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Pago chico, voto grande

- Bussi observado. Como buen militar tropero, el ex dictador Antonio Bussi llegó temprano a votar. Cuando comenzó el comicio, el presidente de la mesa decidió que sólo él podía firmar los sobres. El anciano general ingresó al cuarto oscuro mientras los fiscales se enfrascaban en una feroz discusión con el presidente de la mesa. Bussi sufragó, posó para los reporteros gráficos mientras los fiscales consultaban con los representantes de la junta electoral. Todo indica que esos votos que llevan una sola firman serán al menos observados, incluso el del genocida.
- Un voto menos para Alperovich. El candidato justicialista, José Alperovich, abrazó a su padre León poco después de votar. Lo que no esperaba el candidato es que su padre le hiciera una confesión: “No te pude votar”, dijo el veterano empresario. Sucedió que cuando presentó su libreta de enrolamiento el presidente de mesa le dijo que no concordaba con la información del padrón electoral. Alperovich padre intentó convencer al encargado de la mesa mostrándole el sello de los comicios presidenciales pero no hubo caso. “No importa papá, igual voy a ganar”, lo consoló el candidato.
- Y dónde está Miranda. Durante todo el día el gobernador Julio Miranda no asomó la cabeza. Votó temprano y ni siquiera su condición de mandatario le permitió evitar los ocho electores que estaban ya frene a la mesa de votación. Luego de sufragar, el inhábil gobernador se refugió primero en su casa desde donde seguirá el escrutinio. Su bajo perfil no es casual. Acordó con Alperovich desaparecer de la escena política para no perjudicar su candidatura. Miranda sabe que su inoperancia frente los mortales casos de desnutrición representan una pesada mochila para el senador que incluso evitó aparecer en fotografías.
- El policía quiere legislar. Durante los cuatro años de gestión del ex dictador Antonio Bussi, el comisario Luis Roberto Veliz fue el jefe de policía. Durante ese tiempo fue objeto de cientos de denuncias por corrupción que el bussismo se encargó de descartar. Ayer, la cara del policía apareció en una de las boletas del partido de Bussi como candidato a legislador. Todo indica que el sueldo de policía retirado ya no alcanza para mantener las propiedades que le endilgan.
- Los bussistas de Jerez. En el Frente Unión por Tucumán que conduce el ex fiscal anticorrupción niegan que el partido sea una especie de rejunte de dirigentes que abandonaron otras fuerzas políticas. “Es un frente progresista”, sostienen, pero sin embargo entre los diferentes sublemas no sólo aparecen personajes nefastos como Exequiel Avila Gallo, sino también hay una buena cantidad de ex bussistas como el mismísimo candidato a vicegobernador Horacio Ibarreche, que comenzó siendo radical para luego migrar a las filas del genocida. Luego de años al lado del militar recién descubrieron que Bussi era autoritario.
- A la espera del novillo. José Alperovich está seguro de su triunfo. Es por ello que ordenó preparar un gran asado. Ayer a la medianoche llegó un novillo completo para ser asado. A las cuatro de la mañana lo colocaron bajo unas chapas de zinco con brasas. Según el candidato del PJ, el novillo estará listo para la medianoche, momento en el cual ya estará definida la tendencia del escrutinio. Los anotados para la comilona se cuentan por cientos.
- Un particular apoyo. Días atrás apareció en los medios gráficos de Tucumán un comunicado de apoyo al candidato a legislador del ex secretario general de la CGT, Juan Jesús Soria. Llevaba la firma de Rolando Singh, quien se autodefinió como el representante de la agrupación Punto G que integran homosexuales, travestis y swingers tucumanos que anunciaban su decisión de votar por el fornido dirigente sindical. Rápidamente llegó la desmentida de integrantes de la comunidad gay local, quienes desconocieron la supuesta representación de Singh. El que no dijo nada fue Soria, quien dejó de lado su verborragia por un prolongado silencio.
- La revancha de Operación Triunfo. Pedro Stordeur es un joven abogado. Se postula por el Frente Anticorrupción que lidera el peronista disidente Renzo Cirnigliario. La candidatura para él es una verdadera revancha para el novel abogado. Resulta que hace unos años intentó ser futbolista en Canadá pero tal parece que no supieron reconocer sus habilidades. Sin amedrentarse, Stordeur regresó a la Argentina y se anotó para el casting del reality musical “Operación Triunfo”. Como en Canadá, el fracaso golpeó nuevamente su rostro. Ahora, el abogado reza porque la democracia le dé la satisfacción que el deporte y la música le negaron.

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