ESPECTáCULOS › U2 Y ALICIA KEYS FESTEJARON EN LA ENTREGA DE LOS GRAMMY

EE.UU tuvo su gran noche de música

El grupo irlandés y la cantante afroamericana obtuvieron cuatro y cinco estatuillas, respectivamente, en la ceremonia realizada en Los Angeles, que combinó impacto comercial, calidad artística y atractivo emocional.

 Por Esteban Pintos

El grupo irlandés U2 y la joven cantante afroamericana Alicia Keys ratificaron su favoritismo previo, llevándose cuatro y cinco premios respectivamente. La banda de sonido de la película O brother where art thou? sorprendió a todos, venciendo en la categoría “álbum del año”. Estas son las tres grandes noticias de la 44ª edición de los premios Grammy, los más importantes y globales de la industria de la música de los Estados Unidos. Hubo, además, celebridades y figuritas presentes, algunas actuaciones memorables (Bob Dylan en primer lugar, lejos), un conductor gracioso (el comediante Jon Stewart, ver imagen) y otros premiados en las 101 categorías, elegidos por 13.000 miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Grabación (Naras). Tuvieron su gramófono, entre otros, el dúo hip hop Outkast, Eric Clapton, James Taylor, Missy Elliot, Dolly Parton, Rubén Blades, los chicanos Ozomatli –se impusieron en el rubro “rock alternativo latino”–, Ravi Shankar, Quincy Jones, Fatboy Slim, Coldplay, Harry Connick Jr., Lenny Kravitz, Carlos Vives, Enya, Jimmy Vaughan y el dúo electrónico Deep Dish.
La entrega de premios concretada en el Staples Center de Los Angeles duró más de tres horas y fue transmitida para 175 países (aquí se vio por la señal de cable Sony, que repetirá la emisión –con subtitulado– el próximo miércoles a las 20). El show se desarrolló en un contexto ciertamente particular, por varios motivos. En primer lugar y como todo lo que sucede luego del 11 de setiembre, con la sombra de los atentados a Nueva York y Washington presente en las medidas de seguridad, los discursos y las canciones interpretadas: Billy Joel y Tonny Bennet cantaron “New York state of mind” y U2 abrió la noche con su emblemática “Walk on”, que en español vendría a ser “seguí caminando”. En verdad la canción está dedicada a la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de la oposición en su natal Myanmar, ex Birmania, ahora bajo arresto por el gobierno militar de aquel país. Después del 11/9, sin embargo, adquirió otra significación en EE.UU. y se convirtió en una especie de himno de esperanza, una invitación a seguir “hacia adelante” a pesar de todo. Además, la industria discográfica se encuentra en crisis frente a la hiperevolución de los medios tecnológicos que permiten eludir el método tradicional de comercialización de la música (grabación de CD’s, el formato MP3, las canciones gratis en Internet). Las ventas totales de grabaciones oficiales descendieron entre un 10 y 20%, y algunos grandes artistas ya están nucleados en una asociación que pugna por una ley que obligue a la conclusión de cada contrato a los siete años de haberse firmado.
“Siendo irlandés, si tenés ocho candidaturas y no consigues un premio no te dejan regresar al país. Así que este es un asunto de seguridad”, bromeó Bono al recoger el segundo de los cuatro premios (grabación, voz de grupo, performance de grupo, álbum de rock) que se llevó su banda. U2 vive un momento de gracia luego de la aparición de All that you can’t leave behind: el disco recuperó el toque emotivo-épico que en los ochenta proyectó a la banda a la estratosfera del pop mundial (los años de The Joshua Tree), la gira de presentación resultó un fenómeno de recaudación en Europa y Estados Unidos y el aura de “clásicos” que les cabe con más de dos décadas de carrera, ayudaron a forjar este presente. Resulta natural, en consecuencia, que la industria de la música los bendiga. La curiosidad es que ganaron, el año pasado y éste, con canciones como “Beautiful day”, “Stuck in a moment you can’t get out of” y “Elevation” que forman parte del mismo disco. La explicación es que la primera ingresó en el período anterior –fue primer single adelanto– y las otras dos en el siguiente. La academia selecciona y elige aquellas grabaciones registradas entre el 1 de octubre de 2000 y el 30 de septiembre de 2001.
La anunciada contienda entre las nacientes divas del R&B de esta nueva década India.Arie y Alicia Keys, no fue tal. En todo caso, debe decirse que Keys barrió con Arie (estaba nominada en siete categorías, no se llevó ningún Grammy), y se convirtió en la segunda mujer con record de premios(cinco) en 44 años de historia, igualando a Lauryn Hill, quien en 1999 había ganado también cinco estatuillas. Alicia tiene 21 años y una sólida formación académica en piano y voz, que la distinguen por sobre millones de compatriotas igualmente dedicadas a la música negra clásica. En 1998, a los 17, firmó un contrato con Arista Records. Un año después, cuando el ejecutivo Clive Davis –el mentor de la “resurrección” de Carlos Santana, por ejemplo– abandonó la compañía y formá la propia, ella siguió sus pasos y pasó a formar parte de la naciente J Records. Bajo esa etiqueta grabó su debut Songs in a minor, que debutó en el Nº1 del top 200 del ranking de la revista Billboard. Con un pie en la tradición de sus ancestros (jazz y blues) y otro en la vanguardia (hip hop), con una voz privilegiada y un estilo depurado de interpretación al piano, se perfila como una de las grandes estrellas de la música en los Estados Unidos por las próximas décadas. Desde el miércoles por la noche, por lo pronto, tiene el prestigio de los Grammy como reaseguro para su carrera.
El triunfo de la banda de sonido de O brother where art thou, la adaptación “sureña” de los hermanos Coen sobre La odisea de Homero, sí que fue sorprendente. No tanto por el nivel de las interpretaciones de country, bluegrass, gospel y demás géneros tradicionales de principios del siglo XX, que es de alta calidad (particularmente la extraordinaria canción “I am a man of constant sorrow”, interpretada por The Soggy Bottom Boys); sino porque se impuso a pesos pesados como U2 y Bob Dylan. La primera interpretación de esta premiación, teniendo en cuenta una vez más la situación pos 11 de setiembre, es que esta música genéricamente conocida como “country” eleva el espíritu patriótico que envuelve al país desde aquel día. Antes de eso, igualmente, el disco ya era un fenómeno de ventas (seis millones de copias). Entonces, podría concluirse, se trató de un balance entre impacto comercial, atractivo emocional y calidad musical. Un buen resumen de esta edición de los Grammy.

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U2 vive uno de los momentos más exitosos de su historia.
Y su canción “Walk on” se resignificó después del 11 de setiembre.
 
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