EL PAíS › LIA MENDEZ, CANDIDATA DEL PARTIDO HUMANISTA

Cómo participar desde afuera

Habla pausado pero de modo enérgico. Durante la charla, honestidad, decencia, responsabilidad y coherencia son palabras que se repiten. Desde la “izquierda no marxista”, como ella misma la define, no le son extrañas las cuestiones de campaña. Lía Méndez ya representó al Partido Humanista en cinco elecciones, y el 24 de agosto volverá a hacerlo al frente de la dupla que intenta gobernar la Ciudad y de la lista para legisladores porteños. En su despacho 308, que ocupa desde los comicios del 2000, recibe día a día a cientos de personas. “Nuestra gestión es de cara a la gente. Lo más importante que hicimos en la Legislatura fue escuchar a cada ser humano ante tanto maltrato”, dice. Aunque opina que “en la política sólo les importa el interés personal, antes del interés común”, asegura que su partido intenta demostrar que “otra realidad es posible”.
–¿Por qué hay que votar al Partido Humanista?
–Me parece importante que la gente pueda votarnos por lo hecho en estos tres años y no tanto por las promesas. El descrédito que actualmente tiene la clase política es justamente por su incoherencia, promete una cosa y después hace otra. Si bien nuestro partido ya tiene 20 años, en el 2000 fue la primera vez que obtuvimos un cargo electivo. Para nosotros eso fue muy importante para poder demostrarle a la gente que era posible llevar adelante no sólo nuestras propuestas, sino todo un estilo de hacer política. Que era posible entrar a la Legislatura y no formar parte de la gran corporación. Por lo tanto, la gente tendría que votar al Partido Humanista para multiplicar la acción que venimos desarrollando durante todos estos años. Lo más importante ha sido acompañarla frente a tanto maltrato y tanta desprotección.
–¿Pudo lograr la aprobación de alguno de sus proyectos?
–Es complicado. Lamentablemente, se da prioridad al interés de un sector antes que al interés común. Entonces, es una lucha lograr que se traten proyectos cuyo autor no es alguien de un bloque mayoritario. Hemos obtenido, quizá por coincidencia con otros legisladores, la aprobación de algunos proyectos con la temática ecológica, como el de la prohibición del PCB. También logramos algunas gestiones para requerir informes ante situaciones conflictivas. Pero pedir informes no es lo más importante, frente a la presentación de proyectos de fondo, como el que hemos presentado por una educación humanista. Como la política no está concebida con un fin social sino como un fin en sí mismo, los que actúan en función de sus intereses nos ponen obstáculos y trabas.
–¿Cuál es su opinión sobre el apoyo del ARI y el socialismo a Ibarra?
–La decisión de estos partidos demuestra posiciones y actitudes absolutamente contradictorias. Es claro que se mueven en función de intereses personales o sectoriales.
–Si son tan contradictorios, ¿por qué cree que la gente los elige?
–La difusión a gran escala de las acciones y las propuestas de las fuerzas políticas sólo se logra a través de los medios masivos. Pero los medios son empresas que no buscan la acción social sino las ganancias. El interés de polarizar es disimular un fenómeno de desestructuración de la política, que abre el abanico distribuyendo los votos entre muchos candidatos.
–¿Si hay ballottage el humanismo no apoyará a ningún candidato, como lo hizo en las últimas elecciones?
–Absolutamente. Sabemos desde siempre que no apoyaremos a ningún otro partido.
–¿Qué opina del inicio de la gestión de Kirchner?
–Estoy observando. Creo que todavía no se ha entrado en temas más profundos. Mi actitud es de observadora.

Informe: Martina Noailles.

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