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“No sé de qué se trata”. Con absoluta sinceridad el gobernador bonaerense, Felipe Solá, se abstuvo de sumarse a ninguna de las hipótesis sobre las causas de las extrañas muertes de animales en distintas provincias. Solá, que dijo estar “muy asombrado” por lo que está ocurriendo, opinó que si las apariciones se hubieran concentrado “en una sola zona, se podría haber pensado en un grupito de chistosos, locos o en un secta”, pero como el fenómeno “está muy disperso geográficamente, no sé de qué se trata”. Ayer se conocieron nuevos casos en la provincia de Buenos Aires, mientras que expertos de la Facultad de Veterinaria de Tandil que estudian el tema estimaron que ya suman 200 los vacunos muertos y con extrañas mutilaciones.
Ayer se conoció la aparición de un ternero Aberdeen Angus de nueve meses en la localidad de Mayor Buratovich, a 60 kilómetros de Bahía Blanca. “El animal estaba con la cabeza orientada hacia el oeste y presentaba un corte circular en la quijada, del lado derecho”, informó en Bahía Blanca el veterinario Miguel Barragán. También se comprobó que “el maxilar inferior y parte del superior no tenían músculos y los huesos estaban lisos sin evidencias de la utilización de un elemento cortante común”. También se conocieron otros hallazgos en la localidad de Stroeder y en Río Colorado, pero todavía no habían llegado los informes correspondientes.
También se conoció otra aparición en la zona rural de Benito Juárez, a 400 kilómetros de la Capital Federal. Lo que se dijo es que los cortes que presenta el animal son similares a los que tenían los ejemplares aparecidos antes en otras zonas de la provincia y en Río Negro, La Pampa, Santa Fe y Entre Ríos. El hallazgo en Juárez fue en la estancia Las Calas, propiedad de la familia Gerez Romero.