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Argentina y Chile, historia de solidaridades con un futuro común

 Por Jorge Taiana *

A pocas horas de conocerse el terrible terremoto que sufrió nuestra hermana República de Chile, el pasado 27 de febrero, nuestro país se puso a disposición para acudir en su ayuda. No se trató sólo de una acción rápida y sincera impulsada desde el gobierno nacional: todo el pueblo argentino sintió como propio el dolor de nuestros vecinos.

La solidaridad entre nuestros pueblos, construida a través de años de historia compartida a lo largo de una de las fronteras más extensas del mundo que definió la Cordillera de los Andes, escribe un nuevo y profundo capítulo. Hoy, todos los argentinos demuestran su apoyo en este difícil momento con las más diversas manifestaciones: envío de alimentos, dinero, remedios y profesionales de la salud para ayudar en las tareas de recuperación del vecino país.

Un día antes del desastre, las presidentas Cristina Fernández y Michelle Bachelet, en un encuentro de sincera amistad en Mar del Plata, despedían a las fragatas participantes en la Regata del Bicentenario con palabras que referían a esta historia de hermandad de los pueblos. Una hermandad física, sostenida por la Cordillera, y metafórica, con el nacimiento a la libertad en 1810 y con el general San Martín como Padre de la Patria.

Ambas presidentas, el 30 de octubre pasado, expresaron la excelente relación por la que atraviesan nuestros Estados, con la firma del Tratado de Maipú, haciendo honor a los casi dos siglos del encuentro de los Libertadores San Martín y O’Higgins. Este tratado perfeccionó el firmado hace veinticinco años, conocido como “De Paz y Amistad”, que firmara el ex presidente Raúl Alfonsín, inaugurando así para nuestro país una política de Estado que se fortaleció y profundizó en los últimos años.

Del Tratado de Maipú se desprenden aspectos que hacen a una mayor libertad de circulación para las personas y al avance de la infraestructura bioceánica funcional al comercio con un mundo globalizado. Además, favorece un mayor dinamismo en la relación entre las provincias argentinas y los departamentos chilenos y fortalece la cooperación en ciencia y tecnología en materias tan sensibles como la agricultura, la pesca, la agroindustria, los biocombustibles y la utilización pacífica de la energía nuclear.

Esta construcción política no hace más que honrar la integración natural de la que saben las familias que viven a uno y otro lado de los Andes, en especial en estos momentos tan dramáticos donde se humaniza la legislación. Hoy, esos pasos que cotidianamente son transitados por turistas que pasean del Atlántico al Pacífico son los que permitieron que la ayuda argentina llegara rápidamente a todas las regiones chilenas.

Ahora empieza una nueva y promisoria etapa. La propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el electo presidente de Chile, Sebastián Piñera, resaltaron el pasado 22 de febrero en la reunión que mantuvieron en México el “salto de calidad en la relación” que significó la firma del Tratado de Maipú. Y acordaron una próxima reunión –la tercera– del Gabinete Binacional que tiene que realizarse en Chile.

Quizá la cooperación en materia de defensa, practicada por la Fuerza de Paz Conjunta Combinada Cruz del Sur, posea el mayor grado de simbolismo, dados los episodios de ingrata memoria generados por las tenebrosas dictaduras a finales de los años ‘70.

En las actuales circunstancias y por sentida convicción, he querido reafirmar estas cuestiones. Algunas abstractas y emotivas, otras que requieren acciones que darán sus frutos en el mediano y largo plazo.

Hoy Chile requiere inmediatez y concreción. Por eso el gobierno argentino dispuso el traslado de tres hospitales de campaña que ya están funcionando en las localidades de Curicó, Parral y Caiquén –área del epicentro del sismo–, con capacidad para 64 camas e infraestructura de alta complejidad.

No quiero dejar de expresar mi reconocimiento al personal diplomático de nuestro país que, aun con sus casas destruidas, sigue prestando servicio en los consulados trasandinos a nuestros compatriotas residentes o turistas en Chile.

Por último, reitero al pueblo y al gobierno chileno mi más sentido pésame por las pérdidas humanas y la certeza de que nuestros países son hermanos ejemplares.

* Canciller de la República Argentina.

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