ESPECTáCULOS › JONAS MEKAS Y JAMES BENNING, DOS NOMBRES A SEGUIR

El día de la Independencia

Mucho más allá de Sundance, ambos directores encarnan un espíritu libre que se refleja en los films incluidos en la grilla.

 Por Martín Pérez

Mientras me estaba moviendo hacia adelante ocasionalmente percibí breves atisbos de belleza. Esa es una posible traducción del extenso título original de la última de las películas que integran la retrospectiva de Jonas Mekas presentada en el festival. Un bautismo que serviría de apropiado subtítulo para la presentación de cuatro atípicos directores que encarnan un cine que se pregunta sobre la naturaleza de su arte y sobre sí mismo, en una búsqueda que va más allá de Sundance o de los nombres que espontáneamente surgen cuando se habla de algo llamado cine independiente estadounidense. Un apartado que en esta edición está más que apropiadamente encarnado por Thom Andersen, Emile De Antonio, James Benning y, por supuesto –y antes que cualquier otro–, esa auténtica leyenda apellidada Mekas. A no equivocarse: es en sus obras donde se puede encontrar un cine verdaderamente independiente.
“Las películas entierran sus rasgos, eligiendo por nosotros qué mirar. Hacen el trabajo de nuestra atención voluntaria, facultad que debemos suspender mientras las miramos. Pero... ¿qué pasa si no dejamos que nos dirijan? Si podemos apreciar los documentales por sus cualidades dramáticas, quizá podamos apreciar las películas de acción por sus valores documentales”. Tal es la tesis con la que el cineasta y académico Thom Andersen encara su obra maestra Los Angeles Plays Itself (2003), que recorre una historia pública de su ciudad natal. Historiador revisionista, tal como lo define Mark Peranson en el catálogo oficial, su obra está representada por trabajos iniciáticos de los sesenta y setenta, por su revolucionario documental Red Hollywood (1995) y una rareza: un film redescubierto por su obra Los Angeles... titulado The Exiles, que va de indios americanos exiliados en la ciudad y filmados en plan neorrealista.
“La mejor película del mundo es demasiado superficial como para pasar seis meses o un año con ella. Preferiría tener una pala”, contestó el iconoclasta Emile De Antonio cuando le preguntaron qué película se llevaría a una isla desierta. Auténtico padrino del documental político y enemigo declarado de Richard Nixon, en el festival se podrán ver sus obras capitales, estrenadas en esa época fundamental de la contracultura norteamericana circunscripta entre fines de los ‘60 y comienzos de los ‘70. Entre ellas figura el clásico In the year of the pig (1969), sobre la guerra de Vietnam. Escribe Joao Moreira Salles: “Cuando Estados Unidos todavía creía que la guerra podía ganarse, De Antonio fue el primero en decir que ya se había perdido”.
Otra mirada es la que presenta James Benning, docente cinematográfico en el mismo instituto que Thom Andersen, que llega a Buenos Aires con un tríptico en el que reinventa el plano fijo a-la-Warhol. Son tres películas de noventa minutos, tituladas El valley centro (2000), Los (2001) y Sogobi (2001), e integradas cada una de ellas por planos fijos de determinada cantidad de minutos, que contienen un embrión de narración. Pero su director –tal como reza en el catálogo oficial– se preocupa porque la cuasimecánica sucesión en la que los ordena no fuerce ningún efecto asociativo. Completa el ciclo un documental sobre su fascinante e implacable trabajo, titulado James Benning: Circling the Image (2003). “Si hay algo para ver en este festival, es esta trilogía”, asegura de manera tajante Quintín, el director del evento.
Allí están Yoko Ono y John Lennon en Zefiro Torna, un documental sobre el fundador de la rama neoyorquina del Movimiento Internacional Fluxus. Allí aparece Andy Warhol, en un documental del ‘64, cuando el artista neoyorquino ganó un premio de la revista Film Culture. Todos los personajes de la escena de Nueva York pueden aparecer en las películas caseras de Mekas, pero quien más aparece es él mismo, a través de trabajos que por momentos funcionan como películas del hoy tan famoso Dogma danés, pero muchísimo antes de su nacimiento. Nombre mítico a la hora de hablar del verdadero cine independiente –independiente de la industria, del sistema e incluso de la forma habitual de ver cine–, Jonas Mekas es presentado por el especialista Simon Field como “el poeta del cine”.
Vanguardista, experimental y underground, todo al mismo tiempo, la obra de Mekas explora la experiencia y las percepciones personales, alcanzando un cine que –tal como escribe Field– “celebra el día a día y cuyo logro ha sido el de elevar a universal lo personal”. Dividido en seis programas, la retrospectiva de Mekas presentada en el festival incluye una buena muestra de sus diarios cinematográficos, que incluye desde Walden (1969), el primero de sus trabajos de este estilo estrenados públicamente. As I was moving ahead occasionally I saw brief glimpses of beauty (2000) es considerada una obra maestra del cine autobiográfico, con 288 minutos de duración, y la poco menos de hora y media de Reminiscences of a Journey to Lithuania (1972) es presentada como uno de los mayores logros de Mekas. Y atención, rockers: en el programa número 5 se reúnen dos mediometrajes en los que aparecen John Lennon, Yoko Ono, Velvet Underground y Mick Jagger.

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Mekas, figura fundamental de la contracultura de los ‘60.
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