EL PAíS › LA INSOLITA RESOLUCION DEL CONCEJO DELIBERANTE DE ESCOBAR

Con la banda militar como fondo

El 8 de enero se aprobó una resolución para que se detenga a integrantes de Montoneros. Aquí se publica el texto de la iniciativa pattista.

 Por Alejandra Dandan

Se sabe. El “efecto Gerez” provocó y seguirá provocando cimbronazos políticos en el partido del ex subcomisario Luis Abelardo Patti. Bajo la conducción mayoritaria del Paufe, el último 8 de enero, el Concejo Deliberante local aprobó una resolución insólita: pidió a la Justicia federal que “identifique” y “detenga” “para su interrogatorio y eventual condena” al grupo “Montoneros y/o cualquier otro” por “atentado al orden constitucional y a la vida democrática”. El motivo y la resolución son conocidos: las pintadas y carteles con el nombre de “Montoneros” que aparecieron en Escobar después del secuestro del militante kirchnerista Luis Gerez. Aquí, el contenido de esa norma.

El pattismo es una fuerza política fuerte en Escobar, con un caudal de votos que le permitió hacerse de la mayoría en el Concejo Deliberante: 13 de los 20 concejales son del Paufe, y en alguna ocasión cuentan con alguno más. Lo que hasta ahora no había pasado era que el Concejo en pleno emitiera una resolución no como referentes del Legislativo local sino como representante del Paufe. Esta vez, ocurrió: la resolución no habla de Luis Abelardo Patti a secas sino del ex comisario como “presidente de nuestro partido”.

“Yo directamente me negué a sentarme en la banca”, dice el cómico Larry de Clay, concejal del Frente para la Victoria. “No me quise prestar a ese juego tan burdo: ¡que la denuncia la haga Pa-

tti!, les dije, porque en un momento hasta querían que el Concejo Deliberante hiciera la denuncia por sí mismo”. A los siete votos de la oposición les queda poco juego político. Con los votos propios, el Paufe tiene la mayoría ordinaria asegurada y, en general, quórum para la mayoría especial porque sólo les falta un voto, en general negociable. El 8 de enero, y en ese contexto, lograron aprobar una resolución que no salió del escenario de Plaza San Martín sino del Honorable edificio deliberante.

“Visto que la desaparición y posterior aparición luego del discurso del presidente de la Nación Néstor Kirchner, del señor Luis Gerez, permitió que desde la esfera oficial se tratara de responsabilizar de la autoría del hecho al presidente de nuestro partido Luis Abelardo Patti.”

Detrás de ese punto, las huestes locales del pattismo recordaron declaraciones públicas de funcionarios y militantes del PJ bonaerense y del kirchnerismo en el mismo sentido. Y agregaron: “Que un importante sector de quienes integraban organizaciones guerrilleras de los años ’70 y actuales dirigentes políticos con antecedentes por delitos comunes se expresaron en un tono similar”. “Que las imputaciones que se hicieron (...) pueden ser altamente generadoras de violencia.” Y que el “objeto de dichas amenazas es a no dudarlo hacer que el señor Luis A. Patti desista de su ya anunciado propósito de presentarse como candidato por su partido en las elecciones del presente año a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que abandone el distrito del que fue dos veces intendente”.

Estos puntos condensan la extensísima lista de razones que justificaron para el pattismo la resolución, pero no son todos. Otro de los motivos por los que piden la investigación es una supuesta reaparición de Montoneros, a partir de pintadas y manifestaciones públicas en Escobar.

A ninguno de los habitantes de Escobar se le escapó que las pintadas de esos días poblaron las calles, especialmente entorno a la plaza central y tuvieron extrema fuerza simbólica. A su modo, y con sus tonos negros, volvían a instalar a Patti y su discurso “democrático” en otro contexto y otra década: allí donde él no era una de la caras candidateables de la provincia de Buenos Aires sino un integrante de la Policía Bonaerense de Ramón Camps, denunciado por “torturas” y “homicidio” en la muerte de por lo menos dos militantes peronistas. Esas pintadas decían “Patti, cuidate volvimos. JP Evita”, o “Paredón a Patti. Quebracho”. O carteles donde se leía “5 X 1 No quedará ninguno. MPL Montoneros”.

Con esos carteles, los concejales hicieron su propia lectura. Dijeron que las pintadas buscaban “atentar contra el orden democrático”. Y que el cartel del “5 X 1” en una marcha es una señal de la vuelta de Montoneros: “Que la agrupación Montoneros fue declarada ilegal y combatida por todos los medios legales en la década del ’70 –escribieron– por intentar tomar el poder por las armas. Que este solo hecho amerita que la Justicia federal tome intervención para investigar si efectivamente la organización que causara tanto daño, dolor y muerte reapareció e intenta esta vez, camuflada entre los grupos de protesta, generar un estado de inseguridad colectiva para lograr desestabilizar el poder constitucional y la toma del poder político”.

Por eso tomaron dos decisiones. Una, para que el juez de garantías local investigue las amenazas a Patti. Y la otra, en clave policial, para ir al “juez federal de turno a los fines de que se investigue la posible comisión de los delitos de atentados al orden constitucional y a la vida democrática cometido por el grupo montoneros y/o cualquier otro a los que se deberá identificar y detener para su interrogatorio y eventual condena”.

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Luego del secuestro de Gerez, aparecieron pintadas contra Patti en la Municipalidad de Escobar.
 
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