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El resultado del canje optativo por bonos no fue tanto ni tan poco

La opción de cambiar plazo fijo reprogramado por Boden no llegó al 30 por ciento que aspiraba Economía, pero tampoco fue un fracaso como adelantaban los bancos.

Aunque el canje de depósitos reprogramados por bonos salió algo mejor que las perspectivas de los últimos días, el resultado final quedó muy lejos de las estimaciones oficiales. Sin los datos de la última jornada, el ministro Roberto Lavagna estimó que la aceptación del Plan Bonos llegaría al 15 por ciento. Un fracaso si se lo compara con el 30 por ciento previsto en el programa monetario del Banco Central. Sin embargo, la recepción del plan resultó superior a lo esperado en algunas entidades. Con el tenue apoyo al plan, lo más probable es que a partir de hoy se abra una nueva pulseada entre los bancos extranjeros y Economía.
Anoche, el ministro se negó a formular declaraciones sobre la finalización del plan. Prefirió aguardar hasta hoy a conocer los datos definitivos, y delinear su estrategia frente a la presión de los bancos para que salga un bono compulsivo o se reprogramen los vencimientos de los depósitos encerrados en el “corralón”. Se convalidarán las operaciones que si bien se iniciaron ayer no pudieron concretarse.
Según los cómputos preliminares que manejaban en las entidades financieras, hubo una “aceptación muy alta” del canje en el Scotiabank Quilmes, lo mismo que en los demás bancos suspendidos, como el Velox. En estos casos, los ahorristas prefirieron correr el riesgo de la solvencia futura del Estado antes que dejar sus depósitos reprogramados en bancos problematizados y con futuro incierto.
Con excepción de estos casos, las más exitosas resultaron las entidades de capitales locales: de acuerdo con los cálculos preliminares, en el Credicoop se canjeó “más del 40 por ciento” de los depósitos, según anticipó su gerente general, Carlos Heller, por alrededor de 600 millones de pesos. En el Macro-Bansud, la aceptación fue del 37 por ciento (240 millones). Las razones del éxito refieren a que estos bancos ofrecieron beneficios extra a los clientes que se acogieran al plan, como un seguro parcial de cobro de los títulos públicos y la recuperación de entre 10 y 20 por ciento del ahorro en forma inmediata, a través del depósito de esa suma en una cuenta a la vista.
El tercer lugar en el ranking lo ocuparon algunas entidades financieras de primera línea. El BBVA Francés, por caso, logró canjear el 25 por ciento de sus reprogramados, por un total de 650 millones de pesos, sin computar las operaciones de ayer por la tarde en las sucursales del interior del país. Un escalón por debajo, el Galicia logró el 19 por ciento. La proyección que a última hora hicieron en el Río-Santander dio cuenta de un canje de alrededor del 15 por ciento, por unos 300 millones de pesos. En el HSBC, la aceptación se habría acercado al 14 por ciento de los reprogramados (125 millones). El italiano Sudameris aparecía como el menos exitoso: habría acaparado apenas el 10 por ciento. Si bien no trascendieron cifras, los resultados en los estadounidenses Citibank y BankBoston también habrían sido pobres. La causa: como, a diferencia del resto del sistema financiero, estos bancos tienen una cartera pequeña en bonos del Estado, la única opción que les queda es adquirir en efectivo los nuevos Boden y recién entonces entregarlos a sus clientes. Por eso quieren que el Estado se haga cargo directamente de sus pasivos entregado por la fuerza un bono a los depositantes.
De acuerdo a los datos que se manejaban anoche, la banca pública había acercado menos operaciones que las esperadas por el Palacio de Hacienda. En el Banco Provincia de Buenos Aires fue del 13,6 por ciento (360 millones de pesos) sobre los reprogramados en dólares. Y otros 4,8 millones sobre los depósitos originalmente en moneda nacional. En el Nación, la adhesión se acercó al 12 por ciento (418 millones de pesos), mientras que en el Ciudad de Buenos Aires ascendió a tan sólo el 10,1 por ciento (41,6 millones).
Esta menor aceptación del Plan Bonos se debió a que los clientes de las entidades estatales suponen que éstas podrán cumplir con el cronograma de devolución de los reprogramados. No es por casualidad que el sentimiento sobre algunos bancos extranjeros sea totalmente contrario. Los foráneospresionaron al Gobierno por un bono compulsivo, dejando entrever que no tendrán liquidez suficiente para devolver los ahorros a partir del próximo año.
Seguramente, el final del Plan Bonos será la señal de largada para un nuevo round entre los financistas y el Ministerio de Economía. Ayer, el ministro Lavagna insistió en su negativa de aplicar un plan forzoso. “Yo creo que es bueno darles a los ahorristas la máxima posibilidad para elegir, y no asestarle un golpe en la cabeza imponiéndole un bono o cualquier otro papel”, señaló. En su círculo íntimo también desecharon la alternativa de alargar los vencimientos de los reprogramados, tal cual lo proponen los banqueros. Desde algunos bancos nacionales, como el Credicoop, se propone reabrir la opción del canje una vez que se encuentre una solución político-judicial al tema de los amparos.

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