“El principal objetivo es que Cristina sea reelecta”, le confía Martín Sabbatella a Página/12 ante su primer desafío como candidato a gobernador bonaerense, un lugar al que aspira (y nunca se preocupó en disimular) desde que a fines del siglo pasado rompió la hegemonía rousselotista en Morón y se hizo cargo de ese municipio. La segunda meta para este domingo, aunque él nunca va a reconocerlo, es superar los casi seis puntos que obtuvo en las elecciones legislativas de 2009 como candidato a diputado, para usarlos como base y alcanzar los dos dígitos en octubre. “Diez puntos en provincia son cuatro puntos a nivel nacional –razonan en su equipo–, y pueden hacer la diferencia para que CFK se imponga en primera vuelta.” A partir de esa base, el ex intendente busca avanzar en la construcción de “una gran fuerza social hija de este momento histórico” y que represente sus particularidades.

–Primero, nos entusiasma todo lo que vivimos. Y lo que sentimos cuando salimos es que hay una expresión, muy similar en toda la provincia, que es de un alto acompañamiento a lo que vive la Argentina. Hay una coincidencia mayoritaria de que hay que defender este camino, que se expresó en crecimiento, en la AUH, en las jubilaciones, en el trabajo, en la producción. Eso es lo que entusiasma, lo que expresa una vocación de defender este proyecto y el convencimiento de que se puede alcanzar lo que falta. Lo que vimos es una adhesión muy profunda al rumbo inaugurado en el 2003. Se nota el impacto de las políticas públicas nacionales: nosotros hablamos de crecimiento y desendeudamiento, pero en los pueblos esto se nota en cosas concretas.

–La verdad es que sí, porque me parece que la ingeniería de nuestra boleta nos permite expresar nuestra posición política. Así, como tenemos coincidencias nacionales, nuestros candidatos comparten la lista de diputados que encabeza Cristina Fernández. Y las diferencias que tenemos en la provincia, donde creemos que hay que intentar un rumbo distinto, las expresamos a través de nuestras boletas. Estamos convencidos de que hay que construir una alternativa, porque el gobierno provincial no expresa lo mismo que el proceso nacional. La provincia va atrás, tiene una perspectiva más conservadora, sostenida por estructuras viejas, ineficiente en los manejos de la cosa pública. La provincia se merece estar mejor.

–Primero que nada hay que esperar el resultado. Por otra parte, creo que se evalúa el impacto de las políticas públicas nacionales, que son sumamente positivas. Pero la provincia puede estar mejor, puede ir por más. Falta un plan estratégico a largo plazo. Hay muchas necesidades pendientes. Nosotros queremos ir por más. Que la provincia esté al ritmo del crecimiento con inclusión que mantiene la Nación. Es un doble desafío: por un lado enfrentar al arco conservador representado por De Narváez y, por el otro, redoblar el ritmo que mantiene el gobierno de Scioli, que se rezaga del país. Está claro que no son lo mismo, pero hay que superar ambos modelos.

–Nosotros somos una fuerza política que es parte del movimiento que gobierna la Argentina y participa con autonomía. Esa fuerza política, que participa de este momento histórico, tiene su propio lugar desde el que toma la palabra. Nosotros creemos que el futuro de la Argentina está pendiente de que al calor de este momento extraordinario nazca una gran fuerza social.