancia de la Rosada.
La idea original era convocar a una multitudinaria reunión que incluyera a las autoridades partidarias, gobernadores y legisladores radicales. Pero luego de la feroz represión del miércoles en Puente Pueyrredón, se decidió convertirla en un simple encuentro del Comité Nacional.
Participaron las autoridades partidarias –Angel Rozas, Juan Manuel Casella y Walter Ceballos–, el presidente del bloque de senadores, Carlos Maestro, y el de Diputados, Horacio Pernasetti; además de los gobernadores de Río Negro, Pablo Verani, y de Corrientes, Ricardo Colombi.
Además de criticar la violencia policial del miércoles, los radicales instaron al Gobierno a “enmendar el rumbo de su política económica y recrear las bases para una economía basada en la inversión, la producción y el empleo”. En cuanto al rol que debe jugar el partido, el comunicado señala que “no se debe confundir apoyo institucional con subordinación política”. Y aclara: “estamos dispuestos a contribuir a lo que entendamos necesario para completar la transición, pero de ninguna manera declinaremos la independencia partidaria”.
En cuanto a una eventual convocatoria a elecciones anticipadas, la UCR sostuvo que “no deben ser una salida de emergencia que produzca un gobierno tan débil como el actual, sino un camino de recuperación que fortalezca a la Argentina democrática”.
Aunque la represión del miércoles fue el argumento para suspender la megarreunión, lo cierto es que la idea había comenzado a circular antes, como consecuencia de la renuncia de Raúl Alfonsín a su banca de senador por la provincia de Buenos Aires.
La movida del ex presidente sorprendió a los radicales y contribuyó a profundizar la calamitosa situación que atraviesa el partido. Dos días antes, el sector que lidera Federico Storani había realizado un encuentro en Villa Gesell en el que, además de reclamar mayor independencia del Gobierno, presentaron a Rodolfo Terragno como posible candidato presidencial.
El jueves, un grupo de 200 dirigentes radicales se reunieron a cenar en un hotel de la Capital: había unos 40 diputados, una docena de senadores, intendentes y gobernadores. En el encuentro, uno de cuyos mentores fue el ex diputado Rafael Pascual, los radicales debatieron la situación del partido y analizaron una estrategia propia para enfrentarse a la corriente de Storani y Terragno.